Resumen:
Este poema en prosa está situado en Buenos Aires y fechado en 1920. La ubicación de este fragmento en el libro rompe con la organización cronológica que se respeta a lo largo de las fechas anteriores. Las protagonistas de este poema son "las chicas de Flores", y todo el poema es una descripción de ellas transitando la ciudad, mientras se relacionan sus órganos sexuales con el tránsito urbano. Se mencionan lugares icónicos de la ciudad, como la Confitería del Molino, y hacia el final se construye una reflexión sobre el paso del tiempo, las consecuencias en el cuerpo y la vejez femenina.
Análisis:
Un exvoto es una ofrenda que se da a una divinidad, en agradecimiento por un favor recibido. En este caso, puede interpretarse que el poeta ofrece el texto a modo de exvoto, dedicado explícitamente a las chicas de Flores, como si su escrito funcionara como devolución o recompensa por un favor obtenido de ellas. El poema se despliega en torno a elementos que hacen al paso de estos personajes por la ciudad, como si realizaran una performance de seducción constante. "Se pasean tomadas de los brazos, (...) y si alguien las mira en las pupilas, aprietan las piernas, de miedo de que el sexo se les caiga en la vereda".
"Todas ellas cuelgan sus pechos sin madurar del ramaje de hierro de los balcones (...)". Esta cita nos trae dos aspectos que pueden analizarse del siguiente modo: por un lado, la mención a los pechos sin madurar anticipa lo que tratará el párrafo final, que es la vejez de la carne. Por otro lado, las mujeres son retratadas como si estuvieran exhibiendo, desde los balcones, sus pechos: provocan la atención de los transeúntes, buscan las miradas. De hecho, al final del mismo párrafo, narra que las chicas de Flores van a la plaza "para que los hombres les eyaculen palabras al oído"; es decir, como si realizaran intencionalmente un derrotero seductor.
El poema cierra con un párrafo que menciona "la angustia de que las nalgas se les pudran", estableciendo luego una relación comparativa entre las partes de las mujeres y elementos comestibles (manzanas), un recurso que ya se había presentado más arriba en el poema (con "almendras azucaradas" como segundo término de la comparación). El poeta construye un último párrafo donde pone en tensión ideas aparentemente contrapuestas: "Las chicas de Flores viven en la angustia de que las nalgas se les pudran"; "el deseo de los hombres las sofoca tanto, que a veces quisieran desembarazarse de él como de un corsé": ubica a estos personajes en una suerte de dicotomía entre querer permanecer en el estado en el que se encuentran y querer, a la vez, deshacerse de los comportamientos de los hombres hacia ellas, producido justamente por ese estado que no quieren perder.