Olores en el camino a casa del protagonista (olfativa)
"Los olores eran más crudos, más intensos, jabón amarillo, café, tabaco negro, tinta de imprenta, yerba mate, todo olía encarnizadamente”.
Lo interesante de esta cita es que refiere casi metafóricamente al tipo de aromas que percibe el protagonista al ir acercándose a su casa, distanciándose, de este modo, de los olores algo más fantasiosos o agradables que recibe en las galerías por las que le gusta vagar la mayor parte de su tiempo, lejos de su madre y de su novia, y cerca de otro tipo de experiencias que lo alejen de su cotidianeidad.
El narrador cuando era adolescente y vagaba por las galerías (imagen visual)
"Las Josiane de aquellos días debían mirarme con un gesto entre maternal y divertido, yo con unos miserables centavos en el bolsillo, pero andando como un hombre, el chambergo requintado y las manos en los bolsillos, fumando un Commander precisamente porque mi padrastro me había profetizado que acabaría ciego por culpa del tabaco rubio".
En esta cita podemos vislumbrar cómo lucía de joven el protagonista del cuento y cómo también le veían las prostitutas de aquella época -aproximadamente el año 1928- en las galerías de Buenos Aires. Es interesante resaltar que llama 'las Josiane' a todas aquellas mujeres que se dedicaban a lo mismo que la mujer que conoce en la Galerie Vivienne, a la que sí le asigna un nombre propio, pues llega a conocerla bastante y a hacerse, quizás, amigo suyo.
Descripción de las galerías a las que va a caminar el narrador (imagen visual)
"La Galerie Vivienne, por ejemplo, o el Passage des Panoramas con sus ramificaciones, sus cortadas que rematan en una librería de viejo o una inexplicable agencia de viajes donde quizá nadie compró nunca un billete de ferrocarril, ese mundo que ha optado por un cielo más próximo, de vidrios sucios y estucos con figuras alegóricas que tienden las manos para ofrecer una guirnalda [...]".
A través de estas palabras podemos visualizar el espacio por el que camina el protagonista de manera asidua. Los tipos de negocios que podían encontrarse en las galerías, el modo en que lucen las vidrieras de los negocios y el elemento simbólico por excelencia del cuento: la guirnalda.
Muchedumbre y confusión general en la ejecución de un asesino en la guillotina (imagen visual, auditiva)
"Y ya no pensé más porque Josiane se apretó contra mí gimiendo, y en la sombra que los dos reverberos de la puerta agitaban sin ahuyentarla, la mancha blanca de una camisa surgió como flotando entre dos siluetas negras, apareciendo y desapareciendo cada vez que una tercera sombra voluminosa se inclinaba sobre ella con los gestos del que abraza o amonesta o dice algo al oído o da a besar alguna cosa, hasta que se hizo a un lado y la mancha blanca se definió más de cerca, encuadrada por un grupo de gentes con sombreros de copa y abrigos negros, y hubo como una prestidigitación acelerada, un rapto de la mancha blanca por las dos figuras que hasta ese momento habían parecido formar parte de la máquina, un gesto de arrancar de los hombros un abrigo ya innecesario, un movimiento presuroso hacia adelante, un clamor ahogado que podía ser de cualquiera, de Josiane convulsa contra mí, de la mancha blanca que parecía deslizarse bajo el armazón donde algo se desencadenaba con un chasquido y una conmoción casi simultáneos".
Esta extensa cita corresponde a una sola oración, en la que el narrador describe detalladamente la confusión visual (y auditiva: clamor, chasquido) que se vive al momento de la ejecución. Constituye en sí misma una imagen casi cinematográfica, en la que los contornos de las formas no son claras, y la imagen visual en sí misma transmite velocidad y densidad humana, cambios de posición, e incluso una sensación de peligro inminente, de arrolladora rapidez en la sucesión de los movimientos.