El colonialismo
Conrad propone repensar la dicotomía "civilización-barbarie" poniendo en tela de juicio la superioridad absoluta de la civilización europea y su derecho a colonizar naciones menos desarrolladas. En varios pasajes de la novela podemos apreciar esta lectura a través de Marlow, que reflexiona con respecto a estos colonos y sobre cómo están explotando la debilidad de los otros.
La expansión del colonialismo en el mundo se circunscribe a una cuestión de imponer violencia y robar. Es más una forma de conquista que otra cosa. Esta práctica, analizada de cerca, "no era nada de lo que uno pueda enorgullecerse", razona Marlow. El viaje de Marlow hacia el puesto de Kurtz es también introspectivo. Y cuanto más se acerca a este misterioso personaje, Marlow toma cada vez más conciencia de las consecuencias que ha provocado el colonialismo en el lugar.
Sin duda, por las reflexiones sobre el tema y por la forma en que se lo ilustra, el colonialismo es uno de los temas fundamentales de El corazón de las tinieblas. El viaje que realiza Marlow a través del Congo es también un viaje a través de las consecuencias del colonialismo en el lugar.
La enfermedad
La enfermedad es un tema que está presente a lo largo de toda la novela. Aparece tanto en formas físicas como mentales. Marlow se encuentra con un capitán sueco que le cuenta que en el camino ha recogido a un hombre que se suicidó. Sin ser explícito, este capitán sugiere que los efectos de la jungla en su mente tuvieron que ver con esa decisión. Por otra parte, lo primero que hace Marlow al ser contratado por la compañía es ir al médico. El hombre lo revisa y luego le pregunta si hay antecedentes de locura en su familia. La fragilidad de la salud mental de los personajes ya está planteada en esta escena y, de alguna manera, anticipa la locura que vamos a observar en varios personajes.
La posibilidad de enfermar, o de que el cuerpo no esté a la altura de las circunstancias que se presentan en un lugar como el Congo, es una constante en la novela. Asimismo, mientras la temática de la salud mental es algo bastante particular del El corazón de las tinieblas, lo referido a la salud física se inscribe en la tradición de las novelas victorianas, en las que los hombres a menudo viajan a África solo para contraer enfermedades exóticas.
Con respecto a este tema, hacia el final de la novela descubrimos que Marlow tiene más imposiciones mentales que físicas, mientras que Kurtz sufre claramente de las dos. Muchos críticos también han relacionado el tema de la enfermedad como un rasgo autobiográfico del propio Conrad, ya que escribió El corazón de las tinieblas luego de verse obligado a dejar de navegar, justamente por haber contraído una enfermedad en uno de sus viajes.
El pensamiento grupal y los personajes genéricos
Esta novela es inusual en el sentido de que el autor no le da nombres a la mayoría de los personajes. En vez de eso, les asigna títulos que se relacionan con sus objetivos más relevantes. Si bien no terminan de constituirse como personajes alegóricos, estos nombres-categorías les otorgan a los personajes características individuales, como una forma de hablar y una vestimenta. Más allá de esto, en su mayoría, estos personajes son sustitutos de grupos mayores.
La excepción obvia es Marlow. Su reacción contra las estructuras coloniales, apoyadas por personajes con nombres como "el director" o "el abogado", lo ubican un poco fuera de este sistema. El pensamiento grupal es evidente en grupos con nombres como "los peregrinos" y "los nativos". Estos grupos tienen algunos miembros destacados, como la mujer nativa de deslumbrante belleza, o el peregrino pelirrojo y ebrio de sed de sangre, pero, en su mayoría, se mueven juntos, toman las mismas decisiones y tienen las mismas intenciones. Conrad critica estos patrones, a través de los que los individuos de una sociedad piensan igual que los otros miembros de su grupo, sin detenerse a pensar por sí mismos. Aunque Marlow no es en absoluto un personaje heroico, Conrad ilustra, al distinguirlo del resto, la necesidad de un pensamiento individual.
El primitivismo
El primitivismo está presente a lo largo de toda la novela y podríamos decir que uno de los principales factores de suspenso. A medida que la tripulación avanza río arriba, está viajando hacia el "corazón de las tinieblas". Sin embargo, la contradicción es que Marlow también siente como si estuviera viajando en el tiempo. Cuando Conrad escribió esta historia, los científicos estaban descubriendo que África había sido la cuna de la civilización humana. Al mismo tiempo, del otro lado de la neblina tenebrosa, en la espesura de la jungla, se esconden amenazantes los nativos. El primitivismo no está relacionado solo con los rasgos prehistóricos del paisaje, como pueden ser los inmensos y vetustos árboles, sino también con esos nativos que acechan con intenciones indescifrables para los blancos.
Sin embargo, una de las paradojas de esta novela es que en este viaje "hacia atrás en el tiempo", como en algún momento lo define Marlow, ningún miembro de la tripulación se acerca a la inocencia y la pureza del "noble salvaje", sino que se aleja de ella. Palabras como "pestilente" y "sórdido" se usan una y otra vez para describir a los nativos y sus tierras. Conrad parece afirmar que la creencia cristiana de que la prehistoria no fue tocada por las tinieblas es una falacia. Todo lo contrario: allí está "el horror".
