Resumen
I
El señor Levy le cuenta a su mujer sobre sus intentos fallidos de vender la fábrica. Dice que la propiedad no vale nada y que le darían muy poca plata por el terreno. La señora Levy sigue jugando con la señorita Trixie a su plan de reconstrucción. Luego le dice a su marido que le contará a sus hijas sobre su abuso laboral con la supuesta Gloria.
II
En Mattie's Rumble Inn, Jones se queja de su trabajo en Noche de Alegría. Su amigo le sugiere que llame a la policía, pero Jones descarta esa idea; sabe que para la policía él siempre es un sospechoso y asume que Lana tiene relación con ellos: “Los desgraciaos que son como la Lee conocen a muchos polis. Si no, hace tiempo que le habrían cerrao ese burdel de mierda” (2015:246).
De repente se le ocurre cómo organizar un sabotaje real: buscando al señor de cazadora verde que estaba generando problemas en Levy Pants (Ignatius). Dice: “Me gustaría tírale en el Noche de Alegría como una bomba nucular” (2015:247), porque “es de los que harían cagarse en las bragas a la desgracia de la Lee” (2015:247).
III
Ignatius lee en el periódico que un club artístico de señoras ha colgado sus lienzos en el callejón del Pirata. Piensa que le puede interesar, así que empuja el carrito de bocadillos hacia allí. Cuando llega y se mete entre la multitud de damas bien vestidas, su disfraz y el cartel en su carrito (dice "treinta centímetros (30) de paraíso", 2015:248) causan un gran revuelo. La situación se deteriora cuando Ignatius comienza a criticar en voz alta la obra de arte de las damas.
Mientras se aleja de la exhibición se encuentra con Dorian Greene, el extravagante homosexual que ha comprado el sombrero de su madre en Noche de Alegría. Dorian está encantado con el disfraz de pirata y comenta que Ignatius seguramente organiza grandes fiestas. Ignatius señala a un marinero que camina por la calle, señalando que "parece muy solo" (2015:254). Dorian responde que no es un marinero, sino su amigo Timmy. Ignatius se sorprende de que alguien se haga pasar por un miembro de las fuerzas armadas. De repente, se le ocurre una idea: si los homosexuales se infiltran en las fuerzas armadas y los niveles más altos del gobierno de los Estados Unidos, y luego esa infiltración se extiende por todo el mundo, la próxima "guerra" podría ser una gran orgía. Ignatius piensa que liderar un movimiento pacifista podría dejar a Myrna Minkoff “absolutamente estupefacta” (2015:261). Le propone a Dorian que formen un partido político de inmediato y comiencen a presentar candidatos. Organizan una primera reunión, aunque Dorian piensa que se trata de una fiesta y le advierte que puede haber algunas personas disfrazadas.
IV
George no sabe dónde guardar los paquetes con las imágenes pornográficas durante la tarde. Se siente incómodo cargándolas, pero no puede dejarlas más en la estación de autobuses. Se dirige a la catedral para guardarlas allí. Luego recuerda al demente con el carrito de bocadillos: el compartimiento de panecillos del carrito podría funcionar para guardar las imágenes.
Análisis
Este capítulo profundiza en la excentricidad de Ignatius. Su desdén por la cultura moderna y su preocupación por la sociedad de consumo son tan profundos que se obsesiona. Pasa horas frente a la televisión mirando programas que considera ofensas al gusto y la decencia. Del mismo modo, su obsesión se extiende al arte. Cuando lee en el periódico que un club de arte de mujeres está colgando algunas de sus pinturas decide visitar la exhibición, no porque crea que las obras de arte satisfarán sus gustos artísticos, sino porque imagina "que los cuadros serían lo suficientemente afrentosos para interesarle” (2015:248). De hecho, cuando llega a la exhibición, no hace más que criticar la obra, reflexionando sobre cómo alguien podría "presentar estos abortos al público" (2015:249).
Ignatius tiene una percepción sobre sí mismo muy alejada de lo real. La distancia entre el mundo ideal y el real se vuelve muy evidente en el protagonista cuando, por ejemplo, dice: “es evidente que temen a alguien con un cierto contacto con la realidad” (2015:250), refiriéndose a él mismo. Habla en ciertas ocasiones como si fuese un profeta, como si tuviese un entendimiento de la vida superior al resto de las personas. Por ejemplo, dice, en alusión al título de la novela: “La mayoría de los necios no entienden mi visión del mundo en absoluto” (2015:259).
