Mil soles espléndidos

Mil soles espléndidos Resumen

En la primera parte del libro, el narrador presenta a Mariam, una niña que vive con su madre, Nana, en las afueras de Herat, en Afganistán. Mariam crece con el estigma de ser una harami, es decir, una hija bastarda, producto de las relaciones sexuales extramatrimoniales. Su padre, Yalil, deja embarazada a Nana mientras ella trabaja en su casa como personal de limpieza. Para proteger su imagen, Yalil culpa a Nana por lo sucedido y construye un kolba, una casa humilde, en las afueras de la ciudad, para que vivan Nana y la niña. Mientras tanto, él continúa su vida lujosa en Herat, con sus tres esposas y sus nueve hijos.

En el kolba, madre e hija viven precariamente y aisladas del resto del mundo. Nana guarda mucho resentimiento por el abandono que ha sufrido, y se mantiene pesimista respecto de lo que les depara el futuro. Por eso, le enseña a su hija a desconfiar de todos los hombres y le recuerda constantemente que su padre es un ser despreciable. Para Mariam, a pesar de este trasfondo, Yalil se constituye como una imagen de todo lo positivo. En sus visitas siempre aparece de buen humor, trae diversión al kolba y la trata de manera afable, actitudes diametralmente opuestas a las de Nana.

Para su decimoquinto cumpleaños, Mariam le pide a Yalil que la llave a conocer el cine del cual es propietario, algo a lo que su padre accede, pero que no cumple. Contrariada, Mariam decide ir a buscarlo a su casa; cuando este se niega a recibirla y envía a sus sirvientes a que la echen, la niña decide pasar la noche en la vereda, frente a la entrada. Al otro día, Yalil le pide a su conductor que lleve a Mariam de regreso a su kolba. Al llegar, descubre que su madre se suicidó.

Luego del funeral, Mariam vive en la casa de su padre, aunque encerrada en un cuarto y prácticamente sin tener contacto con el resto de la familia, hasta que Yalil -impulsado por sus esposas- arregla su matrimonio y la entrega a Rashid, un zapatero de avanzada edad que reside en Kabul y que a Mariam le genera mucha repulsión.

En un principio, Rashid se demuestra atento con Mariam, aunque pronto le impone una serie de estrictas reglas que la someten por completo y la obligan a desempeñarse tan solo como ama de casa. Luego, cuando Mariam pierde sucesivamente sus embarazos, Rashid comienza a tratarla con extremada violencia.

En la segunda parte de la novela, el narrador introduce a Laila, la segunda protagonista de la obra, hija de Fariba y Hakim y vecina de Rashid y Mariam en Kabul. Laila tiene un vínculo muy estrecho con su padre, un historiador que la educa, la cuida y se encarga de llevarla a la escuela. En cambio, con su madre el vínculo es más complejo. Desde que sus hijos, Ahmed y Nur, se unieron a los muyahidines, Fariba está deprimida y no le otorga nada de atención a Laila. Esta situación se acentúa cuando la familia recibe la noticia de la muerte de los dos muchachos. Por su parte, Laila, que casi no conoció a sus hermanos, no padece tanto el dolor de la pérdida, pero sí sufre por el trato indiferente que le profesa su madre.

Laila posee un amigo de la infancia, Tariq, de quien se enamora a medida que crecen. Tariq se constituye como una persona de central importancia en su vida: con él experimenta por primera vez el amor y tiene su primera relación sexual. Pero cuando los conflictos militares en Afganistán recrudecen y Tariq le propone casarse e irse junto con su familia a Pakistán, Laila decide rechazar la propuesta y quedarse en Kabul junto a sus padres, ya que Fariba se niega a dejar la ciudad por la que sus hijos pelearon y murieron, y Hakim jamás se iría sin su esposa.

Sin embargo, poco tiempo después, Fariba accede a dejar Afganistán. Trágicamente, en el momento justo en que están sacando las maletas para marcharse, un misil cae sobre la casa y a la explosión solo sobrevive Laila.

En la tercera parte del libro se aborda la incorporación de Laila a la vida de Rashid y de Mariam. Tras la caída del misil, Rashid encuentra a Laila inconsciente entre los escombros y la lleva a su casa. Al poco tiempo de recuperarse, Laila recibe la visita de un desconocido que le da la noticia de la muerte de Tariq y de su familia durante su escape hacia Pakistán. Huérfana y destrozada por la pérdida de su amado, Laila recibe la propuesta de matrimonio que le hace Rashid y la acepta, puesto que está embarazada y siente la necesidad de sobrevivir para poder criar a su hijo, que es lo último que le queda de su amado Tariq. Mariam se siente desplazada por el nuevo espacio que ocupa Laila en la casa, por lo que en un comienzo se muestra muy hostil con ella y tiene miedo de que Rashid la expulse del hogar.

