Resumen
Capítulo 23
Este capítulo incluye la entrada del diario del Dr. Seward del día 3 de octubre y las del diario de Jonathan Harker fechadas el 3 a la medianoche y el 4 de octubre.
Mientras esperan el regreso de Quincey y de Arthur, Van Helsing trata de calmar con su sabiduría y su prudencia a un Jonathan que cada vez está más furioso y enloquecido con el Conde. Poco después del mediodía, los tres hombres reciben un mensaje urgente de parte de Mina: Drácula, en su forma humana (es de día y no tiene todos sus poderes), ha abandonado Carfax apresuradamente y se dirige hacia sus otras guaridas. Una media hora después, Quincey y Arthur regresan y reportan que lograron esterilizar las doce cajas en las otras dos casas. Van Helsing supone que Drácula no debe haber esperado que ellos actuaran de forma tan rápida, y que seguro abandonó Carfax para dirigirse a sus otras guaridas. Una vez que encuentre todos sus escondites profanados (o santificados, más bien), se presentará en Picadilly, donde ellos lo estarán esperando.
El conde entra a la casa, y a pesar de que en esos momentos es un hombre mortal, sigue siendo excepcionalmente fuerte y astuto; se las arregla para evadirlos a todos y escapa a través de una ventana. Antes de huir, se burla de ellos, y les promete que todos se transformarán -por medio de sus mujeres- en sus sirvientes. Los hombres son incapaces de rastrearlo y deben regresar al hospicio, decepcionados.
Cuando regresan, Mina les agradece por sus esfuerzos, y les recuerda que Drácula también posee un alma. Al matarlo, deben recordar que no lo hacen por odio, sino para liberarlo, y que será ese un acto de misericordia. Jonathan reacciona con furia, pero Mina le recuerda que un día quizás ella misma necesite la piedad de aquellos a los que ha transformado en víctimas. Esa noche, Mina se despierta repentinamente y le pide a Jonathan que vaya en busca de Van Helsing. Luego, le pide al doctor que la hipnotice en ese mismo momento, que todavía es de noche, pues cree que la conexión que ahora tiene con Drácula le permitirá ver dónde se está escondiendo el vampiro.
Van Helsing hace tal como le piden, y así aprenden que Drácula duerme en su última caja, a bordo de un barco que se encuentra en el mar. Van Helsing está determinado a descubrir a dónde se dirige la embarcación, y Mina le pregunta por qué tienen que preocuparse en capturarlo si está huyendo, a lo que el doctor le responde que Drácula es inmortal pero ella no, y si no capturan y matan al vampiro, cuando Mina muera, incluso si eso para muchos años después, se transformará en una no-muerta.
Capítulo 24
Este capítulo incluye un mensaje dejado por Van Helsing a Jonathan Harker en el fonógrafo del Dr. Seward; las entradas del diario de Jonathan Harker de los días 4, 5 y 6 de octubre; la entrada del diario de Mina Harker del 5 de octubre, y la entrada fonografiada del Dr. Seward del 5 de octubre.
El grupo aprende que el Conde se dirige en barco hacia Varna, un puerto en el Mar Negro desde el que salió en su momento camino a Londres. Van Helsing, determinado a cazar al vampiro, planea viajar por tierra e interceptar la caja en la que viaja Drácula en el puerto. Quincey Morris sugiere que el grupo se arme de rifles, útiles si son atacados por los lobos, a lo que todos acceden. El viejo profesor cree que la retirada del vampiro no será permanente. Ahora que el vampiro ha conocido Londres, seguramente quiera regresar en el futuro. Drácula tiene todo el tiempo a su favor, pero el grupo, no. Deben llegar a Oriente y darle caza al monstruo.
