El retrato de Dorian Gray

El retrato de Dorian Gray Resumen y Análisis Capítulo XIX

Resumen

Varios meses después, Dorian está de regreso en Londres. Se encuentra en la casa de Lord Henry, conversando con él. Al parecer, Dorian ha decidido cambiar sus formas. Henry le dice que es perfecto tal como es, y que no sirve de nada tratar de cambiar, pero Dorian le responde: "He hecho demasiadas cosas espantosas en mi vida (...). Empecé mis buenas acciones ayer" (193). Su denominada "buena acción" fue el trato que tuvo con Hetty, una hermosa joven campesina que le recordó a Sibyl Vane. Ella se enamoró de Dorian, pero en lugar de aprovecharse de ella y romperle el corazón, como hubiera hecho antes, él decidió "abandonarla como a una flor, como la había encontrado" (194).

Henry se burla de él y le pregunta si está seguro de que Hetty "no está flotando ahora en algún pozo de molino, alumbrado por las estrellas (...), como Ofelia" (194). Esto molesta a Dorian, ya que quiere creer desesperadamente en el valor de sus buenas intenciones. La conversación gira hacia el paradero de Basil Hallward. La desaparición del pintor, que ya lleva seis semanas, sigue siendo el principal tema de conversación en Londres, junto con el divorcio de Henry y el suicidio de Alan Campbell. Henry le pide a Dorian que toque algo de Chopin para él, porque "el hombre con el que se fugó mi esposa tocaba a Chopin de forma exquisita" (195).

Ya en el piano, Dorian le pregunta a Henry, como al pasar, qué pensaría si le dijera que había asesinado a Basil. "Te diría", responde, "que estás presumiendo de un carácter que no te corresponde" (196). Tales crímenes, cree Henry, son la especialidad de las clases bajas. Además, Henry no puede imaginar que Basil hubiera encontrado un final tan romántico, porque la calidad de sus pinturas había disminuido constantemente en los años posteriores a su amistad con Dorian. El retrato de Dorian fue, aparentemente, su obra maestra final. Henry cree que la pintura fue robada hace mucho tiempo, y Dorian afirma haber olvidado todo aquello.

Henry atrapa a Dorian con la guardia baja al parafrasear la Biblia y preguntarle: "¿qué beneficio obtiene un hombre si gana el mundo entero y pierde... ¿Cómo sigue la cita?... ¿Su propia alma?"(197). Cuando Dorian se sobresalta por esta declaración, Henry solo se ríe y le dice que escuchó a un predicador plantear esta pregunta frente a una multitud durante un paseo por el parque, un día lluvioso. Henry describe lo mucho que se divirtió ante el espectáculo de la sombría multitud de pie bajo la lluvia, escuchando a "un vulgar predicador" (197). Pensó en decirle que "el arte tiene un alma, pero que el hombre no" (197).

La ligereza de Henry ofende a Dorian, quien afirma que "El alma es una terrible realidad (...). Puede ser envenenada o hacerla perfecta" (197). Le dice a Henry que está seguro de esto, a lo que Henry responde: "entonces debe ser una ilusión. Las cosas de las que uno se siente completamente seguro nunca son verdad" (198). Dorian comienza a tocar un Nocturno de Chopin, que tiene un enorme efecto en Henry y provoca un debate sobre el romance y sobre lo exquisita que ha sido la vida de Dorian. Dorian está de acuerdo, pero le recuerda a Henry que ha dado vuelta la página, y que nunca lo perdonará por su corruptora influencia. Al salir, Henry invita a Dorian a almorzar al día siguiente, y Dorian acepta, a regañadientes.

Análisis

Al contarle a Henry sobre Hetty, Dorian insiste en que ella "puede vivir, como Perdita, en su jardín de menta y caléndula", a lo que Henry pregunta: "¿cómo sabes que Hetty no está flotando (...) como Ofelia?" (194). Ambos son personajes de Shakespeare (de Cuento de invierno y Hamlet, respectivamente) que Sibyl solía interpretar en el escenario. Dorian ya ha declarado que Hetty le recuerda a Sibyl, a quien amaba por todos los personajes que ella representaba para él. Ahora busca enmendar su hacia ella indirectamente, a través de Hetty, a quien asocia con Perdita, un personaje que encuentra un final feliz. La alusión de Lord Henry al carácter trágico de Ofelia es insoportable para Dorian, porque le recuerda las circunstancias reales de la muerte de Sibyl y su cruel decisión de reaccionar ante ella como ante un drama teatral.

Shakespeare también es evocado después de que Henry pregunta sobre el retrato de Basil. Mientras toca el piano, Dorian dice que la pintura le recordaba ciertas líneas de Hamlet: "Como la pintura de una pena, / un rostro sin corazón" (197). Estas líneas se relacionan directa y conmovedoramente con la condición de Dorian. No solo se refieren a la pintura, sino al propio Dorian, que ahora se siente reducido a "un rostro sin corazón". Cuando Henry trata de sacar a Dorian de su sombrío estado de ánimo con la frase "Si un hombre trata la vida de forma artística, su cerebro es su corazón" (197), Dorian solo repite la cita de Shakespeare. Es como si Dorian estuviera tratando de comunicarle a Henry, indirectamente, su verdadera situación, como antes ha intentado, también sin éxito, confesar el asesinato de Basil. Dorian está irremediablemente solo: ni su más viejo amigo lo comprende. Antes de partir para regresar a su casa, Dorian titubea en la puerta, "como si tuviera algo más que decir" (200), pero no dice nada, lo que constituye otra señal de su patética soledad.

Aunque Henry se considera a sí mismo el mejor amigo de Dorian, le dice a este que, después de todos los años que pasaron juntos, Dorian sigue siendo el mismo. Esto nos recuerda que, a pesar de su aparente sabiduría, Lord Henry todavía es incapaz de juzgar las cosas sino por su apariencia. Para él, verse igual y ser igual son una misma cosa. No tiene idea de la verdadera degradación del carácter de Dorian.

El comentario anterior de Henry, de que un hombre debe "tratar la vida de forma artística", que constituye uno de los temas principales del libro, puede interpretarse mejor si se lee junto con el comentario final del prefacio: "All art is quite useless" ["Todo arte es bastante inútil"]. Teniendo en cuenta que esta es la opinión del autor, está claro que tratar de hacer de la vida una obra de arte no resulta muy gratificante en El retrato de Dorian Gray.

Dorian acusa a Henry: "me envenenaste con un libro una vez", y agrega: "prométeme que no prestarás ese libro a nadie más. Hace daño" (199). Dorian ha hecho precisamente aquello sobre lo que advierte el prefacio cuando declara que "All art is (...) surface" ["Todo el arte es (...) superficie"], y que "Those who go beneath the surface do so at their peril" ["Aquellos que atraviesan la superficie lo hacen bajo su propio riesgo"]. Dorian se ha alejado tanto de la superficie de aquel libro que lo ha transformado en una especie de boceto para su propia vida. La corrupción de su alma, y ​​la ruina de su vida, es lo que este "riesgo" ha causado a Dorian.

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