El Corazón de las Tinieblas

El Corazón de las Tinieblas Citas y Análisis

"También este (...) ha sido uno de los lugares tenebrosos de la tierra".

Marlow (p.78)

Con esta frase, Marlow da comienzo a su historia en el barco anclado en el río Támesis. Lo que podemos inferir de esta primera línea es que la historia que va a contar habla, justamente, de otro lugar tenebroso. A lo largo de la novela, podemos descifrar que, más allá de las dinámicas de los lugares, aquello que los convierte en tenebrosos son las personas. Dicho de otro modo: cada personaje lleva tinieblas en su interior.

"Negras siluetas yacían, se acurrucaban, se sentaban entre árboles apoyándose contra los troncos, pegadas al suelo, medio iluminadas, medio difuminadas por la débil luz, en todas las posturas del dolor, el abandono y la desesperación".

Marlow (p.105)

En esta cita podemos hacernos una idea de la concepción que los colonos blancos tienen de los nativos africanos en la historia. Prácticamente no tienen entidad humana. Son "siluetas" que se mueven e ilustran todas emociones negativas: "dolor", "abandono", "desesperación". Al mismo tiempo, están difuminadas, se confunden con la débil luz de las tinieblas. Aquí podemos observar el tema de la "otredad", es decir, la posición conflictiva hacia lo diferente, o hacia los diferentes. Por otro lado, también podríamos ver un sesgo racista por parte de Marlow al hablar de los nativos africanos de esta forma. (Ver "¿Es El corazón de las tinieblas una novela racista?").

"Allí también hacía calor; grandes moscas zumbaban de un modo infernal y más que picar lo apuñalaban a uno".

Marlow (p.109)

En esta descripción que hace Marlow de uno de los puestos de la compañía, podemos hacernos una idea de su concepción de las tierras africanas. Las grandes moscas zumban de un modo "infernal" porque, de alguna manera, África es el infierno que Marlow debe atravesar para llegar al mítico personaje de Kurtz, pero también para alcanzar un juicio más completo sobre sí mismo. Las moscas, en África, no pican sino apuñalan, según Marlow. Esta metáfora está claramente ligada a la percepción exageradamente exótica que tenían los colonos blancos con respecto a las tierras que conquistaban.

"No nos libraremos de la competencia desleal hasta que uno de esos tipos sea ahorcado como ejemplo".

El director (p.142)

En esta cita se pone de manifiesto hasta dónde es capaz de llegar el director. Su ambición de eliminar a Kurtz del negocio del marfil solo tiene como objetivo reducir la competencia. El colonialismo transforma a las personas y las vuelve codiciosas y despreciables. Cada personaje debe hacerse responsable de sus propias tinieblas.

"-Comerlo -dijo con brusquedad, y miró hacia la niebla apoyando el codo en la borda y adoptando una actitud digna y profundamente pensativa".

Marlow (p.161)

El jefe de los caníbales le pide a Marlow que, en caso de que hubiera, les entreguen los prisioneros a ellos. Cuando Marlow le pregunta para qué, el "joven negro de espaldas anchas" le responde lo que podemos observar en la cita. Este pasaje es particularmente interesante porque es la primera interacción concreta entre un nativo y Marlow. Además, se le atribuye una "actitud digna y profundamente pensante", atributos que jamás se le dieron a ninguno de los nativos a lo largo de la novela.

"La noche era muy clara, un espacio azul oscuro en el que destellaban el rocío y la luz de las estrellas y en el que las formas de color negro permanecían inmóviles".

Marlow (p.217)

Marlow está buscando a Kurtz. Habla de una noche "muy clara", pero enseguida aparece "un espacio azul oscuro". Las luces de las estrellas destellando como gotas de rocío son, más allá de una hermosa imagen poética, la construcción de las tinieblas que atraviesan toda la obra. Es decir, la oscuridad, esa gran tiniebla que circunda la historia, se construye con juegos de luces también, que por momentos permiten ver mejor "el horror".

"La parda corriente fluía rápidamente desde el corazón de las tinieblas, llevándonos río abajo en dirección al mar, al doble de velocidad que cuando la remontamos; la vida de Kurtz también se escapaba con rapidez, fluía y fluía de su corazón hacia el mar del tiempo inexorable".

Marlow (p.223)

En esta cita, Marlow establece una comparación entre el corazón de las tinieblas y el de Kurtz. Lo que fluye desde cada uno lo hace a gran velocidad y de manera inexorable. La vida huye de Kurtz con la furia natural de un río. En esta comparación que realiza Marlow está otra vez presente la idea de que cada personaje debe enfrentarse con sus propias tinieblas. África simplemente los ha ayudado a identificarlas.

"-¡Oh, algún día te arrancaré el corazón!".

Kurtz (p.225)

Esto es lo que le grita Kurtz a la "invisible espesura". Ya no soporta más ver todo eso. Se encuentra en el barco de Marlow y le pide que cierre la portilla. Está claro que la experiencia en África lo ha transformado. O tal vez ha hecho que emergiera su verdadera esencia. Como sea, la transformación ha sido traumática. Kurtz le grita a la invisible espesura que algún día le arrancará el corazón. Esa amenaza conlleva una gran frustración por parte de Kurtz. En el estado en que está ya no puede defenderse, ni siquiera de sí mismo.

"Gritó con un hilo de voz ante alguna imagen, alguna visión, gritó dos veces, un grito que era poco más que un suspiro: ¡El horror! ¡El horror!".

Marlow (p.227)

Probablemente sea una de las frases más famosas de El corazón de las tinieblas. Kurtz, en su lecho de muerte, pronuncia "el horror" como si fueran sus palabras de despedida. Algunas líneas antes, ya nos había aclarado que estaba en la oscuridad "esperando la muerte". Por un lado, es una escena trágica, en la que un personaje se está despidiendo de la vida. Pero, al mismo tiempo, es inevitable no sentir algún tipo de alivio, ya que la muerte pondrá fin a esa torturada existencia. Las tinieblas, las propias y las que se reflejan en el paisaje africano, no solo enfrentan a los personajes con sus verdaderas esencias; también pueden dejarlos sumidos en un delirio nebuloso, como es el caso de Kurtz.

"No fui capaz de decírselo. Habría sido todo demasiado triste. Demasiado triste..."

Marlow (p.244)

La prometida de Kurtz pregunta por sus últimas palabras. Marlow no puede decírselas porque sería demasiado triste, y así lo expresa en esta cita. Curiosamente, repite dos veces "demasiado triste", creando una especie de contrapunto con las dos veces que Kurtz dice "el horror". Al final de cuentas, Marlow, al igual que Kurtz, también ha sufrido una transformación a partir de la experiencia en África, después de haber transitado el corazón de las tinieblas.

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