Van Helsing le confía al Dr. Seward que el tiempo se les está acabando y Mina presenta ya cambios visibles: sus dientes están comenzando a afilarse, y a veces hay una dureza en sus ojos que nunca antes se había visto. La cicatriz dejada por la hostia consagrada sigue allí, recordándoles a todos lo que están jugándose en aquella empresa. Van Helsing también se preocupa por la conexión espiritual de Mina con Drácula y cómo esta pueda jugarles en contra. Así como él pudo hipnotizarla y enterarse de los planes de Drácula, quizás el Conde puede usar a Mina para aprender todo lo que ella sabe, y conocer así los planes del grupo. Por eso, Van Helsing propone que no se le cuente nada a Mina. Independientemente de ello, la propia joven se excusa para no participar en las reuniones con el grupo, y le pide a Jonathan que no le cuente nada sobre el plan que están tramando. Sin embargo, más tarde, también les pide que le permitan viajar con ellos, pues piensa que puede ser de utilidad, ya que Van Helsing puede volver a hipnotizarla para conocer el paradero de Drácula. Además, debe ir porque si la dejan sin nadie que la cuide, Drácula puede convocarla, y ella está obligada a responder a ese llamado.
Capítulo 25
Este capítulo presenta las entradas del diario del Dr. Seward de los días 11, 24, 25, 26, 27 y 28; las del diario de Jonathan Harker de los días 17 y 24 de octubre, y 2 telegramas de Rufus Smith a Arthur, fechados el 24 y el 28 de octubre.
Mina hace prometer a los cuatro hombres que la matarán si ella llegara a convertirse en un vampiro. También le pide a su marido que le lea el servicio para los difuntos en ese mismo momento, por si llegara a sucederle lo peor. Los héroes luego viajan en el Expreso del Oriente desde París hasta Varna, y llegan con muchos días de anticipación para esperar al Conde. Las hipnosis de Mina producen siempre los mismos resultados: escuchan las olas y los ruidos propios de la embarcación en movimiento. Finalmente, el grupo recibe la noticia de que la embarcación va a atracar en Galatz y no en Varna.
Este altercado descorazona al grupo, pero de todas formas se preparan para la persecución. Al día siguiente toman el primer tren hacia Galatz, sabiendo que ahora quizás deban enfrentarse a Drácula en tierra firme. Van Helsing cree que la conexión que Drácula tiene con Mina puede haberlo ayudado a conocer los planes del equipo. Sin embargo, se muestra optimista al considerar que probablemente Drácula no espere que lo persigan hasta su propia tierra. Un cambio le sucede a Mina, y Van Helsing piensa que el Conde la ha liberado en parte de la posesión que sostenía sobre su espíritu. Mina y Van Helsing analizan el pasado de Drácula para encontrar alguna clave sobre sus próximos movimientos. Cuando era un noble mortal, Drácula guió a sus ejércitos en la invasión a Turquía, pero cuando esta falló, el Conde regresó a su castillo y se preparó para dar un nuevo golpe. De la misma manera, ahora Drácula solo piensa en escapar, y por eso ha cortado su influencia sobre Mina, sin darse cuenta de que Van Helsing todavía puede hipnotizarla para descubrir, por medio de la conexión que sostienen, dónde se encuentra él.
Capítulo 26
Este capítulo incluye las entradas del diario del Dr. Seward de los días 29 y 30 de octubre y 2, 3 y 4 de noviembre; las entradas del diario de Mina Harker de los días 30 y 31 de octubre; un memorándum de Mina Harker copiado en su diario, y las entradas del diario de Jonathan Harker de los días 30 y 31 de octubre y 1 y 2 de noviembre.
El último trance de Mina le permitió al grupo saber que Drácula está todavía cerca del agua, en lo que parece ser un río. Van Helsing piensa que Drácula tendrá problemas al ser transportado hasta su castillo, ya que tanto la luz del día como el agua corriente son peligrosas para él, y si alguien realizara una inspección de su cajón, lo descubriría y estaría terminado. El viejo profesor espera que el grupo pueda llegar a Galatz antes de que sea demasiado tarde y la caja haya salido hacia el castillo. Seward nota que hipnotizar a Mina se está haciendo cada vez más difícil para Van Helsing.
