La madre. (símbolo)
A lo largo de toda la novela la figura de la madre se hace presente como símbolo del desvarío y la locura. Aparece como una persona desagradable a quien el narrador, su primogénito, continuamente llama “la loca”. El ánimo inestable y las actitudes agresivas de esta mujer son lo que le hacen llamarla de esta manera.
Droga. (Motivo)
En el texto encontramos referencias directas y constantes al uso de sustancias nocivas para el organismo como la marihuana y la cocaína, sobre todo en su consumo compulsivo y como escape de una realidad violenta. Tanto el narrador como su hermano Darío frecuentan ámbitos en que se utilizan estas drogas. Si bien el narrador parece controlarse más en cuanto a su uso, él mismo es quien sugiere a Darío el consumo de marihuana para aliviar los males de su enfermedad. Sin embargo, Darío se vuelve directamente adicto, tanto a esta hierba como a la cocaína.
Homosexualidad (Motivo).
El texto coloca en un plano bastante central el tema de la homosexualidad. Tanto el narrador como su hermano Darío poseen esta orientación sexual. El primero en manifestar su elección fue el narrador, cuando dio a conocer a su familia que convivía con una pareja masculina. Al mismo tiempo, ligado a la homosexualidad, encontramos la enfermedad del SIDA, la cual es padecida por Darío, a quien el narrador cuida hasta sus últimos días.
El desbarrancadero. (Alegoría)
El título de la novela, El desbarrancadero, podría considerarse como una alegoría tanto de la muerte —encarnada por personajes como el padre del narrador o su hermano Darío— como de la decadencia de la sociedad colombiana de la época. En este sentido, un ‘desbarrancadero’ es, en términos geográficos, un despeñadero o precipicio por el que caen las piedras. Es decir, consiste en un lugar peligroso por el cual se puede ir “hacia abajo”, literalmente, y lastimarse gravemente o —lo más seguro— morir. En la novela encontramos no solamente el desarrollo de la enfermedad del SIDA en el cuerpo de Darío, que cada vez lo consume más y más, sino también una constante crítica político-social a la Colombia de la época de la narración, en tanto el narrador parece considerarla decadente, tanto en cuestiones religiosas, como económicas y políticas.
Aguardiente. (Símbolo)
En vínculo con la alegoría precedente, encontramos la presencia del aguardiente. Se trata de una bebida alcohólica que el narrador asocia con asesinos y malvivientes. En ese punto, la vincula con su país, Colombia. Parece que la considera como una nación “asesina”, tal como podemos observar en la siguiente cita: “—No, Darío, a mí el aguardiente me causa vómito con ese saborcito de anís. Me sabe a borracho, a asesino, a Colombia.”