La incertidumbre
Nada en esta novela se describe en términos muy concretos. Las orillas son nebulosas. La tierra parece una columna vertebral que sobresale de la espalda de un hombre, pero no se describe en términos topográficos. Marlow está obsesionado con Kurtz incluso antes de conocerlo, sin tener una idea clara de por qué. Una sensación de peligro impregna todo el viaje, y está principalmente dictada por la incertidumbre. Cuando los nativos rodean la caseta del señor Kurtz, Marlow y el ruso no solo no saben qué harán los nativos, sino que tampoco tienen muy en claro qué dirá el propio Kurtz. A propósito de esto, el ruso dice: "Bueno, si no les dice las palabras adecuadas, estamos todos perdidos" (p.204). La incertidumbre en la que viven el ruso y Marlow se traduce en miedo. Sin embargo, podemos afirmar que es un mecanismo propio de esta novela: mantener las certezas en las tinieblas, es decir, escondidas, y de esta forma construir la tensión y el suspenso.
Sin ir más lejos, el propio señor Kurtz es una figura incierta, gobernada por dos impulsos separados: uno noble y el otro, destructivo. Al comienzo de la novela, el lector percibe que la primera es su característica dominante (o la única). Pero tras conocerse los garabatos viciosos en su manuscrito y la crueldad con la que obtiene el marfil, Kurtz demuestra estar más dominado por el segundo. La forma en que Marlow decide acompañar a Kurtz hasta el final es, finalmente, también confusa. Uno podría juzgarlo de una forma u otra. La idea de "tinieblas" expresa el tema de la incertidumbre en la novela. Lejos de agotarse en una circunstancia del paisaje, estas tinieblas también se relacionan con la incertidumbre que algunos personajes tienen respecto de quiénes son en realidad.
El abuso de poder
El abuso de poder siempre es un tema muy ligado al colonialismo. En El corazón de las tinieblas, todos los personajes están de acuerdo en que las circunstancias en África son muy diferentes a las que existen en Europa. En el Congo está implícita la idea de una vigilancia en la que "todo vale". Las reglas fuera de Europa son distintas simplemente porque los órganos de control se quedan en el viejo continente, y los colonos son los que crean nuevas formas de control, sin límites éticos o morales.
Esto cambia o, mejor dicho, quiebra cualquier equilibrio de poder que podía darse entre los colonos y los nativos del lugar colonizado. El poder se concentra en los colonos, que tienen armas más efectivas e imponen condiciones utilizando la violencia. Así y todo, en el caso de Kurtz la dinámica de este abuso de poder cambia. Kurtz mantiene un enorme dominio sobre los nativos que lo acompañan en su puesto a través de la comprensión de su idioma y gracias a sus habilidades culturales y de comunicación. Básicamente podríamos decir que explota el aprecio que los nativos sienten por él y los usa. Si bien es una estrategia menos agresiva, no deja de inscribirse en el tema del abuso de poder.
Por otro lado, los hombres de Marlow utilizan un medio mucho más simple para obtener autoridad: las armas de fuego. Esta es la tragedia del imperialismo: la llegada del hombre blanco anuncia un nuevo orden, pero en la creación de ese orden, son ellos los que poseen las herramientas y toda la autoridad.
La religión
Aunque existe una controversia respecto de si Conrad critica o no el colonialismo, no hay duda de que critica la religión. Los dos grupos en la novela, los peregrinos y los nativos, están unidos por tener creencias religiosas. Y los peregrinos parecen al menos tan sanguinarios como los nativos.
Una de las características aparentemente admirables de Kurtz, tal como lo presenta Conrad, es que parece tan interesado en la religión africana como en el cristianismo y, así y todo, no da la sensación de estar comprometido con ninguna de las dos. Marlow admira su capacidad de criticar las religiones. Puede que no esté de acuerdo con la evaluación de Kurtz, pero respeta su capacidad de tener opiniones propias frente a las diversas tradiciones religiosas que encuentra.
En ese sentido, el tema de la religión no aparece como un análisis en referencia a la contraposición de creencias entre Europa y África, sino más bien como una reflexión sobre la falta de autonomía crítica, es decir, la forma en que los personajes de la novela se dejan arrastrar por la creencia que tiene el grupo al que pertenecen antes de cuestionarse aquello en lo que están creyendo. En relación con esto, no es casualidad que los únicos personajes que tienen esta capacidad autónoma de pensar sean Marlow y Kurtz, los únicos que tienen nombre en la novela.
La ambición
El tema de la ambición se pone de manifiesto a través del material más preciado que se encuentra en la novela: el marfil. En El corazón de las tinieblas, el marfil es la razón principal de que los colonos estén en África.
Kurtz se obsesiona tanto con el marfil que corrompe a los nativos y los incita a obtener este material a como dé lugar. El ruso se deja seducir por esta ambición de Kurtz. El director y su tío están dispuestos a matar a Kurtz para eliminar la competencia en el negocio del marfil. Como se puede ver, el marfil representa la ambición de los colonos, que se constituye como una estrictamente capitalista. La locura, el famoso "horror" que Kurtz pronunciará en su lecho de muerte, toda esa tiniebla que envuelve la novela está relacionada con una ambición tan ciega como negligente.
Marlow, por su parte, ambiciona conocer a Kurtz, se obsesiona con él, solo por los comentarios que escucha durante el viaje. Está claro que la ambición se presenta como una fuerza trastornante que puede derivar tranquilamente en la locura.