"Soy mala hierba" (p.11). (Metáfora)
Rosario utiliza la metáfora de “mala hierba” para referirse a sí misma. Esta frase se usa para referirse a las personas que persisten en dañar a los demás y no pueden o no están dispuestas a mejorar su conducta. En este punto, la protagonista se concibe como un personaje malvado, que no tiene voluntad de cambiar ni transformar esta actitud en algo positivo para los demás.
"Rosario es de esas mujeres que son veneno y antídoto a la vez" (p.23). (Metáfora)
En esta metáfora, Antonio describe a Rosario, la protagonista de la novela, como una mujer fatal, capaz de conducir a la destrucción a los hombres que caen en su trampa. En este sentido, la elección de la palabra “veneno” da cuenta del carácter mortífero que tiene Rosario para el protagonista. Además, la palabra “antídoto” también es utilizada para dejar en claro que así como la mujer es devastación, también lleva en sí misma la salvación.
"Rosario y muerte eran dos ideas que no se podían separar. No se sabía quién encarnaba a quién pero eran una sola" (p.112). (Metáfora)
En esta cita, el narrador asocia a Rosario con la muerte. Esta identificación aparece a lo largo de toda la novela para dar a entender la profunda conexión entre la mujer y lo mortuorio. Para la protagonista, la muerte es algo natural, una presencia que la acompaña desde su niñez y que atraviesa la vida de sus seres queridos. Johnefe, Ferley, ella misma: los tres terminan asesinados, víctimas de la violencia entre bandas o por enfrentamientos con la policía
"Es como si vos y yo fuéramos las dos caras de una misma moneda" (p.142). (Metáfora)
Rosario utiliza esta metáfora para establecer un punto de comparación entre ella y Antonio sin dejar de lado sus claras diferencias. En este sentido, las dos caras están relacionadas con el hecho de que cada uno viene de una realidad social muy diferente, y la misma moneda de la que forman parte hace referencia a que sienten y perciben la vida de manera muy similar, al menos desde el punto de vista de Rosario. Por otro lado, esta metáfora no solo pone énfasis en la profunda identificación que une a Rosario y Antonio, sino que también genera cierta expectativa en los lectores respecto de la posibilidad de que en algún punto de la novela se dé un romance real entre ellos.
“Las tijeras son tu chimba, Rosario Tijeras” (p.197). (Metáfora)
En esta cita, Antonio utiliza una metáfora en donde asocia la “chimba”, el órgano sexual femenino, con las tijeras. Para el narrador, la vagina de Rosario es un arma letal. Antonio le dice esto a la mujer luego de haber tenido el único encuentro sexual de la novela con ella. En este sentido, el narrador da a entender el carácter destructivo que tiene el sexo con Rosario, en donde el órgano sexual es, simbólicamente, un arma con la que aniquila a los hombres.