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Kim Rudyard Kipling y el Imperio británico

Rudyard Kipling es considerado uno de los más grandes escritores en lengua inglesa y de la literatura universal. Su labor ha sido reconocida ni más ni menos que con el Premio Nobel de Literatura en 1907. Sin embargo, su figura no ha estado libre de controversias, sobre todo en la medida en que fue un gran defensor del imperialismo británico, lo cual le valió el rechazo de amplios sectores del campo cultural.

Kipling nació en la India, en 1865, y su infancia quedó marcada por las particularidades de su lugar de origen, para entonces bajo el dominio victoriano. Luego de varios años de educación en Inglaterra, regresó a la India en 1885, donde se desempeñó como periodista y comenzó a escribir crónicas y novelas inspiradas en su experiencia de la India durante el poder británico. En estos textos el autor desplegaba una mirada afectiva por el espacio y un claro interés sociológico por la sociedad y la cultura de la India. Sus escritos hacían hincapié en el choque entre la población autóctona y los colonizadores británicos. Progresivamente, Kipling desarrolló en su literatura un acercamiento a los jóvenes, lo cual lo consagraría como un escritor universal. Su famoso El libro de la selva se convirtió en un sensible y divertido retrato de un niño salvaje, Mowli, cruzado por el mestizaje y la tensión entre dos culturas antagónicas.

Así, Kipling fue considerado el escritor oficial del Imperio. En su literatura y su labor periodística defendió profesamente el colonialismo británico victoriano de fines del siglo XIX y comienzos del XX. Son famosos sus poemas en apoyo a la causa británica durante la guerra de los Bóers, que enfrentó al Imperio británico y a los colonos holandeses de la zona. Además, desarrolló una tesis que defendía la hegemonía del imperio británico sobre el resto del mundo y la misión civilizadora que los británicos debían desplegar llevando la cultura al resto de los pueblos del mundo y sometiéndolos a su influjo civilizador.

A fines del siglo XIX, Kipling viajó con su familia a Sudáfrica, donde luego adquirió una casa, lo que le permitió pasar largas temporadas allí. Su contacto con Sudáfrica fue clave en el desarrollo de su ideología: se trataba de un territorio marcado por la estructura colonialista y jerárquica, dominada por un pequeño grupo de terratenientes europeos que practicaban el imperialismo con éxito. Ese contexto le dio a Kipling las herramientas para convalidar sus hipótesis a favor de la política colonial.

Por su creencia en la superioridad anglosajona, la postura de Kipling fue catalogada de racista y despertó un gran rechazo alrededor del mundo. Generó opiniones controvertidas entre sus lectores e, incluso, entre sus colegas escritores. Es famosa la necrológica que escribió George Orwell, famoso escritor británico nacido en la India, publicada con motivo de la muerte de Kipling:

Por mi parte yo adoraba a Kipling a los trece años, lo detestaba a los diecisiete, lo disfrutaba a los veinte, lo despreciaba a los veinticinco y ahora más bien lo admiro otra vez. Lo único que resultaba imposible, si lo habías leído, era olvidarlo (1936).

Se hacen evidentes, de este modo, las contradicciones que Rudyard Kipling despertó en su época pues, a pesar de su ideología, su obra es fundamental e inolvidable. De este modo, el escritor elaboró en su vida, con su sensibilidad e interés característicos —y sus posiciones no exentas de polémicas—, un perdurable retrato de la India colonial y del choque cultural resultante.

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