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¿De qué manera entra en juego la cuestión étnica en el drama?
Otelo es un militar de alto rango en Venecia, una ciudad infectada por el racismo, al igual que la Inglaterra del período isabelino cuando se escribió esta obra. Como general del ejército, Otelo ocupa un lugar distinguido en la corte del Duque, obtenido gracias a sus victorias en el campo de batalla, pero no es considerado un igual, debido a su pertenencia étnica. A pesar de sufrir los prejuicios de la época, Otelo es estimado y se gana el amor de la hija de un noble veneciano. No obstante, Brabancio no aprueba el matrimonio de Otelo y Desdémona y, enfurecido, acusa a Otelo de usar magia para que Desdémona corra a su “renegrido pecho”. En este sentido, la cuestión racial aparece en la tragedia como elemento que amenaza con romper el amor de Otelo y de Desdémona. Quizás el racismo más pernicioso es el del propio Otelo, que se ve a sí mismo como un extraño que no encaja en el mundo civilizado, percepción que lo hace más susceptible a los engaños de Yago.
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Analizar cómo Shakespeare hace uso del lenguaje para revelar el carácter de sus personajes principales.
En las obras de Shakespeare es común que las líneas en verso –en pentámetro yámbico en el idioma original– aparezcan para representar a la nobleza. Yago, en su duplicidad, habla en verso cuando se dirige a Otelo, para parecer más noble de lo que es, y en prosa durante sus soliloquios, en los que le confiesa su verdadera naturaleza al público. Un modo en el que Yago se muestra como un maestro de la manipulación es con su tendencia de repetir las palabras de Otelo, para así ocultar su rol activo como instigador de sus inseguridades y de sus pensamientos oscuros.
El discurso de Otelo, por su parte, es muy sofisticado en el inicio de la obra y en su último soliloquio del Acto V, pero cuando es consumido por los celos y la ira, su elocuencia se debilita. De esta manera, Shakespeare usa los diálogos para transmitir el funcionamiento interno de sus personajes.
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Se suele decir que Otelo es un héroe trágico. Discutir sus atributos heroicos y las felencias que lo conducen a la perdición.
En el inicio de la obra, Otelo es presentado como un hombre honorable y noble de posición alta en la esfera social. Pero en el final, su intento equivocado de mantener el honor provoca su perdición y la de Desdémona. Otelo no es simplemente la víctima de un complot: Yago consigue provocar su caída, en gran parte, porque Otelo se deja ganar por sus propias inseguridades. Su orgullo no le deja ver sus debilidades, y en este estado decide confiar más en Yago que en la palabra de su amor. Otelo está tan obsesionado con su reputación, que mata a su esposa solo por vengar la mancha de su buen nombre. Su orgullo, sus celos y su inseguridad son defectos que no le dejan ver que el asesinato solo empeorará el estado de su reputación. Otelo es sugestionado por mentiras y tergiversaciones, pero es él quien provoca su propia ruina.
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¿Qué motivos explícitos e implícitos tiene Yago para buscar vengarse de Otelo?
La razón que da Yago para vengarse de Otelo es que aquel lo ha ignorado para el puesto de lugarteniente, que le adjudicó en cambio a Casio. Pero, ¿esto es suficiente para justificar que “[odia] al moro” (I.3. 371)? Es evidente que también envidia el ascenso de Otelo en la corte y que haya conseguido casarse con Desdémona. Otra razón posible, que el propio Yago menciona, son los rumores de que Otelo tuvo un amorío con su esposa, Emilia. También se podría decir que Yago odia a Otelo por su etnia y por su condición de extraño en Venecia. Sin embargo, ninguna de estas motivaciones parecen factores determinantes para justificar la violencia que generan sus acciones. En su esencia injustificada, Yago es el villano más malvado de los personajes viles de Shakespeare.
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¿Hasta qué punto podríamos afirmar que la lealtad aparece en la obra como algo positivo y negativo al mismo tiempo?