Cuando llegan a Galatz descubren que la caja ha pasado a manos de un tal Immanuel Hidlesheim, quien tenía una orden llegada desde Londres de despacharla. El capitán de la embarcación Zarina Catalina, en la que viajó Drácula, comunica al grupo cómo fue su travesía y le cuenta sobre las supersticiones que los rumanos tenían sobre aquella caja, y cómo trataron de arrojarla al mar en más de una ocasión, cosa que habrían logrado de no haber sido por su propia intervención. El grupo luego interroga a Hidlesheim y se entera de que la caja pasó a manos de Petrof Skinsky, un hombre que tiene tratos con los eslovacos que contrabandean todo a lo largo y ancho del río. Poco después, Skinsky es encontrado muerto, con su garganta destrozada, cerca del cementerio. Sin saber cómo proseguir, el equipo se retira al hotel y trata de resolver cuáles serán sus próximos pasos.
Mina toma todos los mapas de la zona y, revisando los diarios y las notas tomadas en los últimos meses, llega a la conclusión de que el Conde debe estar siguiendo el río Sereth en barca, hasta su unión con el Bistritz, un río que pasa muy cerca del paso del Borgo. Los hombres entonces planean lo siguiente: Arthur y Jonathan tomarán una lancha a vapor y remontarán el río hasta el Bistritz, mientras que Quincey y el Dr. Seward irán vigilando toda la rivera del Sereth a caballo. Entretanto, Van Helsing y Mina viajarán hacia el castillo de Drácula, primero en tren y luego en carruaje, donde el Profesor consagrará la guarida del demonio. Si no hiciera esto y Drácula escapara, podría refugiarse y dormir por siglos enteros, y Mina estaría perdida.
A partir de este punto, los diarios del Dr. Seward, de Mina y de Jonathan narran al lector los avances de la cacería. Van Helsing se encarga de comprar un carruaje y el abrigo necesario y se prepara junto a Mina para realizar el último tramo de 70 millas del viaje. Mientras, Arthur y Jonathan sufren una avería de la lancha que los retrasa brevemente al tratar de remontar los rápidos del río Bistritz, y Quincey vigila las costas junto al Dr. Seward, pero no encuentran ni un rastro de la caja.
Capítulo 27 y nota final
El último capítulo incluye las entradas del diario de Mina Harker de los días 1, 2 y 6 de noviembre; las notas de Van Helsing de los días 4 y 5 de noviembre, y las entradas de los diarios de Jonathan Harker y del Dr. Seward de los días 4 y 5 de noviembre. Al final del capítulo hay una nota de Jonathan Harker escrita siete años después de los últimos sucesos.
Mina comienza a dormir más y más durante el día y pierde el apetito. Van Helsing ya no puede hipnotizarla y está preocupado por su cambio de hábitos. Los dos amigos logran abrirse paso por el desfiladero del Borgo, usando el diario de Jonathan como guía. Cuando se aproximan a las montañas, el 4 de noviembre, Van Helsing prepara un campamento y hace un círculo con fragmentos de hostias consagradas alrededor suyo y de Mina. Luego, le pide que salga del círculo, pero Mina no puede. Esto le sirve al doctor para comprobar la efectividad de su protección: lo que Mina no puede hacer, tampoco serán capaces de hacerlo los vampiros. Esa noche aparecen las tres mujeres que Jonathan había encontrado en el castillo. Llaman a Mina “hermana” y le piden que se una a ellas, pero Mina no sale del círculo. Van Helsing se queda también dentro de los límites de la protección, mientras que los caballos mueren de miedo.
Al día siguiente, Van Helsing se abre paso hasta el castillo y utiliza una maza para destruir los goznes de las puertas de entrada, así no pueden encerrarlo una vez que esté dentro. Siguiendo las indicaciones del diario de Jonathan, encuentra la cripta y, allí, las tumbas de las tres mujeres vampiro. La tarea que debe realizar lo llena de dudas: la belleza y la sensualidad de aquellas mujeres lo afecta, incluso mientras duermen, y está a punto de abandonar el lugar sin realizar su cometido. Sin embargo, cuando escucha los gemidos de Mina que llegan desde el exterior, sus fuerzas se renuevan y se entrega a su tarea. En el lugar también encuentra la tumba de Drácula, que parece el sitio de descanso de un rey. Van Helsing abre la tumba y coloca en su interior una hostia consagrada, destruyendo así el lugar de descanso del vampiro. Luego regresa sobre las tumbas de las tres mujeres y atraviesa el corazón de cada una de ellas con una estaca. Cuando mueren, las caras de las mujeres vampiro se llenan de paz, lo que le demuestra a Van Helsing que sus almas han sido salvadas. Momentos después, los cuerpos de aquellas criaturas se hacen polvo.
