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1
En dos escenas de la obra se produce el quiebre de una pieza de cristal. ¿Cómo funciona ese hecho, simbólicamente, en cada caso?
Cuando Tom rompe uno de los animales de cristal, la acción se corresponde con un quiebre metafórico: el de las esperanzas que las mujeres de la familia tienen sobre él. Por otro lado, cuando Laura accidentalmente rompe el unicornio mientras baila con Jim, el hecho sugiere que ella está rompiendo, o abriendo al menos un agujero, en su caparazón de defensa emocional, y exponiéndose a sí misma a la posibilidad del amor (y del dolor). El unicornio, al perder su cuerno, hace que la figura abandone su condición quimérica para tomar la apariencia de un animal normal, de este mundo, como lo es el caballo. Ese movimiento simboliza un viraje similar en Laura: su transformación, de la mano de Jim, en una muchacha más ordinaria, que puede amar y ser herida como cualquier otra.
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2
En las “Notas sobre los personajes”, Williams describe al personaje de Jim como a “un joven convencionalmente guapo” (p.137), mientras que los miembros de la familia Wingfield se describen con mayor detenimiento y sustancialidad. ¿Por qué?
El personaje de Jim funciona en la trama en tanto es, justamente, un muchacho ordinario, convencional. Su importancia yace en que no tiene ninguna particularidad o excentricidad, ya que este personaje es importante en tanto cumple una función: encarna la figura del candidato, aquel que llega para, según la ilusión de Amanda, salvar la situación de Laura. Por lo tanto, Jim parece como diseñado por la imaginación de la mujer: es un muchacho común, convencionalmente guapo, parecido a muchos otros. El hecho de que incluso en su comportamiento y deseos revele ser un muchacho normal, parecido a la mayoría de los jóvenes de la época, funciona también para evidenciar la diferencia de él con Laura. Jim, en su convencionalidad, resalta la rareza o extrañeza de Laura, lo cual pone en escena el abismo existente entre la muchacha y el mundo; un abismo que, al final, parece mostrarse insalvable.
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3
Hay una diferencia temporal entre el contexto de la acción de la casa y el de los monólogos en los que Tom se dirige al público. ¿Qué aporta esa diferencia temporal, en términos de contexto sociohistórico?
La acción en la casa de los Wingfields se desarrolla hacia finales de la década de 1930, y Tom alude a ese contexto sociohistórico con referencias como el bombardeo de Guernica y la Guerra Civil Española. El hecho de que Tom narre la historia varios años después (1944-1945, en coincidencia con el momento en que se estrena la obra), brinda cierta perspectiva que incrementa la tensión: las ilusiones de Amanda, los sueños de Jim, la relajada felicidad de los jóvenes que bailan cada noche en el Salón El Paraíso no cuentan en sus planes con la guerra que, pocos años después, sumergiría en tinieblas al mundo entero. A su vez, las referencias a lo que estaba pasando en otros lugares del mundo cuando los americanos no preveían que la Segunda Guerra Mundial se avecinaba, suman urgencia a la situación y a la sensación de encierro de Tom: él habla del adormecimiento de la población que, en lugar de vivir sus propias aventuras en el mundo, iban al cine a ver a otros viviendo aventuras. El deseo de fugarse de Tom responde, en parte, a que sabe que hay cosas pasando en el mundo, mucho más apasionantes o estremecedoras que lo que puede vivir en su casa, con su familia.
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4
Una de las últimas líneas de la obra es la observación de Tom: “hoy el mundo está iluminado por el relámpago” (p.209). ¿Cómo puede establecerse una relación entre esa observación y la obra?
Los relámpagos permiten breves destellos de visión, como fragmentos de luz recortados de la oscuridad. De un modo similar funciona la memoria, rescatando piezas del pasado. Tom muestra en la obra escenas aisladas, las ha iluminado para mostrar la verdad que se guarda en ellas. El relámpago parece ser el lente de la memoria. A su vez, por el efecto fugaz y espasmódico de su luz, el relámpago puede estar aludiendo a la imagen de los bombardeos, asunto recurrente en el discurso de Tom para referir a la guerra que azota al país y al mundo en el presente de sus monólogos.
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5
¿Cómo puede analizarse, en términos simbólicos, el descenso de la tela de gasa para el monólogo final de Tom?
En su monólogo final, Tom habla de cómo el pasado sigue invadiendo su presente por vía del recuerdo: aunque se alejó, en tiempo y espacio, de su familia, la imagen de Laura persiste en su memoria. La yuxtaposición que presenta Tom en su imaginación -el modo en que el pasado sigue invadiendo su presente-, adquiere un correlato escénico en este monólogo final. El descenso de la cuarta pared (la tela de gasa) establece una barrera poderosa pero permeable entre Tom y su familia. Ellas están detrás de él, tanto en términos de tiempo como de espacio escénico. Aún así, Tom no puede extirpar la imagen, el recuerdo de ellas, que siguen estando también claramente visibles para el público. Aunque él no explicita en palabras, en ningún momento, el tema más importante de la pieza -el conflicto entre la responsabilidad y la necesidad de vivir la propia vida- queda claro que él no ha sido capaz de deshacerse de la culpa por la decisión que tomó. El costo que paga por haber escapado es la carga de la memoria. Tanto para Tom como para el público, es difícil dejar de ver esta imagen final de una frágil Laura, iluminada por la luz de la vela en un escenario oscuro, mientras el mundo exterior al departamento enfrenta los comienzos de una gran tormenta.