La novela comienza con Julio Desnoyers esperando por su amante, Margarita Laurier, en París. Corre el año 1914 y todo el mundo habla de una posible guerra. El narrador describe este clima de alteración en la capital francesa y luego relata las últimas experiencias del joven Desnoyers. El día anterior Julio llegó a París desde Buenos Aires a bordo del König Friedrich August, un buque procedente de Hamburgo. Allí conoce de las intenciones de enfrentamiento de los alemanes. Ni él ni Margarita, sin embargo, están demasiado convencidos de que habrá una guerra.
Los orígenes de la familia Desnoyers se remontan a una estancia en Argentina. Julio Madariaga, un importante estanciero, emplea a Marcelo Desnoyers cuando llega desde Francia huyendo del Imperio. Aunque el patrón tiene un carácter insufrible, demuestra cariño por Marcelo, que se casa con su hija menor, Luisa. Tiempo después, Julio vuelve de un viaje con un joven alemán, Karl Hartrott, para que los ayude con la gestión de la estancia. El "centauro" Madariaga valora que en su estancia vivan y trabajen personas de distintas nacionalidades en paz y armonía. Al poco tiempo, Karl se enamora de Elena y se escapan de la estancia porque Julio no aprueba esta unión.
Marcelo mantiene económicamente a Elena y Karl mientras viven en la ciudad. Tienen un hijo, Julio, poco antes de que Luisa y Marcelo tengan el suyo, al que llaman igual. Julio Desnoyers es el nieto preferido de su abuelo, que ignora a los hijos de Elena y Karl. Tal es su amor por su nieto que lo retiene lo máximo posible hasta que Luisa y Marcelo deciden enviarlo a la ciudad para que pueda ser educado sin las interrupciones de su abuelo. Los Hartrott tienen siete hijos, mientras que los Desnoyers tienen dos: Julio y Luisa, que se convierte en la preferida del abuelo cuando Julio está en la ciudad. Cuando Madariaga muere, las dos familias se mudan a Europa, a los países de sus respectivos padres. La primera en mudarse es la familia conformada por Elena y Karl, que transforman su estilo de vida y ahora pertenecen a la aristocracia alemana.
Julio Desnoyers desea ser pintor, por lo que sus padres le compran un estudio en la rue de la Pompe. Allí vive con su compañero Pepe Argensola. Su padre, Marcelo, se distancia de él por no aceptar su estilo de vida: Julio se pasa las noches entre peleas en bares y bailando tango. Mientras tanto, Marcelo gasta su fortuna en subastas. Dada la cantidad de muebles antiguos que adquiere, termina por comprar un castillo en Villeblanche, a las afueras de París, para distribuir sus pertenencias.
Julio y Argensola reciben dos visitas que se pronuncian a favor y en contra de la guerra. La primera es de Julius Hartrott, el hijo mayor de Elena y Karl, que apoya fuertemente la causa alemana. Este personaje, además, desconoce su origen argentino y se esfuerza por demostrar la necesidad de la guerra. La segunda es de su vecino, el ruso Tchernoff, que analiza la personalidad orgullosa de los alemanes. Él es quien menciona, en este discurso, el grabado que da nombre a la novela, vaticinando los horrores que traerá el conflicto bélico.
El inicio de la guerra hace que Julio y Margarita —que está en proceso de divorciarse de su marido, Esteban Laurier— se vean cada vez menos. Una de las causas de este distanciamiento es que Margarita inicia los estudios para convertirse en enfermera y ser así útil para su nación. Julio, por su parte, no puede ingresar en el ejército por su condición de argentino. Esto decepciona a Marcelo Desnoyers, que siente envidia de las familias que despiden a sus soldados.
Elena está en París cuando inicia la guerra. Como no duda en hacer evidente su compromiso con el Imperio Alemán, Marcelo no soporta que esté en su casa, así que la envía junto a su esposa y a su hija a Biarritz. Él se muda a su castillo en Villeblanche, principalmente porque quiere rodearse de sus lujosos muebles. Allí le toca vivir la ocupación alemana en primera persona, ya que el ejército lo toma de rehén junto con el conserje del castillo y su familia. Los alemanes lo obligan a fusilamientos y roban todos los muebles que él se había dispuesto a proteger con la mudanza.
Otto Hartrott, el segundo hijo de Elena y Karl, visita el castillo durante el sitio y, compadeciéndose de su tío, deja una inscripción pidiendo que detengan el saqueo. Poco después, otro convoy de alemanes establece en el castillo un hospital de guerra. Marcelo logra regresar a París después de que Francia sale vencedora de la batalla del Marne y sus tropas llegan al castillo.
Mientras tanto, Julio, avergonzado por la lástima que le tienen los parisinos por no participar en la guerra, decide unirse a una legión de extranjeros. Antes de incorporarse al frente, va en busca de Margarita, a quien encuentra en Lourdes. Ella está asistiendo a su marido como enfermera y, puesto que pretende quedarse a su lado, decide terminar su relación con Julio.
Julio viaja a París y descubre que su padre está en la casa familiar. Marcelo se emociona cuando lo ve en uniforme de soldado. Le sugiere que no tenga piedad y que, si se encuentra con un miembro de la familia Hartrott, lo asesine. Los meses siguientes se muestra orgulloso de su hijo y su gran carrera militar. Su esposa y su hija regresan a París con él.
Marcelo logra encontrarse con su hijo en el frente, que está feliz de sentirse útil. Elena Madariaga les envía una carta anunciándoles que Otto Hartrott falleció. A pesar de que Marcelo Desnoyers piensa que nadie puede matar a su hijo, Julio muere en combate. La familia Desnoyers lamenta su muerte en su tumba, y se sugiere que Luisa, la hija menor, espera su primer hijo.