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Según lo expuesto en la obra, ¿cómo se relacionan las distintas clases sociales con la noción de independencia?
Lo que Pigmalión expone es que la clase alta carece de independencia porque está atada al pasado solemne y noble de Gran Bretaña, donde lo que más importa son las formas y los modales, mientras que la clase baja, por su parte, carece de independencia porque no tiene medios de solvencia. Así, la clase media trabajadora se presenta como la única clase capaz de desarrollar independencia.
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¿Cuál es el posicionamiento de George Bernard Shaw en lo que respecta a la movilidad social?
El autor de la obra se posiciona a favor de la movilidad social, que permitiría el ascenso de clase por parte de personas de origen pobre, postura que combate con el pensamiento conservador más propio de la aristocracia inglesa del siglo XIX, que condenaba a las personas a un destino no muy distinto del de su origen familiar. En el pensamiento de Shaw, la educación y el manejo de la lengua son factores determinantes para que cualquier persona pueda ascender socialmente, sin importar cuál sea su origen económico.
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Explique alguna actitud de Mr. Doolittle en la obra, poniéndola en relación con la temática de la disyuntiva entre la autonomía y la dependencia.
Mr. Doolittle es uno de los personajes en los que se encarna la disyuntiva entre la autonomía y la dependencia. En el segundo acto, por ejemplo, el hombre, un pobre barrendero, le pide a Higgins cinco libras, pero rechaza las diez que aquel le ofrece: quiere una cantidad que le permita disfrutar algunos días, no una suma mayor, que lo obligaría a pensar en ahorrar o invertir ese dinero, volviéndolo así dependiente. Algo similar se manifiesta en el último acto, cuando Doolittle anuncia haber heredado una millonada: el hombre se siente profundamente infeliz, dado que perdió su autonomía y ahora está pleno de los deberes y obligaciones propios de una persona de clase alta.
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¿Cuál es la diferencia más significativa entre la obra de Shaw y el mito de Ovidio en que está basada?
La obra de Shaw se distingue en varias cuestiones del argumento de Ovidio. Elisa, por empezar, ya es una persona viva antes de que Higgins la "cree": este sin duda moldea el comportamiento de Elisa, su personalidad y su apariencia, pero no la moldea en mármol.
No obstante, la diferencia más relevante se da en el final de la obra. Porque al contrario de la dócil Galatea, Elisa enfrenta a su Pigmalión. La joven de Shaw, con criterio propio y noción de valía personal, no solo no tiene por su maestro la devoción y el agradecimiento que la escultura tenía con su creador, sino que además cuestiona, en varios momentos, que haya sido beneficiosa, para ella, su transformación.
Además de lo anterior, Elisa no se casa con su Pigmalión. Esta diferenciación con el mito es de carácter ideológico: una mujer con criterio, como lo es Elisa, sabe inconveniente casarse con un hombre que se posiciona ante ella como su “creador”: la dinámica de poder que se establecería en esa relación atenta contra la libertad y la independencia, factores centrales en un vínculo amoroso justo e igualitario.
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¿Cómo resuelve el Epílogo la situación de Elisa y de Clara? ¿Qué tienen en común sus destinos y cuál es su implicancia simbólica?
El Epílogo resuelve con optimismo tanto la situación de Elisa como la de Clara. En ambos casos, las jóvenes mujeres pasan a formar parte de una clase trabajadora pujante, educada, ambiciosa: Elisa se educa para triunfar con su florería y Clara ingresa a trabajar en una tienda para estar en contacto con los seguidores de su autor preferido e, incluso, conocerlo. Pese a que las ambiciones de Elisa y Clara son muy diferentes, ambas realizan una acción similar, en tanto rompen las limitaciones de su clase social para cumplir sus sueños, independizarse y realizarse personalmente.
El hecho de que sean las jóvenes mujeres de la obra quienes accionan para lograr sus objetivos se relaciona profundamente con dos cuestiones que se entrecruzan durante toda la pieza: la independencia de la mujer y la construcción de una sociedad más igualitaria. En oposición a personajes mayores de la obra, representativos de una Gran Bretaña estancada, que aún vive en el siglo XIX, Elisa y Clara aparecen como una esperanza del cambio, encarnando el ideal de la transformación de Gran Bretaña en el siglo XX.