Según Yago, Otelo no fue justo con él al negarle el puesto de lugarteniente. En un sentido, es la falta de lealtad de Otelo lo que incita a Yago a diseñar su plan de venganza. Yago pretende ser leal y, gracias a su gran habilidad, consigue engañar a Otelo mientras planifica su caída. Por otra parte, la creencia de Otelo en la falta de lealtad de Desdémona termina sellando sus destinos. En estos ejemplos, la lealtad malentendida puede ser peligrosa y, por eso, puede ser vista como algo negativo en la obra. Sin embargo, la lealtad de Desdémona hacia Otelo –que no enflaquece ni siquiera en su muerte– y la lealtad de Otelo hacia ella una vez que descubre su error, son atributos positivos que ennoblecen a ambos personajes.
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Comparar y contrastar el orgullo de Otelo con el de Yago.
Un tema principal en Otelo es el orgullo, que atraviesa a los dos personajes principales en sus motivaciones de venganza. Ambos creen que la muerte trae justicia y por eso cometen sus crímenes fatales. La venganza de Yago es más fría y calculada, mientras la de Otelo constituye un acto pasional desgarrador, de celos y de locura. Por otra parte, ambos personajes tienen ideas distintas de cómo defender su honor: Yago lleva su falta de moral como una insignia que viste con orgullo, mientras Otelo, con su código de honor, busca mantener su buen nombre intacto, fallando en la cometida. El orgullo de los dos los conduce, finalmente, hacia su trágico final.
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Justificar la siguiente afirmación: si bien Otelo es el protagonista de la obra, Yago es el personaje principal.
A menudo en el teatro de Shakespeare, como en Hamlet o El Rey Lear, el nombre que aparece a modo de título de la obra es el del protagonista. Otelo es un caso como este, si bien podríamos afirmar que el protagonista no es el personaje principal del drama. Yago tiene casi un 20% más líneas que Otelo, y tiene más diálogos aparte con el público que aquel. Aunque son las decisiones y las acciones de Otelo las que proveen la estructura dramática de la obra, es Yago quien pone estas acciones y decisiones en movimiento con sus engaños e insinuaciones. Otelo es, junto con Desdémona, la figura trágica de la obra, y son sus características las que se presentan en la mayoría de los temas del drama –el orgullo y los celos, la discriminación étnica, la autoconsciencia. Pero Yago es el personaje que dirige toda la trama.
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En sus últimas palabras antes de morir, Desdémona afirma que se mató a sí misma. ¿Cómo afecta esta sentencia el modo en que vemos al personaje?
Desde un punto de vista actual y feminista, Desdémona podría ser juzgada severamente por haber dicho “Nadie… yo misma”, cuando Emilia le preguntó quién es responsable de su muerte, en un acto de resignación frente a su fatal destino. Si bien un público contemporáneo podría considerar que esta respuesta es un tanto extraña, en la obra las últimas palabras de Desdémona tienen la función de destacar la bondad intrínseca del personaje. Desdémona es descrita por otros personajes de la obra con palabras que simbolizan su bondad, como el blanco de su piel o la luz que emana de su belleza. Hacia el final de la obra, Desdémona empieza a convertirse en un símbolo del bien, de modo que sus últimas palabras refuerzan aún más el trágico final de los enamorados. Ella todavía ama a su esposo, aunque él esté errado, y por eso abraza la muerte buscando resguardar la reputación de Otelo. Una audiencia moderna podría desear unas últimas palabras menos melodramáticas, pero ese no sería el mundo que Shakespeare creó en Otelo.
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¿De qué manera el suicidio de Otelo fortalece o socava su heroísmo?
Aunque el suicidio no suele ser el fin elegido para una figura heroica, es el único escape que encuentra Otelo de los crímenes que ha cometido. Si bien fue víctima de los engaños de Yago, Otelo no deja de ser el autor de su propia caída. Nadie más que él podría responder por la muerte de Desdémona, y por eso en el final Otelo se castiga a sí mismo con la muerte. Desde esta perspecitva, el suicidio fortalece su debilitado heroísmo.
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Describir cómo el orgulo de Otelo lo conduce hacia su caída.
Al comienzo de la obra, Otelo es un hombre orgulloso de sus propios logros, pero cuando Yago busca castigarlo por haberlo despreciado, se aprovecha de este orgullo para planificar su caída. La creencia de que Desdémona ha manchado su honor enciende la ira de Otelo, pero es su orgullo el que no le deja ver que las evidencias que tiene de la traición de su esposa son mentiras elaboradas por alguien que no es un amigo leal, sino un enemigo determinado en destruirlo.