La fealdad grotesca de Pedro Gailo
El primer personaje que aparece en la obra es el sacristán, Pedro Gailo. Las didascalias describen su degradación física a través de la siguiente imagen visual: "Es un viejo fúnebre, amarillo de cara y manos, barbas mal rapadas, sotana y roquete" (p. 13).
El cadáver de Juana La Reina
En Divinas palabras no hay ningún respeto solemne por lo trágico. A través de esta imagen visual, en la que la solemnidad de la comparación final contrasta con la vulgaridad de la escena generando un efecto cómico, las didascalias describen el cadáver de La Reina: "En la sombra de los robles yace la pordiosera inmóvil y aplastada. Las canillas desnudas salen del refajo como dos cirios de cera" (p. 25).
Los ambientes pobres en los que viven los personajes
Una de las características más comunes del esperpento es la utilización de ambientes pobres. A través de esta imagen visual y auditiva, Valle-Inclán describe el barrio en donde vive Marica del Reino: "Otro camino galgueando entre las casas de un quintero. Al borde de los tejados maduran las calabazas verdigualdas, y suenan al pie de los hórreos las cadenas de los perros. Baja el camino hasta una fuente embalsada en el recato de una umbría de álamos. Silban los mirlos, y las mujerucas aldeanas dejan desbordar las herradas, contando los cuentos del quintero" (p. 28).