Edipo Rey

Edipo Rey Edipo Rey: El mito de Edipo

Detrás de toda gran tragedia griega casi siempre hay un mito. Esto se debe simplemente a que los griegos tenían la costumbre de usar los mitos como fuente para las tramas de sus obras en vez de inventar sus propias tramas o dramatizar eventos de la vida real (de hecho, la obra de Frínico, El saco de Mileto, lo costó una multa de mil dracmas por hacer exactamente esto).

Quizás de aquí surja la cuestión de lo inevitable, tan a menudo asociada con la tragedia griega. La mayor parte del público ateniense que veía por primera vez estas obras, tanto en la ciudad de Dionisia como en otros festivales dramáticos, estaba familiarizado con la historia de Edipo y sabía qué esperar apenas escuchaba su nombre.

La historia que conocían era la misma que la de la obra de Sófocles. Sin embargo, lo que es convincente es la forma en que Sófocles elige dramatizarla: la forma precisa en que pone en escena la historia ya conocida. Está claro que la historia de Edipo no es una invención de Sófocles. Sin embargo, reorganiza la forma en que se proporciona la información para generar la máxima tensión.

La historia del mito en orden cronológico es la siguiente:

Layo, descendiente de Lábdaco, es el rey de Tebas. Un oráculo predice, antes del nacimiento de su hijo, que este niño algún día será el asesino de su padre. Cuando el hijo nace, Layo (y en algunas versiones del mito también Yocasta, su esposa y madre de Edipo) le entrega el niño a un pastor y le ordena que lo saque de la ciudad y lo mate. Por lástima, el pastor le da el bebé a otro pastor, ata los pies del niño y le produce heridas. En algunas versiones, Layo atraviesa los pies de Edipo y lo abandona para que muera, y es el pastor quien encuentra al niño de casualidad. Este pastor lleva al bebé a Pólibo, rey de Corinto, quien lo adopta como su propio hijo.

A Edipo, ya adulto, se le dice que no es hijo de Pólibo. En consecuencia, busca la ayuda de un oráculo. Este le dice que está destinado a matar a su padre y a acostarse con su madre. Edipo, todavía pensando que Pólibo es su padre, huye de Corinto a Tebas en un intento por escapar del destino que el oráculo le ha revelado. Mientras viaja, se ve envuelto en una disputa en un cruce de caminos con un hombre en un carro (Layo, su padre biológico) y lo mata.

A medida que Edipo se acerca a Tebas, también se acerca a la Esfinge. Cuando llega, la Esfinge le propone su famoso acertijo: "¿Cuál es la criatura que en la mañana camina en cuatro patas, al mediodía en dos, y en la noche en tres?". La respuesta es ¨El hombre, que gatea de niño, camina erguido en la adultez, y en la vejez anda con un bastón". La Esfinge, responsable de la plaga de Tebas, es así derrotada. Edipo ha resuelto el enigma que ningún ateniense había podido resolver. En agradecimiento, los tebanos nombran a Edipo rey de Tebas (en lugar de Layo) y lo recompensan con la esposa del rey muerto, Yocasta, su madre biológica. Edipo y Yocasta tienen cuatro hijos: dos hijas (Antígona e Ismene) y dos hijos (Polinices y Eteocles).

En este punto comienza la obra de Sófocles. Años más tarde, una plaga golpea Tebas y Edipo, como rey, promete ponerle fin. Envía a Creonte, el hermano de Yocasta, al Oráculo Délfico para buscar orientación. Este le dice que el asesino de Layo debe ser encontrado y asesinado o exiliado (dependiendo, de nuevo, de la versión que se lea). Cuando Edipo comienza a buscar al asesino, se encuentra (o manda a buscar) a Tiresias, quien le advierte que solo se buscará a sí mismo ya que Edipo es el asesino de Layo. Edipo ignora este consejo.

Llega un mensajero de Corinto que le da a Edipo la noticia de que Pólibo está muerto. De esta forma, parece que la profecía del oráculo para Edipo no se ha cumplido. Pero el pastor que lo entregó a Corinto aparece y le informa a Edipo que es un hijo adoptivo. Yocasta, al escuchar esto, se da cuenta de lo que sucedió y se suicida. Edipo busca al pastor a quien inicialmente se le ordenó que lo asesinara, cuando era bebé. Se entera así de que el bebé criado por Pólibo y su esposa, Mérope, era en realidad el hijo de Layo y Yocasta. Finalmente, Edipo se da cuenta de que en el cruce de caminos mató a su padre y que ahora está casado con su propia madre. Cabe destacar que en la obra de Sófocles, el mensajero corintio es también el primer pastor; un pequeño pero sutil detalle.

Edipo encuentra a Yocasta muerta y se quita la vista. Luego (en la obra de Sófocles) abandona la ciudad y, con su hija Antígona como guía, deambula ciegamente por el país, para morir finalmente en Colono. Algunas versiones de la historia hacen que Edipo se suicide en Tebas, en lugar de irse o exiliarse.

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