Al salir, Van Helsing cierra todas las entradas del castillo con fragmentos de hostias consagradas, evitando así el ingreso y la salida de cualquier no-muerto. Luego, busca a Mina y ambos se alejan a pie del castillo. Está nevando y el aullido de los lobos se hace aterrador. Mientras se aproxima el atardecer de ese 6 de noviembre, Van Helsing divisa con los binoculares un carro escoltado por gitanos que se dirige al castillo. Entonces, realiza un círculo de protección alrededor de Mina y se dispone a esperar el carro para interceptarlo en su camino al castillo. Desde allí, tanto él como Mina observan también la llegada, por un lado, de dos jinetes que deben ser el Dr. Seward y Quincey Morris y, por otro, otros dos jinetes más: Jonathan y Arthur Holmwood.
El carro es rodeado por los cuatro jinetes justo frente a Mina y Van Helsing, pero si el grupo no acaba con Drácula pronto, este recuperará todos sus poderes, puesto que el crepúsculo está por llegar. Hay una batalla entre Jonathan, Morris y los gitanos, que rodean el carro e intentan proteger la caja. Morris blande su espada de un lado a otro, y es herido mientras reduce a los gitanos para que Jonathan pueda subirse al carro y romper, con su cuchillo kukri, la tapa del cajón de Drácula. Justo en el momento en que cae la noche, Jonathan y Quincey hacen saltar la tapa y contemplan la cara de Drácula, que comienza a esbozar una expresión de triunfo. En ese momento, Jonathan le corta la cabeza y Quincey le atraviesa el corazón con su espada. El cuerpo de Drácula se convierte en polvo, aunque Mina asegura ver, antes de que se disuelva, una expresión de paz y serenidad en el rostro del Conde.
Tras la muerte del Conde, los compañeros se dan cuenta que la marca en la frente de Mina ha desaparecido, lo que indica que la mujer ha sido salvada de la maldición. Sin embargo, no tienen ánimos para festejar, puesto que Quincey muere debido a las heridas recibidas de los gitanos.
En la nota final, Jonathan relata que han pasado siete años desde los eventos de la novela. Los Harker han tenido un hijo al que llamaron Quincey, que nació el día de la muerte de Quincey Morris. Tanto Arthur como el Dr. Seward se han casado y viven felices. Las notas y las copias de los diarios han sido compiladas, aunque ninguno piensa que alguien pueda creer los extraños sucesos contenidos en sus páginas. En la escena final, el pequeño Quincey juega sobre las piernas de Van Helsing, quien vuelve a alabar a Mina y dice que algún día aquel niño conocerá la historia sobre el coraje y la valentía de su madre.
Análisis
Los capítulos finales de la novela están dedicados a la persecución que el grupo de héroes realiza de Drácula hasta su propio castillo en Transilvania. El escape de Drácula demuestra que este puede ser formidable e ingenioso incluso durante las horas del día, algo que contradice la creencia popular sobre los vampiros, que suelen ser presentados como criaturas a las que la luz del sol destruye. Sin sus poderes, Drácula todavía puede escapar de una habitación llena de hombres armados. Sin embargo, su fuga demuestra que teme a sus enemigos. Por eso, aborda un barco que lo devolverá a sus tierras, ya que Londres no es un lugar seguro para él.
