La trama de Otelo está tomada en gran parte de un relato incluido en Hecatommithi (1565) de Giambattista Geraldi Cinthio; aquella es, como la de Shakespeare, una historia de amor, celos y traición, pero los personajes, los temas y las actitudes de ambas obras son significativamente distintas. La obra de Shakespeare está más interesada en el estudio de la naturaleza y la psicología humanas que la trama original. Uno de los puntos de mayor desviación de la fuente es la motivación del personaje de Yago: el Yago de Cinthio es llevado a desear la venganza cuando Desdémona rechaza tener un amorío con él; en la versión de Shakespeare, las motivaciones de Yago no son tan claras.
Otelo también toca un problema de importancia para Europa en este período: la entremezcla de la cultura y la religión musulmanas con Occidente. Escrita un siglo después de que los musulmanes fueran expulsados de España como parte de un plan de reconquista, dentro de la obra aparecen obvios indicios de la hostilidad que genera el origen moro de Otelo y las diferencias con su religión y su cultura. El enfrentamiento entre Oriente y Occidente se pone de manifiesto también en el conflicto entre Venecia y los turcos; los venecianos cristianos quieren proteger a la cristiandad de la influencia de los moros turcos. Irónicamente, el moro Otelo es enviado a completar esta misión.
Otelo es considerado un excelente ejemplo del drama aristotélico: se focaliza en un elenco muy pequeño de personajes –uno de los más pequeños de toda la obra de Shakespeare–, tiene pocas desviaciones del asunto principal de la trama y se concentra en solo unos pocos temas centrales. Como tal, la obra es una de las más intensas y focalizadas que escribió Shakespeare, y ha gozado también de una gran popularidad, desde el período jacobeo hasta nuestros días.
El personaje de Yago es una variación de la figura del Vicio, que se encuentra en obras de moralidad anteriores; se desvía de aquella figura en el hecho de que Yago carece de una motivación clara, y porque se lo retrata como un personaje muy maligno. Sin embargo, Yago es menos un personaje que un dispositivo que permite el cambio en la trama y, en este sentido, es un claro descendiente de la omnipresente figura del vicio. La astucia y la habilidad de manipulación de Yago nos revelan que es un enemigo formidable, y esto hace que la caída de Otelo parezca aún más inevitable y trágica.
Una razón de la abrumadora popularidad de la obra a través de los siglos es que se centra en dos amantes que, para estar juntos, desafían a la sociedad con un casamiento interracial. El estudioso de Shakespeare Walter Cohen hace mención a la popularidad que tiene Otelo en tiempos de rebelión y convulsión: la obra fue más popular durante las guerras europeas de mitad del siglo XIX, en la caída de la Rusia zarista, y también durante la Segunda Guerra Mundial en Estados Unidos. Estas puestas en escena tendían a enfatizar la nobleza y el amor de Otelo y Desdémona, lo que hacía que su caída pareciera más trágica e inmerecida.