El Otro Cielo Resumen

El Otro Cielo Resumen

El cuento "El otro cielo" posee dos apartados encabezados por un epígrafe cada uno.

Al comienzo, se presenta la vida del protagonista, un hombre de entre 30 y 40 años que trabaja en la Bolsa de valores Buenos Aires, en los años 40 del siglo XX, pero que, sin embargo, parece ser capaz de viajar en el espacio-tiempo a la París de 1870.

En primera persona, este personaje, cuyo nombre no se da a conocer, cuenta que de vez en cuando sale a caminar por las galerías cubiertas de la Capital Federal de Buenos Aires. Recuerda, a su vez, las caminatas que solía realizar por la misma zona cuando era un adolescente. Especifica que le gustaba recorrer los pasajes en los que las prostitutas brindaban sus servicios, pero él tenía cara de muy joven y no le prestaban demasiada atención.

De grande, paseando por el Pasaje Güemes, el protagonista accede a la Galerie Vivienne, que en realidad se encuentra en París. El cuento nunca menciona que esto es un hecho peculiar, es decir, que el pasar de una ciudad a otra por medio de un pasaje no es algo cotidiano. Sin embargo, lo naturaliza como si fuese parte de su realidad. En la Galerie Vivienne, donde hace frío -mientras que en el Pasaje Güemes hace calor- conoce a Josiane, una prostituta que trabaja en la zona y vive en un altillo o bohardilla encima de la galería.

Con ella vive momentos de alegría y diversión, conversa de cosas triviales, se distrae mientras el resto de la realidad queda afuera. Al menos, por un tiempo, pues resulta que anda suelto un asesino serial de mujeres que la prensa apoda "Laurent".

En el cuento se realizan referencias temporales diversas. Por un lado, al fin de la Segunda Guerra Mundial, la bomba de Hiroshima y a una dictadura argentina, lo cual nos deja saber que en Buenos Aires se transcurre la década del 40 del siglo XX. Por otro lado, se refiere a una guerra pronta a ocurrir en París, y se menciona a los prusianos, de los cuales la gente debe cuidarse, lo cual permite pensar que la época del segundo espacio es 1870, aproximadamente.

La narración nos presenta un personaje que parece disfrutar más de este espacio parisino que de su casa y su vida cotidiana en Buenos Aires. En esta segunda ciudad, él vive con su madre y tiene una novia llamada Irma. Aparentemente, su trabajo no es de su mayor agrado, como tampoco la observación constante de su madre sobre sus andanzas nocturnas. Por su parte, su novia aparece mencionada como una mujer inocente, de clase media, que se horrorizaría si se enterara de que él frecuenta el Pasaje Güemes.

Progresivamente, el cuento se desarrolla más en París que en Buenos Aires y cuenta cada vez más detalles en torno a la vida de las prostitutas, de cómo ellas tienen un patrón que les vigila y cuida, de cómo avanzan las cuestiones políticas y de cómo se acerca cada vez más el asesino serial que actúa en París.

Dentro del primer apartado se menciona también a otro personaje que suele ir a beber ajenjo al mismo bar en donde el narrador protagonista se encuentra con Josiane y otros asistentes. Se trata de un 'sudamericano', de quien nunca dirán el nombre, pero sí detallarán que su acento no parece distinto del francés.

En un momento, el narrador bromea con Josiane en cuanto a que el sudamericano podría ser el asesino Laurent. Lo hace para divertirse, simplemente, pero ella se asusta y molesta ante la idea. Sin embargo, no parece tratarse de la misma persona, dado que la fuerza que ejerce en sus crímenes no parece tenerla el sudamericano.

Cuando se enteran que Laurent ha matado a alguien más, cerca del café, se quedan en silencio, "como en misa", y de alguna forma sienten que el peligro se acerca más que antes. En este sentido, el bar aparece como un espacio de contención para quienes asisten a él.

En este primer apartado también se mencionan a dos mujeres, compañeras de Josiane, y que se llaman la Rousse y Kikí. Son prostitutas que también frecuentan el bar y conversan con el protagonista y con Albert, el dueño del bar. La Rousse y Josiane se habían peleado hacía poco por cuestiones de trabajo. Más adelante, en el segundo apartado, se habrán de arreglar.

En el segundo apartado del cuento, el narrador, tras todo lo vivido en París, aparece cansado y taciturno en Buenos Aires, por lo que su madre le sugiere pasar unos días en una isla -suponemos que pueda referirse a las islas del Delta, cercanas a la Capital Federal-, donde también van con Irma. El protagonista, que ansía regresar a la Galerie Vivienne, pasa unos días con su madre y su novia, pues no quería entristecer a Irma, "para que no sospechara que mi verdadero reposo estaba en otro lado", pero tras unos días no tolera más la isla y decide volver a la ciudad.

Una vez de regreso en la Galerie Vivienne, se entera de que definitivamente habrá guerra -la guerra franco-prusiana de 1870 en Francia- y los hombres deberán sumarse a las filas. Mientras tanto, cuenta que al no haber encontrado todavía a Laurent, guillotinaban a otros criminales. De hecho, ellos asisten a una de las ejecuciones en la Roquette, lo que aparentemente se vive como una suerte de espectáculo, aunque se describe de un modo grotesco y atemorizante.

Luego de ello, el narrador siente que su vida en las galerías no tendrá mucho tiempo más, que toda esa experiencia ha sido como un preludio engañoso o una "trampa de flores". En este punto, paralelamente, es cuando se menciona la dictadura militar en Argentina, así como el pronto fin de la Segunda Guerra Mundial. Ante este escenario bonaerense, el protagonista siente que querría volver a la galería de París, pero al mismo tiempo una fuerza lo retiene junto a su madre y su novia, sabiendo que allá no lo esperarían como antes, estando como estaban en plena guerra con los prusianos.

Cuando pudo regresar, se enteró de que habían capturado a Laurent, y de que también había fallecido el sudamericano que frecuentaba el bar. Estas dos muertes le parecen simétricas al protagonista, como si tuvieran algo en común y del mismo modo se irían a diluir en la memoria del barrio.

Él y Josiane se besan y comparten alegremente el fin del terror y viven lo que será su despedida, aunque el narrador no lo sepa en ese momento. Mientras tanto, en Buenos Aires se termina la guerra mundial y la Bolsa de valores requiere de mucha atención, pues la economía ha cambiado rotundamente. En ese tiempo, el narrador e Irma se casan y él ya no regresa a la Galerie Vivienne, incluso se menciona que va a ser padre para fines de año.

El cuento termina mostrando a un narrador entregado a la vida de Buenos Aires, su trabajo, su esposa, su familia y su casa, ajeno ya a las diversiones que pudo conocer en París.

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