El Otro Cielo Temas

El Otro Cielo Temas

Prostitución

El cuento muestra el mundo de la prostitución de las ciudades de Buenos Aires y de París de un modo algo sentimental, como el entorno en el que los jóvenes se dirigen para perder su virginidad. Se lee al comienzo del texto: "Aquí, por ejemplo, el Pasaje Güemes, territorio ambiguo donde ya hace tanto tiempo fui a quitarme la infancia como un traje usado". El Pasaje Güemes estuvo ubicado realmente sobre la calle Florida, una de las calles céntricas más destacadas del Microcentro porteño.

Continúa el texto: "Las Josiane de aquellos días debían mirarme con un gesto entre maternal y divertido, yo con unos miserables centavos en el bolsillo pero andando como un hombre". Aquí se entiende que desde muy joven el narrador protagonista se dirigía a estos espacios, a recorrerlos como quien los ve de afuera, antes de poder participar.

Más adelante, cuando se encuentra de novio, el narrador conoce a Josiane, una prostituta que tiene su bohardilla -o altillo en el cual vive- en el fondo de la Galerie Vivienne, en París. Es interesante constatar la diferencia entre un espacio y otro, aunque en algún punto se trata del mismo estereotipo de mujeres que trabajan sexualmente.

En el caso particular de Josiane, el protagonista parece querer protegerla, cuidarla, reírse con ella. De todos modos, sabe que tiene un patrón que la vigila y cuida, y sabe también a la perfección que ella en algún punto disfruta de su trabajo, de subir por la escalera cuando llega el turno, aun si no tiene que subir con él.

Por momentos, el protagonista parece estar enamorado, pero no queda claro si es así en el caso de ella. A la vez, se encuentra suelto un asesino serial de mujeres entre las calles de París, lo cual atenta y peligra contra la seguridad de las trabajadoras sexuales.

Conservadurismo social

Este tema resulta fundamental, aunque parezca un trasfondo que poco altera la trama. El narrador protagonista, trabajador en la Bolsa de Valores de Buenos Aires, aún vive con su madre cuando realiza las andanzas por las galerías. Además, se encuentra de novio con una chica llamada Irma.

Tanto su madre como Irma se presentan como mujeres de clase media que respetan las conductas sociales, por ejemplo en cuanto a conversaciones ocasionales y poca inclinación a la reflexión: "Mi novia, Irma, encuentra inexplicable que me guste vagar de noche por el centro o por los barrios del sur, y si supiera de mi predilección por el Pasaje Güemes no dejaría de escandalizarse. Para ella, como para mi madre, no hay mejor actividad social que el sofá de la sala donde ocurre eso que llaman la conversación, el café y el anisado".

El protagonista, por su parte, quiere acceder a otro mundo, "otro cielo", el cual parece vislumbrase como un espacio de libertad, de apertura, de experimentación, de risas, alcohol y sexo, de manera tal de no sentirse como un hombre mediocre, atrapado por el sistema.

El cuento nos muestra el contraste entre su personalidad y, por ejemplo, la de su propia madre: "Mi madre sabe siempre si he dormido en casa, y aunque naturalmente no dice nada puesto que sería absurdo que lo dijera, durante uno o dos días me mira entre ofendida y temerosa. Sé muy bien que jamás se le ocurriría contárselo a Irma, pero lo mismo me fastidia la persistencia de un derecho materno que ya nada justifica...".

Sin embargo, hacia el final de la narración, encontraremos que el narrador sucumbe al sistema y se queda donde no es genuino, cumpliendo las normas que le impone la sociedad.

Amor

En este punto, el texto resulta muy interesante, puesto que parece presentarnos dos formas muy diferentes de vivir el amor, y ambas parecen genuinas en alguna medida. Por un lado, encontramos el amor jovial, liviano, casual, incierto y divertido que el protagonista siente y parece vivenciar con Josiane. Por otro lado, encontramos el amor seguro, estable, esperable, comprometido que el protagonista acabará teniendo con Irma, su novia, hasta el punto de casarse y tener un hijo con ella.

Podríamos pensar que ambas mujeres representar mitades no reconciliadas del protagonista. Aunque, también es cierto que tanto al comienzo como al final del cuento, el narrador continúa esperanzado con que el pasaje y la guirnalda aún le dejen reencontrarse con Josiane, como si fuese con ella con quien le gustaría seguir compartiendo su vida.

