Publicado por la Editorial Minotauro en 1962, Historias de cronopios y de famas es una obra fantástica del escritor argentino Julio Cortázar. Anteriormente, algunos de los cuentos que componen el volumen habían sido publicados de manera independiente en revistas. Se suele hablar de esta colección como parte de un cambio en el estilo de Cortázar, una segunda etapa de su cuentística. Para los lectores, esta colección es una amena puerta de entrada a la escritura del autor.
Resulta imposible ofrecer una clasificación tajante de esta obra por su carácter experimental. Se trata de una colección compuesta por microrrelatos, cuentos, textos ensayísticos, manuales de instrucciones y esbozos de sueños, entre otros. Incluso la manera en la que la colección se divide, con secciones de diversa extensión, anticipa su heterogeneidad.
Historia de cronopios y famas está dividido en cuatro secciones. La primera ofrece una serie de instrucciones precisas, detalladas y, a la vez, rebuscadas para llevar a cabo acciones cotidianas como peinarse, llorar, subir las escaleras o dar cuerda a un reloj. No se trata de consejos útiles o racionales, sino más bien de escritos ingeniosos con numerosas bifurcaciones o tangentes, divertidas y sorprendentes. Las instrucciones variadas y breves pueden parecer puro entretenimiento; no obstante, nos obligan a mirar con un poco más de detenimiento las acciones que realizamos casi siempre de manera irreflexiva y transforman esas experiencias en nuestra mente al desmenuzarlas y enfocarlas de una manera única y novedosa.
La segunda sección, bajo el título “Ocupaciones raras”, contiene siete textos. El primero de ellos, “Simulacros”, introduce de manera condensada el corazón de esta parte: “En este país donde las cosas se hacen por obligación o fanfarronería, nos gustan las ocupaciones libres, las tareas porque sí, los simulacros que no sirven para nada” (p.421). A través de estos textos, Cortázar propone preguntas acerca de la existencia y el modo en que encaramos nuestras vidas. Así como la primera sección pone bajo la lupa acciones cotidianas que damos por sentadas sin mediar la conciencia, en esta parte las minucias de la institución familiar se observan con un microscopio que disecciona aquellas costumbres familiares en apariencia más triviales.
La tercera parte, “Material plástico”, cuenta con un mayor número de textos cortos y sus temas son más variados. La forma y el enfoque de cada pieza difieren en gran medida, por lo que difícilmente podamos encasillarlas bajo una sola descripción. Algunos de los textos más destacados son: “Trabajos de oficina”, “Maravillosas ocupaciones”, “Posibilidades de abstracción”, “¿Qué tal, López?” y “Las líneas de la mano”.
La sección final es la que le da nombre a la colección: “Historias de cronopios y de famas”. A lo largo de estos textos se nos presentan tres “tipos” de seres fantásticos: los cronopios, los famas y las esperanzas. A través de escenas de las rutinas de estos personajes, Cortázar contrasta distintas formas de vida. Mientras los famas son puntillosos, organizados y nerviosos, los cronopios son seres sensibles que dan lugar a la improvisación, y sus experiencias son más accidentadas. Por su parte, los esperanzas se ubican en un intermedio poco definido, son volubles y fácilmente influenciables. Los dos primeros, sin duda, protagonizan estos textos, mientras que estos últimos funcionan muchas veces de contrapunto.
Cabe mencionar que Cortázar utiliza algunas de las técnicas, motivos y temas del surrealismo para desarrollar obras muy imaginativas que analizan la condición humana y los sistemas de clases sociales. El surrealismo fue una corriente artística que pertenece a las vanguardias artísticas de principios del siglo XX. Algunas de las técnicas del surrealismo que Cortázar adopta son el montaje (la yuxtaposición de textos de distinta clasificación), la postura antirracionalista (el uso de neologismos sin clasificaciones determinantes y el absurdo), la creación de tramas y argumentos oníricos, la búsqueda del extrañamiento respecto al mundo real (el volver extraño lo conocido) y la resistencia a cerrar sentidos, o la apertura hacia múltiples interpretaciones.
Asimismo, Cortázar también comparte con el surrealismo la mirada crítica hacia la sociedad burguesa de mediados del siglo XX. Mediante los seres que crea y perfila como tipos sociales, Cortázar comenta sobre algunos vicios de su tiempo. En “Instrucciones-ejemplos para tener miedo”, por ejemplo, una paciente pierde la calma tras un diagnóstico optimista porque su médico no cumple con los cánones de un médico respetable. En “Filantropía”, ciertos personajes se sienten satisfechos consigo mismos por sus actos de caridad, pero no se plantean jamás modificar el sistema que los favorece y oprime a otros. Así, Cortázar desnuda las apariencias y las convenciones sociales que tanto peso tienen en la sociedad burguesa.
El mundo imaginario del autor se centra en las actividades mundanas de la vida humana para revelar sus absurdos. De hecho, este libro es considerado como una de sus obras importantes, en gran medida, gracias a su innovación y al uso del humor negro y la imaginación fantástica. Lo cierto es que Cortázar resulta siempre interesante estilísticamente y en esta colección en particular consigue producir en el lector el efecto del extrañamiento: la sensación de estar viendo algo conocido bajo una nueva luz y perspectiva que lo convierte en un fenómeno enteramente novedoso.