Jonathan Harker es un hombre totalmente diferente en relación a aquel agente ingenuo del principio de la novela. Posee una ira ardiente contra Drácula y su sed de venganza es desmedida. La causa de su furia radica en su incapacidad para proteger a su mujer del ataque del vampiro, por lo que proviene en parte de su propio fracaso. Un motivo por el cual Drácula genera tanto odio en sus enemigos es su capacidad de seducción sexual: el vampiro no solo viola y conquista a las mujeres, sino que las transforma en vampiresas lujuriosas; empuja a sus víctimas femeninas a disfrutar de una sensualidad que para los maridos burgueses y victorianos está totalmente prohibida y mal vista. Al conquistar a estas mujeres, Drácula también está conquistando, de forma indirecta, a sus maridos. Es muy significativo que, al escapar, el Conde se burle y provoque a Jonathan y a los demás con estas palabras: “¡Mi venganza acaba de empezar! La cumpliré durante siglos porque el tiempo está de mi lado. Las mujeres que aman, ya son mías y ustedes serán míos por ellas y otras aun se unirán a ellas; serán mis criaturas, cumplirán mis órdenes y serán mis chacales cuando yo quiera comer” (p.348). Esto es cierto en dos modos diferentes. En primer lugar, los hombres serán transformados en vampiros por sus mujeres y, así, indirectamente por Drácula. En segundo lugar, al conquistar a sus mujeres, Drácula ya ha subyugado a los hombres. El paralelismo de la mordida del vampiro con la unión sexual le da a Jonathan una razón para su ira. Como esposo, Jonathan debería ser “carne de la carne” de Mina. El vampiro, de algún modo, lo ha vejado también a él: su ataque ha puesto en peligro el alma de Mina y la masculinidad de Jonathan.
Mina, por el contrario, sigue presentándose como el modelo de la pureza victoriana y del perdón cristiano. Frente a la ira de los hombres, les pide que recuerden que Drácula también posee un alma, y que ellos no son más que instrumentos de la misericordia de Dios. Al insistir sobre ello, Mina permanece fiel a su fe cristiana, lo que implica una gran victoria para ella e inspiración para los hombres. Adicionalmente, la capacidad inventiva de su intelecto se pone a prueba cuando ella le sugiere a Van Helsing la hipnosis como un método para descubrir el paradero del vampiro.
La idea del Este es un tema complejo e interesante que se manifiesta de diferentes maneras a lo largo de la novela. Mientras Van Helsing utiliza una síntesis de los conocimientos tanto de Oriente como de Occidente, y muchas de las armas que se usan para combatir a Drácula provienen de los saberes del Este, hay todavía en los personajes una representación siniestra y oscura de lo que es el “Este”, que, para los ingleses, es todo lo que está al oriente de Austria, y simboliza lo desconocido o poco familiar. Cuando Van Helsing compara a los héroes con los cruzados y dice que, como aquellos caballeros de la cruz, “viajaremos al sitio de donde sale el sol y, como ellos, si caemos, caeremos por buena causa” (p.365), está pensando al equipo como un grupo de guerreros santos que deben atacar al enemigo del este sin ser crítico, de ninguna manera, de las acciones brutales que las cruzadas significaron contra el mundo árabe. La atmósfera que Stoker creó en los capítulos ambientados en el Este es muy oscura, aunque ambivalente: los campesinos se muestran severos, aunque también muestran muchas actitudes empáticas hacia Jonathan. Los demonios, por su parte, caminan sobre la tierra, los bosques están poblados de lobos y los paisajes se tiñen de un aire siniestro, aunque no por ello pierden su belleza fascinante.
Según algunas interpretaciones, la novela de Stoker presenta algunos matices xenófobos e imperialistas. El argumento, después de todo, puede interpretarse como la historia de un inmigrante poco virtuoso. Drácula es un extranjero del Este que intenta “invadir” Londres, y sus principales víctimas son las virtuosas mujeres victorianas. Las fantasías xenófobas a menudo incluyen representaciones del miedo que se le tiene al mestizaje: el miedo a que los grupos nativos sean superados por los inmigrantes y aquellos terminen siendo una minoría en sus propias tierras. En ese sentido, el vampiro puede leerse como una metáfora excelente de este proceso. Cada persona asesinada por el vampiro, bajo las condiciones correctas, se convierte en uno de ellos. Es fácil imaginarse a los humanos siendo superados rápidamente por los no muertos, y este proceso traza un paralelismo con las fantasías paranoides xenófobas sobre la inmigración y el mestizaje. En la novela, el remedio para este problema es que una banda de héroes occidentales empujen a Drácula fuera de Inglaterra, lo persigan y lo destruyan, realizando así una propia “invasión” de la tierra del inmigrante.
