Esperanza Renace

Esperanza Renace Resumen y Análisis - Esperanza Renace, Capítulo 3: Los higos

Resumen:

Esperanza tiene una pesadilla acerca de un oso enorme que la persigue y asfixia. Se despierta del susto al mismo tiempo que empieza a oír los gritos de su madre llamándola. Mamá sacude a su hija y le dice que la casa se está quemando y deben encontrar a Abuelita.

La casa arde en llamas, pero Mamá y Esperanza (que lleva consigo la muñeca de Papá) logran escapar. Alfonso les pide que dejen a Abuelita, y Miguel vuelve a entrar a la casa a toda velocidad para salvar a la anciana. Abuelita sobrevive, pero se lastima el tobillo durante la huida. Esperanza observa cómo su hogar, su terreno y todo lo que ama se reduce lentamente a cenizas, y sabe que sus tíos deben de estar involucrados.

Mamá, Abuelita y Esperanza pasan la noche en la cabaña de los empleados. Más tarde se disponen a buscar entre los escombros con la esperanza de encontrar algunas de sus posesiones, pero ya no queda nada. Tío Luis insiste con su propuesta de casamiento y le promete a Mamá construir una casa más grande y hermosa. Él amenaza a Mamá y ella termina cediendo ante la propuesta, para sorpresa de todos. Pero en verdad ella ha decidido seguir a Hortensia, Alfonso y Miguel, y mudarse con Esperanza a los Estados Unidos, y acepta casarse con Tío Luis sólo para ganar tiempo y planificar el escape. Esperanza se siente perdida: no quiere que su Mamá se case con Tío Luis, pero tampoco desea dejar atrás su vida entera, incluyendo a Abuelita. Finalmente Esperanza se decide a cooperar y hasta propone ayudar con el trabajo de campo, el único tipo de trabajo disponible en California. Todos se ríen con ternura ante esta disparatada idea.

Al día siguiente, Abuelita parte hacia un convento, donde vivirá hasta recuperarse de su herida. A Esperanza le entristece la idea de dejar a Abuelita, pero confía en que se reencontrarán en California. Con sus papeles legales en regla, Esperanza y Mamá se preparan para abandonar México. En un momento que revela elocuentemente cuánto han cambiado sus vidas, Esperanza y su madre se visten con ropa de una canasta de donaciones. En medio de la noche, Mamá despierta a Esperanza para irse de El Rancho de las Rosas por última vez.

Esperanza siente tristeza por todas sus pérdidas, y está profundamente enojada con sus tíos. Mamá intenta confortarla diciéndole que Papá estará con ellas adonde sea que se dirijan, pero Esperanza no puede evitar sentir que nunca regresará a su hogar.

Análisis:

La desesperación de la familia Ortega alcanza su clímax en este capítulo, culminando en la decisión de abandonar el Rancho las Rosas. Mamá se rehúsa a permanecer impotente bajo el mando de Tío Luis y Tío Marco. En capítulos anteriores, Esperanza juró nunca abandonar El Rancho de las Rosas, pero todo es distinto desde que murió Papá. A lo largo de estos tres capítulos iniciales, Esperanza pierde todo lo que alguna vez la confortó y protegió: Papá, su hogar, su identidad.

El incendio también representa la destrucción simbólica del estatus social de Esperanza. Ya sin pertenencias ni dinero, ella y su madre se ven forzadas a aceptar ropa de donaciones para familias carenciadas. Esta situación confunde a Esperanza (su inocencia la protege de los hechos reales), pero Mamá le explica que no se ven en condiciones de rechazar este tipo de regalos.

En este capítulo, Abuelita repite el consejo que le dio a Esperanza en el primer capítulo: “no temas empezar de nuevo”. En el primer capítulo, Abuelita le aconsejaba a su nieta sobre el oficio de tejer, pero esta vez el consejo es más urgente, hasta necesario. Abuelita recuerda sus propios percances al mudarse de España a México, y le explica que la incertidumbre terminó dándole emoción a su vida.

Luego de rememorar su pasado, Abuelita le explica que su familia es como el ave fénix. La metáfora describe perfectamente a los Ortega emergiendo de las cenizas de su propia casa. Ahora que Esperanza y Mamá retrocedieron muchos casilleros dentro del juego social, se preparan para dirigirse a los Estados Unidos en busca de la movilidad social vertical, del Sueño Americano. Sólo podrán avanzar si se reinventan como personas pertenecientes a otra clase social.