Laila da a luz a Aziza. Como se trata de una niña, Rashid pierde inmediatamente el interés en ella y le exige a Laila tener relaciones para engendrar un niño. Como Laila en principio se niega, su esposo desquita sobre Mariam toda la furia que siente. Laila interviene y defiende a Mariam del trato injusto, y este gesto impulsa una nueva relación entre las dos esposas de Rashid, quienes terminan unidas por el odio que le tienen al marido y desarrollan una inquebrantable amistad.

Para salvarse de la violencia que sufren día a día en su casa, Laila le roba ínfimas sumas de dinero a su esposo durante todo un año y luego huye con Mariam y Aziza, con el objetivo de tomar un autobús hacia Pakistán. Sin embargo, el plan falla y la policía las devuelve a su hogar, donde Rashid las encierra y casi las mata de inanición. Al liberarlas, les aclara que si vuelven a intentar algo similar, las matará.

En 1996, los talibanes llegan al poder e imponen leyes sumamente estrictas para las mujeres, quienes ya no pueden circular por las calles sin compañía masculina ni dedicarse a ninguna actividad pública. Las penas para cualquier infracción pueden ir desde una serie de azotes hasta la muerte. Ese mismo año, Laila vuelve a quedar embarazada, pero esta vez tiene un niño, a quien llama Zalmai. Rashid adora a su nuevo hijo y vive para consentirlo, algo que nunca ha hecho con Aziza.

En un incendio, Rashid pierde su zapatería y queda desempleado. En los meses siguientes, comienza a endeudarse cada vez más, y a esta situación se le suma el precario estado en el que se encuentra toda Kabul: prácticamente no hay comida en la ciudad, por lo que su precio aumenta y se hace imposible cubrir las necesidades básicas. Como toda la familia empieza a temer la muerte por inanición, Mariam intenta contactarse con su padre para conseguir ayuda, pero solo descubre que este ha muerto.

Cuando ya es imposible alimentarse, Aziza es llevada a un orfanato, donde al menos tendrá asegurada la comida. En un principio, Rashid acompaña a Mariam, Laila y Zalmai a visitar a Aziza, pero al poco tiempo comienza a aburrirse de aquellas visitas, y le dice a su esposa que ya no la acompañará más. A pesar de la estricta prohibición de los talibanes, Laila se arriesga todos los días para poder ver a su hija y, aunque a veces logra su cometido, en general es atrapada y azotada antes de ser regresada a su casa.

Un día, Tariq aparece en la casa de Rashid en busca de Laila. Al reencontrarse, tienen una extensa y emotiva charla, en la que se cuentan lo más importante de los años que estuvieron separados. Laila le revela que él es padre, y planean ir a visitar a Aziza al día siguiente. Pero esa misma noche, Zalmai le informa a su padre que un hombre cojo ha estado en la casa y Rashid comprende que se trata de Tariq. Enceguecido por la furia, Rashid ataca a su esposa y comienza a asfixiarla con el objetivo de quitarle la vida. Ante esta situación, Mariam interviene y golpea la cabeza de Rashid con una pala hasta matarlo.

Al día siguiente, Mariam le recomienda a Laila que se vaya con Zalmai y Tariq a buscar a Aziza, y que juntos hagan una nueva vida en familia. Mientras tanto, ella se hará cargo del asesinato de Rashid, ya que esa es la única forma de asegurarse de que los talibanes no busquen al resto de la familia. Laila entra en razón y comprende que, aunque le duela, esa es la única solución posible. Así, las dos mujeres se despiden para siempre, y Mariam se entrega a los talibanes. Durante el juicio, estos demuestran que no les importa que Mariam haya obrado en defensa propia y la condenan a muerte.

En la cuarta parte del libro, el narrador se enfoca en la vida de Laila y Tariq, ya casados y mudados a Pakistán con Aziza y Zalmai. Allí trabajan en un hotel y llevan adelante una vida mucho más cómoda y amena. Tras la caída del gobierno talibán, Laila desea volver a Kabul y participar de la reconstrucción de la ciudad. Tariq la acompaña en su decisión y la familia regresa a la capital afgana. En el camino se detienen en Herat, ya que Laila desea conocer el lugar donde vivió Mariam. Allí se encuentran con el hijo del ulema Faizulá, quien lleva a Laila a conocer el kolba donde vivió Mariam y le entrega una caja que Yalil dejó para que se la dieran a su hija. En la caja, Laila encuentra una carta de disculpas, la cinta de una película y una considerable suma de dinero como herencia.

Laila, Aziza, Tariq y Zalmai se mudan a una casa en Kabul. Juntos colaboran en el orfanato que acogió a Aziza y, a su vez, Tariq trabaja para una ONG que otorga prótesis para las víctimas de las minas antipersonas. La historia finaliza con la revelación de que Laila está embarazada. En la escena final, la familia debate el nombre que le pondrán al bebé si se trata de un varón, ya que, si es una nena, se llamará Mariam.

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