La xenofobia de Drácula también está presente en la representación que Stoker hace de los gitanos. Significativamente, estos son los aliados de Drácula, aunque no queda claro si ellos saben que el Conde es un vampiro al inicio de la novela, o si entienden qué es lo que están transportando en el capítulo final. Los gitanos son un pueblo migrante del Este de Europa que ha viajado por todas partes. En el pasado, eran la minoría más odiada en Inglaterra y sufrían la difamación constante tanto del periodismo como de la literatura, que los representaba como criminales peligrosos y salvajes, o como un grupo étnico poco civilizado que ponía en peligro las buenas costumbres. En la Europa continental, fueron uno de los grupos más atacados durante el Holocausto. En la novela, los gitanos son los sirvientes de Drácula, aunque hay mucha ambigüedad en relación al conocimiento que estos poseen sobre la verdadera naturaleza del Conde.
Al analizar la xenofobia del texto, otro elemento que vale la pena considerar es la fascinación de Stoker con la frenología. La frenología era una pseudociencia muy difundida a fines del siglo XIX y principios del XX que trataba de establecer correlaciones entre los rasgos de la personalidad y las características físicas del cráneo y el rostro de las personas. Esta pseudociencia estaba atravesada por profundas creencias de superioridad racial, y los “científicos” que la practicaban estaban interesados en establecer, con pruebas empíricas, la superioridad racial del hombre blanco, quien supuestamente poseería los rasgos físicos necesarios para progresar y evolucionar. En algunos momentos, Van Helsing acude a la frenología y clasifica al Conde como una persona con un “cerebro de niño” (p.388), astuto, sí, pero con una seria limitación en su desarrollo. A pesar de que en general se ha tratado de sostener un análisis positivo de la obra de Stoker (rescatando la virtud cristiana sobre la represión victoriana, dispensando la dimensión xenófoba del relato y proponiendo la síntesis de diversas formas del conocimiento antes que la dominancia del discurso científico y pseudo-científico sobre otros), un análisis general no sería adecuado si no se mencionaran estas lecturas, tan importantes y válidas como las otras.
Las interpretaciones que acaban de mencionarse recuerdan al lector que tanto Stoker como su novela son productos de un tiempo y un espacio específicos y que, como tales, no dejan de reflejar en sus contenidos el contexto de producción. Una mirada crítica ayuda a colocar a Drácula en el contexto del imperialismo y de los discursos sobre raza y etnia de fines del siglo XIX. Lo que es más, estas lecturas advierten sobre las representaciones políticas y étnicas que atraviesan y se manifiestan incluso en los trabajos de ficción que podrían parecer, a primera vista, “inocentes”.
En el capítulo 25, a pesar de que el conde es capaz de eludir a Van Helsing y los demás en Varna, comete un error crítico cuando corta la influencia que sostiene sobre Mina. Cabe resaltar, sin embargo, que eso no implica que Mina esté a salvo de convertirse en una vampiresa. El Conde asume que estará a salvo en su castillo, y no sabe que Van Helsing ha estado hipnotizando a Mina para aprovechar la conexión que ella aun tiene con él para adelantares a sus pasos.
Tanto Van Helsing como Mina prosiguen con sus consideraciones sobre la frenología. Además de comparar el cerebro de Drácula con el de un niño, los dos hablan del cerebro de los criminales, que parece ser un tipo especial y con problemas de desarrollo. A los ojos de los héroes de la novela, la criminalidad es una condición física dada por las proporciones del cerebro, y todos los criminales presentan el mismo patrón: se obsesionan con algo y no pueden dejar de pensar en ello. Mina incluso llega a mencionar a dos frenólogos estudiosos de los cráneos de criminales, famosos en su época: Nordan y Lombroso. Según la evidencia empírica reunida por ellos, al referirse a Drácula, Mina menciona que “en tanto criminal, su mente no está perfectamente formada” (p.389). Por eso, el Conde tiene limitaciones previsibles: es egoísta, pues solo piensa en escaparse a toda costa, dejando a sus hombres detrás, y usa la misma estrategia que cuando escapó de Turquía. Así, a partir del análisis de los rasgos del Conde y de su conducta, Van Helsing es capaz de interpretar que Drácula debe estar volviendo a su castillo.
