Edipo Rey

Edipo Rey Resumen y Análisis : Prólogo, Párodos y Primer episodio (páginas 17 a 33)

Resumen

La obra se inicia frente al palacio de Edipo en Tebas. Una plaga acosa la ciudad. Edipo entra y encuentra a un sacerdote y a una multitud de niños rezando a los dioses para acabar con la maldición. El sacerdote le dice a Edipo que una plaga ha destruido sus cultivos y su ganado, y que, además, ha dejado a sus mujeres estériles, incapaces de tener hijos. El sacerdote le ruega a Edipo que salve la ciudad: "… lleva otra vez derechamente la ciudad, y de modo seguro" (19). Edipo le dice a la multitud reunida que, aunque sabe que están enfermos, ninguno está tan enfermo y devastado como él. En estas palabras de Edipo hay una clara intención de identificarse con Tebas.

Edipo le dice al sacerdote que ha enviado a Creonte al templo de Apolo para que los dioses le indiquen cómo puede salvarse la ciudad. Creonte llega y anuncia que el oráculo indica que deben "(…) echar fuera de esta tierra una mancha de sangre que aquí mismo lleva tiempo alimentándose (…)¨ (20), es decir, han de descubrir y hacer desaparecer al asesino de Layo.

"¿Dónde podrá hallarse el rastro indiscernible de una culpa tan antigua?" (21), se pregunta Edipo. Layo fue asesinado hace muchos años. Creonte habla con un mensajero que huyó aterrorizado del camino donde mataron a Layo. Este mensajero, a su vez, revela que: ¨(…) hallaron por azar unos salteadores y que ellos le mataron, no por la fuerza de uno sino uniendo todos sus manos¨ (21).

Edipo jura resolver el asesinato, tanto como parte de su deber como rey, como por el bien de la ciudad: "Es en mi beneficio, pues, que voy en socorro de Layo" (22). Todos salen excepto el Coro, que reza a los dioses Apolo, Atenea, Artemisa y Febo. En el Párodos, pide ayuda para terminar con la maldición.

Edipo regresa, reitera su compromiso de localizar al asesino y ordena que cualquiera que conozca al asesino debe hablar. Luego lanza una maldición sobre el asesino: "que pase su vida desgraciada de mala manera" (25). El Coro le aconseja que busque a Tiresias, un adivino ciego que puede interpretar los propósitos de los dioses.

Llega Tiresias guiado por un niño y Edipo le pide que nombre al asesino. Tiresias inicialmente se niega a responder e intenta irse. Edipo reacciona con enojo y Tiresias le dice que allí nadie sabe nada. Edipo lo acusa de ser "complotador de los hechos" con Creonte. Tiresias le dice a Edipo que es él, el propio Edipo, la contaminación de Tebas.

Edipo rechaza las palabras de Tiresias y lo llama ciego "de ojos y también de oído y de cabeza" (30). Tiresias responde simplemente que estos son insultos que pronto atacarán al propio Edipo. Edipo, que ahora sospecha de Creonte como conspirador junto a Tiresias, describe su propio logro al resolver el enigma de la Esfinge. El Coro intenta calmar la creciente ira, pero Tiresias hace otro largo discurso: dice que Edipo no sabe dónde está, dónde vive, quiénes son sus padres ni quién es él mismo, y predice que será expulsado de la ciudad y que no verá "sino sombra". Se produce una discusión entre Edipo y Tiresias en la que Tiresias lo desafía preguntándole con ironía si Edipo no era bueno ¨para encontrar salida a los enigmas¨ (32). Tiresias hace una predicción final: que el asesino quedará ciego, aunque antes veía, y pobre, aunque antes era rico, y que será probado tanto "padre como hermano" de los niños en su casa. Él y Edipo salen, dejando al Coro solo en el escenario.

Análisis

En el inicio de la obra se trata el asesinato de Layo como una historia de detectives. De hecho, Edipo habla de rastros y huellas, y el oráculo da pocas pistas sobre los eventos que se desarrollarán. Sin embargo, lo que Edipo hace como héroe trágico es acelerar esta revelación de los acontecimientos. También es notable la plaga que afecta a la ciudad, así como la "contaminación" metafórica dentro de ella: el propio Edipo. En la cultura ateniense, tanto el incesto que Edipo ha cometido como el asesinato de su padre se considerarían crímenes contra el orden natural y contra los dioses. El incesto es un gran tabú en la mayoría de las sociedades hasta el día de hoy. Debido a que Edipo engendró un hijo con su madre, ha engendrado una plaga en Tebas, que ha dejado a las mujeres estériles.

Lo que es clave para analizar el inicio de la obra es el primer vistazo que Sófocles nos da sobre el carácter más profundo de Edipo. El autor comienza la tragedia cuando la suerte de Edipo está en su apogeo. Por un lado, se ha enfrentado a la Esfinge, que le ha propuesto un enigma: ¨Cuál es la criatura que camina en cuatro patas en la mañana, en dos patas al mediodía y en tres patas a la noche?¨. Edipo ha respondido correctamente ¨el hombre¨ y, de esta manera, ha vencido a la Esfinge y liberado a Tebas de su amenaza. Además, ya es un rey próspero y respetado, con esposa e hijos. Varias veces en esta primera sección de la obra se lo conoce como Edipo el "grande". Algunos críticos también han encontrado en Edipo una arrogancia u orgullo desagradable. Este sentimiento de autoestima podría considerarse un "defecto trágico" (idea que parece provenir de una traducción errónea de la palabra griega hamartia, que significa "error"). También se podría sugerir que el orgullo de Edipo se manifiesta en la identificación de sí mismo con la ciudad de Tebas y en la forma en que asume el desafío de encontrar al asesino para asegurar su propia realeza.

Esta es una lectura convincente, pero es igualmente importante recordar que, incluso en esta primera etapa de la obra, el orgullo de Edipo no provoca ninguno de los eventos que causan la plaga. El asesinato de Layo, después de todo, ocurrió hace muchos años y Edipo ya tiene cuatro hijos engendrados con su propia madre. Aunque el orgullo de Edipo es responsable del descubrimiento final de lo que ha hecho, en realidad no lo causa. El llamado "defecto trágico" de Edipo tiene paradójicamente muy poco que ver con su trágico destino.

La obra comienza con una yuxtaposición idiosincrática: un coro de niños y el Coro de la obra en sí, compuesto por ancianos de Tebas. Este contraste se desarrolla más tarde en el personaje de Tiresias, un anciano ciego (parcialmente masculino y parcialmente femenino en el mito) guiado por un niño. Esto plantea inmediatamente preguntas sobre el pasado y el futuro. Estas preguntas son importantes si consideramos que Sófocles decide comenzar su obra aproximadamente a la mitad del mito de Edipo (ver "El mito de Edipo"). Una de las formas en que se revela que el pasado desconocido de Edipo da forma a su futuro está relacionada con la continuación de su trágico linaje: sus hijos resultan ser, de manera extraña, la misma generación que él.

Estas revelaciones conducen a Edipo a cegarse, quedando como un anciano indefenso (guiado en el Edipo en Colono por un niño, como Tiresias) exactamente como en el enigma de la Esfinge. De alguna forma, Edipo se libera de la ceguera de la juventud para descubrir la sabiduría dolorosa. En otro sentido, Edipo también retrocede y se da cuenta de que es tanto un niño con una madre como un padre con un niño.