Cómo “mamá” se convence de las explicaciones familiares por la ausencia de Alejandro en “La salud de los enfermos”
"Mamá tenía que comprender que eran nuevos tiempos, que los industriales no entendían de sentimientos, pero Alejandro ya encontraría la manera de tomarse una semana de vacaciones a mitad de año y bajar a Buenos Aires" (1996:530). El personaje de "mamá" actúa como si su hijo estuviera trabajando en Recife mientras todos a su alrededor saben que está muerto. Cuando el espectador es cómplice de un narrador que cuenta lo que realmente sucede y hay personajes que no son conscientes de ello, se habla de ironía trágica. Los lectores esperan un desenlace que los personajes no esperan.
Luego, "mamá" comienza a descubrir que su familia le miente. El lector logra entender que el personaje es consciente del engaño, pero su familia no. “–Qué buenos fueron conmigo –dijo mamá–. Todo ese trabajo que se tomaron para que no sufriera” (1996:536). Este enunciado sugiere que la mujer es consciente de la puesta en escena. Cuando menciona el trabajo que realizan, podría estar aludiendo a los esfuerzos que la familia hizo para mantener a Alejandro y a la tía Clelia vivos. Aquí se presenta una nueva ironía trágica: el lector interpreta la sugerencia del comentario de "mamá", pero los otros personajes en la escena parecen no hacerlo.
El juego del niño rubio en "La autopista del sur"
En el primer párrafo del cuento se describe a un "niño rubio cuya inmensa diversión en esas precisas circunstancias consiste en hacer correr libremente su autito de juguete sobre los asientos y el reborde posterior del Taunus" (1996:505). Es irónico que en un contexto de embotellamiento e inmovilidad -que constituye el conflicto principal del cuento- el niño juegue justamente con un autito que puede hacer avanzar libremente. La contradicción entre el juego y la realidad genera una ironía que el narrador parece destacar con la enfatización: "en esas precisas circunstancias" (1996:505).