Poemas de Fernando Pessoa

Poemas de Fernando Pessoa Guía de Estudio

La obra de Fernando Pessoa no puede analizarse sin hacer una mínima reflexión respecto de la cuestión de los heterónimos, como se conocen a las identidades literarias ficticias que crea un autor y a la que les atribuye una biografía y un estilo propios.

En una carta fechada el 13 de enero de 1935, Pessoa confiesa: “El origen de mis heterónimos es el profundo rasgo de histeria que hay en mí” (2005). El hecho de que fuese escrito unos meses antes de la muerte del poeta le da a este documento cierto valor de explicación respecto de la necesidad de Fernando Pessoa de crear heterónimos que le permitieran volcar en su obra esa pluralidad de voces y personalidades que él sentía que componían su vida. De hecho, en esta misma carta, Pessoa cuenta que tuvo desde niño la tendencia a crear en torno a sí un mundo ficticio, a rodearse de amigos y conocidos que nunca existieron: “No sé, bien miradas las cosas (…) si en realidad no existieron, o si soy yo quien no existió. En estas cosas, como en todas, no debemos ser dogmáticos” (2005). Pessoa se desdobla en una serie de heterónimos, cuyos mayores exponentes son Alberto Caeiro, Ricardo Reis y Álvaro de Campos.

Por otro lado, en una serie de tres ensayos publicados el año 1912 en la revista A Aguia, un joven Pessoa profetiza la inminente aparición en Portugal del mayor poeta de todos los tiempos: un “Supra-Camoens”, con cuya obra “el alma portuguesa alcanzaría en poesía el grado correspondiente a la altura a que en filosofía ya estaba elevada” (2005). De esta forma, es evidente que la filosofía a que se refiere Pessoa es la del saudosismo (ver sección “Otro: El saudosismo y Fernando Pessoa”) de Teixeira de Pascoaes, una filosofía de carácter místicamente nacionalista y de tendencia pacifista y cultural que inspira el movimiento literario llamado “Renascenza Portuguesa”. Este Supra-Camoens” capaz de transformar la poesía de su época no es más que él mismo.

Asimismo, el 8 de marzo de 1914 Pessoa escribe sin detenerse treinta y tantos poemas que enseguida se le aparecieron como obras de Alberto Caeiro (el primero de los heterónimos). Más tarde, Caeiro se convierte en el maestro no solo de los heterónimos Campos y Reis, sino también del suyo propio (Fernando Pessoa). En ese sentido, muchos críticos de la obra de Pessoa como, por ejemplo, Jorge de Sena, aseguran que Fernando Pessoa pasa a convertirse, a pesar de conservar su nombre, en un poeta de la misma naturaleza literaria de sus heterónimos. Es decir que no es solo un ortónimo, el artífice de los demás heterónimos, sino también es en sí mismo un heterónimo.

En el caso de Bernardo Soares, Pessoa le atribuye la autoría del Libro del desasosiego, una compilación de fragmentos autobiográficos en la que expone a través de reflexiones personales la decadencia, insalvabilidad y disolución del yo moderno, producto de la crisis de los absolutos durante el periodo de entre siglos. En este libro también se exponen sus reflexiones respecto de los límites del lenguaje, la escritura, el pensar y la vigencia de la idea del sujeto racional cartesiano. La pérdida de la fe en tales conceptos centrales del pensamiento occidental lo lleva bien a abandonar la vida o a poetizar la condición abismada del hombre en su existencia. Así, el Libro del desasosiego presenta una mirada serena e irónica que contempla con distancia el paso frenético de los preceptos morales de la acción y que conducen hacia el sinsentido del progreso.

Así las cosas, en la presente guía haremos un recorrido por los principales heterónimos de Fernando Pessoa, tomando una amplia gama de poemas de cada uno de ellos para dar cuenta del estilo particular de cada uno y de la influencia de unos sobre otros.

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