Esperanza Renace

Esperanza Renace Resumen y Análisis - Esperanza Renace, Capítulo 2: Las papayas

Resumen:

Entre sueños, Esperanza escucha a su Papá cantándole el “Feliz Cumpleaños” desde el otro lado de la ventana. Por un momento cree que él está vivo, pero al despertar se descubre durmiendo en la cama de sus padres, del lado de Papá. Esperanza debe asumir la trágica realidad: Papá fue asesinado por bandidos la noche anterior mientras reparaba un cerco. Alguien llama a la puerta principal: es el Señor Rodríguez, padre de Marisol, que ha venido a entregar papayas. El Señor Rodríguez explica que Papá había encargado esas papayas especialmente para el cumpleaños de Esperanza. A ella no le queda más opción que informarle sobre la horrible noticia al querido amigo de su padre, quien le expresa su gran dolor.

Esperanza imita los gestos de su madre mientras acepta las condolencias ofrecidas durante los tres días de duelo por la muerte de Papá. Finalmente, la farsa se vuelve insostenible y, encontrándose a solas con Marisol, Esperanza rompe en un llanto desconsolado. Por la noche son audibles los suaves sollozos de Mamá. Esperanza ignora por completo sus regalos de cumpleaños hasta que su madre insiste en que debería abrirlos. De entre todos los regalos, Esperanza elige su favorito: una preciosa muñeca de parte de Papá.

Pasada la muerte de Papá, Tío Luis y Tío Marco comienzan lentamente a tomar terreno en la oficina de Papá con el pretexto de dar una mano con la empresa familiar. Tanto Mamá como Esperanza consideran que la presencia de los tíos es desestabilizadora, y Esperanza pierde la paciencia al ver cómo sus tíos han creado un caos en la prolija oficina de Papá.

Un abogado le explica a la familia que, si bien Papá dejó la casa a nombre de Mamá y Esperanza, el nuevo dueño del terreno será Tío Luis: no está bien visto que una mujer sea propietaria de terrenos. Tío Luis inmediatamente le ofrece a Mamá comprar la casa a un precio bajísimo, y sugiere que ella debería casarse con él luego del período de duelo. Mamá sabe que Tío Luis sólo traerá miseria a su familia, ya sea como marido o como propietario, por lo que rechaza ambas ofertas.

Mientras los adultos discuten sobre la situación actual, Esperanza se escabulle y marcha hacia el rosedal. Miguel la acompaña y se sienta a su lado, admirando los rosales que Papá plantó para cada uno de ellos años atrás. Él le cuenta a Esperanza que su familia planea mudarse a los Estados Unidos una vez que no se los necesite más en El Rancho de las Rosas. Ante la sorpresa, Esperanza comienza a alejarse, mientras Miguel repite las palabras que alguna vez le dijo Esperanza: mientras vivan en México, ella y él siempre pertenecerán a mundo distintos. De regreso en su cuarto, Esperanza promete nunca abandonar la granja. Mientras recuerda a Papá, Esperanza siente el aroma de las papayas maduras que el Señor Rodríguez entregó días atrás. Desea con fuerza que todo vuelva a ser como antes e intenta reencontrarse con Papá en sus sueños.

Análisis:

En el segundo capítulo, la vida de ensueño de Esperanza se hace trizas. Las sospechas que ella tiene acerca de las intenciones de sus tíos se comprueban cuando Tío Luis se aprovecha de la muerte de Papá para obtener más poder dentro de la comunidad. La disputa familiar también revela las injustas dinámicas de poder entre hombres y mujeres características de la época. Papá ni siquiera pudo dejar El Rancho de las Rosas en herencia a su esposa por el simple hecho de ser mujer. De todos modos, Mamá logra adaptarse a su nueva circunstancia y le hace frente a Tío Luis, el nuevo patriarca de la familia. Ella se muestra como una mujer fuerte y protectora, y representa un buen modelo a seguir para Esperanza.

Por convención, las mujeres de la familia demuestran una fachada de estabilidad emocional luego de la muerte de Papá. En público, Mamá se comporta como una anfitriona perfecta y esposa ejemplar; en privado, sufre por la muerte de su marido. Durante el breve período en el que cumple el rol de encabezar los asuntos familiares y hogareños, Mamá no puede demostrar ningún tipo de emoción o debilidad, en especial para no mostrarse vulnerable cerca de personas como Tío Luis, que pululan como buitres alrededor de la riqueza de Papá.

Muñoz Ryan profundiza sobre las divisiones entre las clases sociales cuando Miguel y Esperanza se encuentra en el rosedal. La rosa es un antiguo símbolo del amor. Los dos rosales que crecen juntos en el jardín representan el vínculo entre Esperanza y Miguel. Papá fue quien plantó esos rosales, uno al lado del otro, cuando Miguel y Esperanza eran niños, e ignoraban los mecanismos mediante los cuales el sistema de clases crearía una separación entre ellos. Ahora esos rosales, imitando a los adolescentes, crecen de maneras fundamentalmente distintas: el de Esperanza lo hace en un enrejado por encima del de Miguel, haciendo un paralelismo con su desigualdad de estatus. Lo que Esperanza no logra comprender es que, más allá de sus clases sociales, ella y Miguel vienen del mismo lugar. Así como las flores crecieron en el mismo suelo, los dos adolescentes nacieron y fueron criados en El Rancho de las Rosas.

Además, Muñoz Ryan introduce en este capítulo la movilidad social vertical como una temática importante. Miguel entiende que él y Esperanza pertenecerán a clases sociales dispares siempre y cuando estén en México, y aspira a una vida con más oportunidades en los Estados Unidos. El anuncio de que Miguel y su familia planean mudarse al país vecino funciona como presagio de lo que vendrá, y contrasta marcadamente con la declaración de Esperanza de que nunca abandonará El Rancho de las Rosas. Sus reacciones frente al cambio que se produce en la granja de los Ortega representan las mentalidades contrastantes de sus clases sociales. Las familias adineradas como la de Esperanza se esmeran por mantener el status quo, mientras que familias como la de Miguel saben que deben progresar para subsistir.

La imagen de los Estados Unidos como una tierra de oportunidades no es única de Esperanza Renace. El “Sueño Americano”, la idea de ascender socialmente generando una estabilidad económica fruto del trabajo, es una temática común a muchas novelas ambientadas en el mismo período, especialmente en México. La mayor parte de Esperanza Renace sucede durante la década de 1930. Luego del golpe internacional que significó la Gran Depresión, las posibilidades en el campo del comercio agrícola mexicano declinaron a tal nivel que enormes cantidades de nativos se marcharon con rumbo a los Estados Unidos en busca de una vida mejor.