Hacia el oeste se amontonaban las nubes, tan parecidas a una ciudad vista desde lejos —desde el puente de un barco que se aproximara— que podían haber tenido un nombre (Símil)
El comienzo del cuento describe un día soleado de verano que acompaña el buen humor y el entusiasmo de Neddy Merrill. Sin embargo, también en las primeras líneas se introduce este cúmulo de nubes a lo lejos, que augura tiempos más difíciles. El símil que compara estas nubes con una ciudad vista desde un barco que se acerca sirve para aportar a las imágenes que se detienen frecuentemente en la descripción del clima, poniendo énfasis en el gran tamaño del nubarrón y en el movimiento que lo acerca adonde está el protagonista.
Podría habérselo comparado con un día de verano, en especial con las últimas horas de uno de ellos (Símil)
Este particular símil compara al protagonista, esbelto y fuerte, con un día de verano. De este modo, se pone nuevamente énfasis en la importancia del tiempo en el cuento, y en la íntima relación que se establece, simbólicamente, entre el cambio del clima y la transformación del personaje. En este sentido, la aclaración de que a Neddy se lo podría comparar especialmente con las últimas horas de un día de verano sirve también como un elemento de anticipación que augura el debilitamiento que sufrirá el personaje a medida que se acerque la noche y el frío.
(...) se sintió como un explorador que busca las fuentes de un torrente y encuentra un cauce seco (Símil)
Este símil, que compara al protagonista frente a una piscina seca con un explorador ante un cauce seco, acompaña la ironía, que se traza a lo largo del texto, que asocia el curioso trayecto que Neddy traza hacia su casa con el peligroso viaje de un explorador en terrenos desconocidos. Por otro lado, es él mismo quien se siente así, por lo que este pasaje también nos habla del protagonista, dando cuenta del exagerado concepto que tiene de sí mismo, por un lado, y de su capacidad de negación, ya que esta comparación atenúa la decepción que le provoca, en un principio, el abandono que observa en la propiedad de los Welcher.
(...) aquello no pasaba de ser un remanso de aguas estancadas en el río Lucinda (Metáfora)
En un movimiento similar al analizado en el símil anterior, en este caso el narrador, desde el punto de vista del protagonista, ve el agua sucia de la piscina pública como un remanso de aguas estancadas en el río que imagina estar atravesando hasta su casa.