Asesinato en serie

Este es un tema que parece tangencial, pero termina siendo muy importante para el desarrollo de la trama. En la Galerie Vivienne y en sus alrededores, existe el temor de que el asesino que la prensa ha llamado 'Laurent' -el narrador duda de que este sea efectivamente su verdadero nombre- pueda atacar a las mujeres del espacio que el protagonista frecuenta asiduamente. Asimismo, en paralelo, la sociedad parisina asiste a las ejecuciones públicas de los asesinos en la guillotina, herencia de la Revolución Francesa que aún se sigue utilizando un siglo después, en 1870.

En cierto momento, antes del desenlace de la tensión y del peligro, el narrador bromea con Josiane acerca de la posibilidad de que el asesino sea el sudamericano que frecuenta el bar al que ellos asisten. Sin embargo, esto no resulta cierto, pues luego apresan al verdadero asesino y se trata de otra persona. Él puede bromear, en algún punto, porque no es el sujeto del ataque elegido por este criminal. Pero Josiane se asusta y no le parece algo gracioso. No es que el narrador se burle, sino que quizás no es del todo consciente del peligro. Cuando se enteran de que una mujer ha sido asesinada en las cercanías del café, sí quedan todos en silencio, "como en misa", pues se dan cuenta de que el tema es serio y podría afectarles de cerca.

En este sentido, el tema del asesino en serie es relevante pues cuando la policía logra apresar a quien se hacía llamar 'Laurent', las visitas del narrador a este otro mundo parisino dejan de tener lugar. El cuento no explica el por qué de este cese, si bien lo va anticipando y presentando a través de ciertas instancias que poseen un sabor a despedida.

Dictadura

En Buenos Aires, Argentina, para la época en que la Segunda Guerra Mundial está llegando a su fin, tiene lugar una dictadura militar autoproclamada "Revolución del 43", mediante la cual se derrocó a Ramón Castillo. Luego, en 1946, se convocó a las elecciones que colocarían en el poder a Juan Domingo Perón.

El narrador presenta un tono que muestra cierta resignación al mencionar que se trata de "una de las tantas dictaduras argentinas", puesto que la historia del siglo XX en Argentina realmente muestra la presencia de numerosas dictaduras. Asimismo, se muestra algo neutral e incrédulo acerca de cómo continuará el futuro del país luego de terminada la guerra. Ni siquiera sabe si él mismo votará o no a Perón. De este modo, en algún punto, se nos muestra como un personaje ajeno a la vida política y social, más preocupado por sus propias fantasías.

Guerras

El cuento transcurre en dos espacio-tiempo, ambos en guerra. Por un lado, la París del 1870 asiste al comienzo de la guerra franco-prusiana, que durará alrededor de un año. Por el otro, en Buenos Aires, la época base del narrador, se asiste al escenario de la Segunda Guerra Mundial, aproximadamente durante el año anterior a su finalización.

En este sentido, se menciona la caída de la bomba atómica en Hiroshima, la cual tuvo lugar el 06 de agosto de 1945. En cuanto a París, una de las menciones que remite a la guerra franco-prusiana es que "se está por declarar la guerra" y que los prusianos se encuentran cerca.

De un modo u otro, en ambos espacios se vive con terror e inestabilidad social y económica. Por su parte, 'el gran terror' francés impide vivir con soltura en las calles, y, por la suya, la Bolsa de Valores de Buenos Aires presenta caídas muy importantes al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Estas condiciones hacen que los viajes fantásticos del narrador lleguen a su fin.

Viaje en el tiempo y el espacio

En el cuento asistimos a un desplazamiento muy curioso entre Buenos Aires y París, así como entre 1945 y 1939, de manera tal que el protagonista asiste a dos escenarios y temporalidades completamente diferentes de forma fantástica. El pasaje parece encontrarse simbolizado en lo que él llama "una guirnalda", donde probablemente pudieran apreciarse imágenes y escenas de la París de 1870.

Tal como Tzvetan Todorov, teórico literario, presenta las características del subgénero del fantástico puro, aquí podemos observar que no existe una preferencia por la explicación natural o por la sobrenatural. Podría suceder tanto que el protagonista se alcoholizara en el Pasaje Güemes e imaginase todo lo vivido con Josiane a partir de las imágenes vistas en las guirnaldas, o podría ser que algo mágico lo transportase fuera de su espacio-tiempo habitual, para permitirle acceder a un momento único en la historia de Europa.

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