Aquí hay otro ejemplo de cómo los héroes utilizan la ciencia (aunque sea una teoría totalmente equivocada en verdad) como un arma contra el Conde. Es necesario recordar que mucha gente inteligente tomó la frenología como una disciplina seria durante la época de Stoker, y el propio escritor la utilizaba como una herramienta para clasificar las naturalezas humanas. Estos sesgos racistas y clasistas y sus métodos que poco tienen que ver con la comprensión actual de la ciencia son mucho más fáciles de señalar en la actualidad, pero hacia fines del siglo XIX estaban tan entremezclados con otros discursos científicos que podían tomarse como verdad. A pesar de ello, cabe destacar que muchos pensadores se oponían a la frenología. Entre ellos, el más prominente quizás sea Charles Darwin, quien advirtió siempre los peligros de tomarse en serio esa pseudociencia.
Drácula debe dormir en una tierra especial, como se sabe desde que llegó a Londres. Esta necesidad es su debilidad más grande. El grupo ahora puede explotar dicha debilidad a su favor. Usando las riquezas de Arthur y de Quincey para costear la expedición, el equipo se propone dar caza a un Drácula indefenso en medio del paisaje salvaje y fascinante de Europa del Este. La mente de Mina demuestra una vez más ser de ayuda vital para el grupo, y es ella quien comprende la ruta que Drácula realizará para llegar a su castillo. Su inteligencia hace posible que la aventura continúe, justo en el momento en que el grupo parecía perder la pista del Conde definitivamente. Su iniciativa salva la situación.
Mientras los héroes se internan más en la naturaleza salvaje de Transilvania, es el propio Este, antes que Drácula, el que les opone sus obstáculos y peligros. Los rápidos del río causan una avería en la lancha que impide a Jonathan y Arthur continuar con el trayecto estipulado; la nieve, los lobos, los gitanos y las tres vampiresas se combinan para generar una travesía traicionera. Mina reporta en un momento que los nativos parecen simples y fuertes, pero que parecen existir en constante tensión con el entorno, y con un miedo profundo a las criaturas del mal que los acechan.
El último capítulo vuelve a presentar el tema de la redención cristiana, que es posible para todos los personajes, incluso para Drácula. Aunque no se trata de la redención en su sentido más espiritual, Jonathan trata de compensar su fracaso anterior siendo el primero y el más aguerrido en luchar contra los gitanos. También es uno de los personajes que asesta el golpe mortal a Drácula (junto a Quincey Morris).
Tras la muerte del vampiro, la pureza de Mina es restaurada completamente. Las tres mujeres vampiro también, antes deshacerse en polvo, muestran unos semblantes llenos de paz que le indican a Van Helsing que sus almas han sido rescatadas. Incluso Drácula conoce la redención en el último momento. Como registra Mina en su diario al referirse al momento en que el cuerpo del vampiro se hace polvo, “me alegrará mientras viva que, en el preciso momento de su disolución, hubiese en el rostro del conde una expresión tal de serenidad como nunca pensé ver en aquel ser” (p.429). Los héroes no solo han puesto fin a la amenaza que Drácula presentaba para Mina y para Inglaterra, sino que también han podido darle paz a su alma; la redención cristiana es posible para todos, y la declaración de Mina en capítulos anteriores sobre la posibilidad de que Dios hubiera unido al grupo para hacer su voluntad a través de ellos parece cobrar un nuevo sentido ahora.
La nota final, fechada siete años después de los eventos narrados, asegura al lector que todos los personajes han vivido felices a pesar de las espantosas experiencias a las que se enfrentaron juntos, y sirve también para sostener hasta el final la ilusión de que el lector acaba de leer un registro verídico de los hechos tal cual ocurrieron. Este recurso, que sostiene hasta el último momento la ilusión de realidad sobre un relato eminentemente fantástico convierte a Drácula en una obra maestra del terror gótico y de la literatura en general.