Ignatius es un personaje marginado, que observa la sociedad desde el margen. Esta cualidad hace que sienta algún tipo de conexión, por ejemplo, con los trabajadores explotados de Levy Pants y, en este capítulo, con los homosexuales. De algún modo, ellos también son forasteros en la sociedad moderna. De todos modos, queda claro que las motivaciones del protagonista no son altruistas, sino que busca explotar a los demás para satisfacer sus propios fines personales. En este caso, decide iniciar un movimiento político compuesto íntegramente por homosexuales para competir con Myrna.
En el encuentro entre Dorian e Ignatius se trata el tema de las apariencias. Dorian hace comentarios sobre la apariencia de Ignatius: “tienes que llevar ese fantástico disfraz. Te aseguro que estarán todos pendientes de ti —el joven soltó un grito, tapándose la boca con la mano—. Ay, querido mío, puede ser una fiesta increíble” (2015:258). La superficialidad con la que Dorian comprende a Ignatius es significativa en tanto su nombre alude a una novela de Oscar Wilde en la que el tema de la apariencia es central. El nombre "Dorian Greene" se relaciona sobre "Dorian Gray", el protagonista de la novela homónima de Wilde. Cuando entiende que la juventud y la buena apariencia son las cosas más importantes de la vida, Dorian Gray vende su alma y llega a un acuerdo fáustico por el que luce para siempre de la misma edad mientras su retrato se marchita y envejece. En la novela de Toole, Dorian Greene está preocupado por su apariencia, particularmente por su ropa, del mismo modo que el protagonista de Wilde. Al comienzo de la novela, se le describe cómo "un joven elegantemente vestido" (2015:30) que se enfada bastante cuando se vuelca un daiquiri sobre su "chaqueta de terciopelo verde botella" (2015:30). En el capítulo 10, grita de horror cuando Ignatius ataca su suéter de cachemira con un sable de plástico. Afirma que es su "mejor jersey" (2015:253) y que le ha costado cuarenta dólares. Por el ataque a su suéter, etiqueta a Ignatius como un "maníaco" (2015:255), un "monstruo repugnante" (2015:253) y un "ser horrible" (2015:254). Además, las similitudes entre los dos personajes no se limitan al énfasis que ambos ponen en su apariencia física. Después de hacer su trato con el diablo, Dorian Gray lleva un estilo de vida cada vez más hedonista. De la misma manera, Dorian Greene organiza fiestas extravagantes para la contracultura de Nueva Orleans.
Existe cierta relación entre la importancia de las apariencias físicas y las fiestas que organiza Dorian. Tanto los disfraces como las fiestas son modos de evasión, de escaparse de la propia vida, de jugar con la identidad. Dorian dice, luego de ver a Ignatius y a su amigo Timmy disfrazados: “Me parece que voy a tener que escaparme de aquí rápidamente. Es hora de ponerse un disfraz” (2015:258). El escape se relaciona con el cambio de identidad que propician los disfraces. Del mismo modo, sobre la fiesta o reunión que organiza con Ingatius comenta: “Podrá haber unos cuantos disfraces, ¿verdad? Eso es lo maravilloso de Nueva Orleans. Puedes disfrazarte y organizar un baile de carnaval cualquier día del año. Hay veces que el Barrio Francés es como un gran baile de disfraces. A veces, no puede uno distinguir a los amigos de los enemigos” (2015:260). Significativamente, el Mardi Gras es un carnaval que se celebra en la ciudad de Nueva Orleans. Es decir que la novela muestra cierta tradición de la ciudad respecto de las fiestas, el carnaval y los disfraces.
Finalmente, este capítulo también trata el tema de la esclavitud moderna y los intentos de sabotaje de los empleados. Jones discute con el señor Watson sobre la explotación que sufre en Noche de Alegría. Watson le dice: "No hay cosa que menos me guste que un hombre de color que se burla de sí mismo por ser de color. Eso es lo que ella te obliga a hacer al vestirte de un negro de plantación" (2015:245). El señor Watson reconoce el modo en el que Lana Lee humilla a Jones haciéndolo interpretar a un esclavo afrodescendiente. Se desprende de aquí un trato racista que tiene que ver con la pertenencia étnica de Jones. A continuación discuten maneras de vengarse y de realizar sabotajes. Watson le sugiere a Jones que recurra a la policía para denunciar la explotación laboral, pero este se niega, ya que sabe que, para la policía, él es siempre un sospechoso. Esto también da cuenta de las continuidades de la esclavitud moderna: se evidencia cómo las fuerzas del orden no protegen a los ciudadanos de color sino que estos representan para ellos un peligro y una amenaza.