La primera jornada de Divinas palabras comienza con una discusión entre Pedro Gailo, sacristán, y Lucero, un vagabundo que, junto a Poca Pena, madre de su hijo, y Coimbra, su perro, pasa el tiempo sin hacer nada en la puerta de la iglesia. Pedro Gailo los acusa de ser un mal ejemplo, mientras que Lucero se burla de diciéndole que su mujer le es infiel.
Mientras se lleva a cabo esta discusión, entra en escena La Reina, una mendiga, hermana del sacristán, tirando de un carromato en donde lleva a su hijo, que es un enano hidrocéfalo. La Reina conversa con Pedro Gailo acerca de la enfermedad que la corroe y siente que la muerte está pronta. En la siguiente escena, mientras pide limosna con La Tatula, otra mendiga, fallece.
La Tatula, entonces, se encarga de informarle a Mari-Gaila, mujer del sacristán y, por lo tanto, cuñada de La Reina, acerca del fallecimiento. Mari-Gaila afirma que ella se hará cargo del carromato y del hijo deforme de La Reina. La Tatula le sugiere que el carromato y el Idiota (así será llamado el hijo de la Reina) son muy beneficiosos para pedir limosna.
Luego aparecen Marica del Reino, hermana de La Reina, y Pedro Gailo, hermano de ambas. Comienza el pleito acerca de la posesión del carromato y el Idiota. Ambos pretenden quedárselos. El Alcalde dictamina que cada uno se quedará con el carromato y el Idiota tres días por semana, y alternarán los domingos.
Al comienzo de la segunda jornada, Marica del Reino está esperando desde el día anterior que Mari-Gaila le lleve el carromato. Esto no sucede, ya que Mari-Gaila está pidiendo limosnas en distintos lugares, utilizando al Idiota como atracción. Con la plata que obtiene se la pasa bebiendo junto a otros mendigos y vagabundos. Entre ellos aparece el Compadre Miau e, inmediatamente, surge una fuerte atracción entre él y Mari-Gaila.
En la siguiente escena, La Tatula, junto a otros vagabundos, está al cuidado del carromato y del Idiota, ya que Mari-Gaila se fue con El Compadre Miau (que ahora es llamado Séptimo Miau) a tener relaciones sexuales. La Tatula y los demás no solo están bebiendo muchísimo, sino que lo hacen beber al Idiota una y otra vez hasta que, finalmente, este muere.
Mari-Gaila retorna a su casa con el carromato y el Idiota muerto. Pedro Gailo amenaza con matarla por haberle sido infiel, pero la disputa termina cuando se entera de que el Idiota murió. Para no hacerse cargo de la muerte, deciden que Simoniña, hija de ambos, lleve el carromato con el Idiota, en medio de la noche, y lo deje en la casa de Marica del Reino.
En la siguiente escena, Marica del Reino descubre el carromato en la puerta de su casa. No solo encuentra al Idiota muerto, sino que durante el tiempo en que el carromato estuvo allí, los cerdos le devoraron la cara y las manos. Marica del Reino no sabe si murió a causa de esto o si se lo dejaron muerto. Decide regresar el carromato con el Idiota a la casa de Pedro Gailo.
Así comienza la jornada tercera. Mientras la gente canta en las calles y se ríe de las infidelidades de Mari-Gaila, llega Marica del Reino con el carromato y el cuerpo del Idiota. Nadie se hace cargo de su muerte ni quiere quedarse con su cuerpo. Finalmente se lo quedan Mari-Gaila y Pedro Gailo. Deciden que van a ponerse con el carromato y el cuerpo del Idiota en la puerta de la iglesia para, así, juntar limosna y poder pagar el entierro. Mientras están haciendo esto, La Tatula arregla un encuentro en los cañaverales entre Mari-Gaila y Séptimo Miau.
Dicho encuentro sexual es descubierto in fraganti por Miguelín El Padronés, otro vagabundo. Este llama a la gente para que vayan a ver lo que están haciendo Mari-Gaila y Séptimo Miau. Mari-Gaila escapa mientras se pone la ropa y la gente la persigue incansablemente. Cuando la atrapan, le piden que baile semi desnuda. Mari-Gaila lo hace, pero la gente no se conforma y la llevan a la iglesia, totalmente desnuda. Pedro Gailo intercede por su esposa, exclamando: “¡Quien sea libre de culpa, tire la primera piedra!”. La gente lo insulta. Entonces, Pedro Gailo dice lo mismo, pero en latín. Mágicamente, la multitud se tranquiliza y se va. La cabeza deforme del Idiota aparece como si fuera un ángel. Mari-Gaila, conducida por Pedro Gailo, entra en la iglesia, desnuda, como si fuera su refugio.