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¿Por qué Alberto Caeiro considera que es importante no pensar? ¿De qué forma se conecta esta idea con la naturaleza?
Alberto Caeiro, maestro de Álvaro de Campos, Ricardo Reis y del ortónimo Fernando Pessoa, pone énfasis en la mayoría de sus poemas en que el pensamiento interfiere en esa conexión vital que debe darse entre las personas y la esencia de las cosas. El poeta advierte que el hecho de pensar tiñe de subjetividad la contemplación del mundo, y la persona acaba siendo víctima de sus propias interpretaciones, alejándose de la esencia de aquello que observa. Por otro lado, esas interpretaciones son tan subjetivas y omnipotentes que obstruyen las sensaciones de la persona; sensaciones que, para Caeiro, son determinantes para percibir las cosas de una forma pura y verdadera.
Ahora bien, Alberto Caeiro encuentra en la naturaleza un modelo de existencia, en el sentido de que ella simplemente existe, sin conciencia de sí; fluye como el río, sin pensar ni interpretar nada. En ese sentido, él decide ser un mero observador de la naturaleza; prefiere ser, en definitiva, un espectador de la vida y transmitir sus sensaciones a través de su poesía.
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¿En qué aspectos de las obras de Ricardo Reis, Álvaro de Campos y el ortónimo Fernando Pessoa podemos ver la influencia de su maestro, Alberto Caeiro?
En principio, podemos decir que todos ellos coinciden con su maestro en la interferencia que produce el pensamiento respecto de esa conexión entre las personas y la esencia de las cosas. A su vez, todos recalcan la importancia de sentir; es decir, de prestarle atención a las sensaciones que les produce ese mundo que los rodea, como si allí radicara la verdadera sustancia, no solo de su existencia, sino también de su poesía.
Por otro lado, en Ricardo Reis encontramos referencias al río y a la naturaleza, una dimensión temática muy trabajada por su maestro Caeiro. En este último, la naturaleza también se propone como un ejemplo, un modelo de existencia que el ser humano debería aprender a imitar. Sobre todo, en lo que refiere a esa falta de conciencia de sí que, en última instancia, es la forma más natural, verdadera y pura de existir. En contraposición a esto, el hombre moderno piensa demasiado, tiene una excesiva conciencia de sí y pierde la capacidad de tener un contacto genuino con el mundo, ya que lo tiñe todo con sus interpretaciones subjetivas.
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En la mayoría de los poemas de Ricardo Reis, el poeta se dirige a su amada, Lidia. ¿Cuál es la concepción que tiene Reis respecto del amor?
Ricardo Reis tiene una concepción completamente idealizada del amor, en el sentido de que no lo concibe más que como un ideal. Ahora bien, existe en el poeta la necesidad de que este ideal no se concrete; es decir, de que exista solo en el plano de lo sublimado literariamente, ya que, de concretarse, correría el riesgo de debilitarse, corromperse o morir. Dicho esto, para Reis la pretensión del amor representa más un fin en sí mismo que la concreción de ese amor. ¿Por qué? Porque es lo que verdaderamente lo impulsa a escribir. El poeta siente que si lograra obtener ese amor deseado, ya no tendría que luchar por él, y eso le quitaría motivación a su escritura.
En otro orden de cosas, Lidia representa para Reis, justamente, ese amor inalcanzable; o, lo que es lo mismo: esa necesidad constante de escritura que el poeta no quiere perder. Si el amor se concreta, si se vuelve real, corre el riesgo de estropearse hasta morir, al igual que la pulsión de escritura del poeta. Por ese motivo, Lidia necesita permanecer inalcanzable, en ese rótulo de amor imposible. En cierta medida, esta actitud de Caeiro refleja las convicciones del propio Fernando Pessoa, quien siempre priorizó su literatura por encima de cualquier relación afectiva.
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La identidad es uno de los temas que más se pone de relieve en la obra de Pessoa. ¿Cómo aparece particularmente en el ortónimo Fernando Pessoa?
El ortónimo Fernando Pessoa explora en varios de sus poemas la relación consigo mismo. Al yo lírico le cuesta definir su identidad, como bien dice en el poema “No sé cuántas almas tengo”. Así, esta voz siente que su identidad se construye de muchos fragmentos de personalidad distintos. Ahora bien, si nos preguntamos cuál es la dimensión en la que el poeta siente una identidad más o menos definida más allá de la multiplicidad de almas que lo componen, la respuesta es clara: en la escritura. Si bien Pessoa se asume como un hombre múltiple, inquieto y disperso, en la escritura él logra condensar todo eso que él es, reflejando las sensaciones que le produce el mundo que lo rodea, independientemente de lo erráticas que estas sean.
En síntesis, Pessoa es un hombre fragmentado, compuesto por diferentes sensaciones que van cambiando constantemente y que, incluso, él por momentos extraña. Así y todo, en sus poemas logra reunir todas esas sensaciones (también en sus heterónimos, si pensamos en el Pessoa como el autor real) y darles un sentido estético y un contexto más o menos estable.
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¿Cuáles son los puntos en común entre Fernando Pessoa y Bernardo Soares, autor del Libro del desasosiego? ¿En qué sentido podemos decir que esta obra refleja la concepción que tenía Pessoa respecto de sí mismo?
El propio Fernando Pessoa (autor) dice que Bernardo Soares “es yo menos el raciocinio y la afectividad”, una “simple mutilación de mi personalidad” (2005). A partir de entonces podemos establecer una serie de coincidencias entre Soares y su creador: los dos parecen no lograr adaptarse a la realidad “vulgar” que los rodea —incluso, por momentos, la desprecian a través de su literatura—; además, los dos se emplazan en paisajes urbanos, son solteros, viven en pisos alquilados, poseen trabajos similares y cultivan la soledad, aunque, por momentos, la sufran.
Por otro lado, no son pocos los críticos de la obra del autor portugués que aseguran que el Libro del desasosiego es, en realidad, una suerte de diario íntimo que llevaba Pessoa, para el cual creó al autor ficticio Bernardo Soares. Si así fuera, la obra de Soares reflejaría de una manera bastante fidedigna la concepción que tenía Fernando Pessoa de sí mismo. Ahora bien, ¿cuál sería esa concepción personal? Pessoa se asume como un hombre desasosegado, que contempla el mundo que lo rodea desde una serenidad que podríamos definir como nostálgica y que la refleja en sus poemas, muchas veces, con cierta ironía. Al igual que sus heterónimos, Pessoa es un espectador de la vida que, por momentos, parece diluirse en la desolación, el tedio, el absurdo y la incertidumbre, pero que, sin embargo, no renuncia a la vida ni, mucho menos, a la escritura. Es decir, aunque su desasosiego tiene un carácter devastador de los ideales, de los sistemas racionalistas e, incluso, de los modos convencionales de la representación artística, en Pessoa esto no se reduce a una simple pasión por destituirlo todo. Por el contrario, busca reflejar las problemáticas de esa modernidad que le ha provocado desasosiego a través de su literatura como una forma de llamar a la reflexión y repensar las prioridades del mundo.