Además de Abel Martín, analizado dentro de esta guía, Antonio Machado crea otro heterónimo de vital importancia dentro de su obra: Juan de Mairena. Vale aclarar que un heterónimo es un nombre falso adoptado por un autor para publicar determinadas obras. Los autores (como lo hace en este caso Machado) suelen otorgarle a sus heterónimos un carácter y un modo propio de pensar la vida y el arte.
Dentro de esta guía, Mairena no es analizado, ya que su obra es únicamente en prosa. Sin embargo, la producción de este heterónimo merece ser revisada dada su estrecha conexión con la obra poética de Machado.
En principio, Juan de Mairena, pese a no escribir poesía, está íntimamente ligado al heterónimo poético de Machado: Abel Martín. Antonio Machado construyó una biografía conjunta para ambos heterónimos. Esta aparece en tres obras: De un cancionero apócrifo, de 1926; Juan de Mairena (sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo), publicada en 1936; y Los complementarios, recopilación póstuma de textos a cargo de Guillermo de Torre y publicada en 1957.
He aquí un resumen de los datos fundamentales de la biografía conjunta de Mairena y Martín. Abel Martín nace en Sevilla en 1840, mientras que Juan Mairena nace en 1865, también en la tierra andaluza. En 1896, Martín y Mairena se unen para fundar una Escuela Popular de Sabiduría Superior en Sevilla. Allí, Martín estaría a cargo de una cátedra de Metafísica; y Mairena, de una cátedra de Sofística. Pese a que cada uno tiene una cátedra, Martín es el maestro de Mairena. Tiene una jerarquía superior de conocimiento. En 1898, Abel Martín (que es 25 años más grande que Mairena) muere en Madrid, y Mairena decide abandonar el proyecto de la Escuela Popular. Se dedica, entonces, a escribir la biografía de su maestro y a desarrollar su propio pensamiento filosófico.
La mayor parte de la prosa de Antonio Machado, por fuera de sus obras de teatro, pertenece, paradójicamente, a Juan de Mairena. Dentro de su obra poética (como puede verse en el análisis desarrollado dentro de esta guía), la reflexión filosófica tiene una gran importancia. La construcción de Juan de Mairena es, en definitiva, un artificio a través del cual Machado se permite esbozar dicha reflexión filosófica sin la mediación de sus versos. Sin embargo, los textos de Mairena no están presentados directamente como textos filosóficos “puros”, sino que también están enmarcados dentro de una ficción: son supuestos apuntes encontrados, o anotaciones de clases universitarias que contienen, incluso, intervenciones de alumnos.
Es importante destacar que, durante el transcurso de su vida, Machado muestra gran reticencia a adentrarse en la filosofía. Su idea de que el arte debe ser simple lo separaba de la complejidad de la filosofía. Además, Machado no considera tener una formación filosófica profunda como para escribir ensayos o tesis al respecto, pese a que asistió a diversos cursos (uno de ellos dictado por el importante filósofo francés Henri Bergson, ganador del Premio Nobel). La creación de Mairena le permite fusionar la filosofía con el arte y adentrarse entonces en este campo que hasta entonces se había autovedado.
Entre las reflexiones filosóficas de Mairena, que se unen con los temas de la poesía de Machado analizados en este guía, deben destacarse:
· Su preocupación por la multiplicidad del ser, a la que denomina “la esencial heterogeneidad del ser”.
· La poesía, a la que considera como el diálogo del hombre con el tiempo en el que vive.
· La guerra, tema en el que Mairena se adentra para condenar la moral franquista (ligada al nazismo) e incluso llama a combatir a favor de la república.
· El amor, del que afirma, entre otras cosas, que empieza en el recuerdo.
Como puede verse, la afinidad filosófica de Mairena con el trabajo poético de Machado es absoluta. Adentrarse en la prosa de Mairena es de suma utilidad para profundizar en la filosofía poética de Machado, ya que, en definitiva, leer a Mairena es leer a Machado reflexionando sobre Machado.