La naturaleza
Como Yerma transcurre en un entorno rural, los personajes acuden constantemente a imágenes naturales, que forman parte del mundo de referencia compartido, para dar cuenta de lo que sienten y piensan. Yerma compara su condición estéril con la del ganado que tiene cría y las plantas que dan frutos, así como también acude a la idea de un campo sin cultivar para comprender su situación (ver sección Metáforas).
Las flores
Entre las imágenes naturales destacan las de las flores, que en el drama representan la fertilidad de las mujeres de campo. En especial, las flores sobresalen como imágenes poéticas en las partes líricas del drama. En la romería, por ejemplo, se invoca a las flores para que las “casadas secas” dejen de ser “marchitas” (ver sección Lirismo en Yerma).
La sangre
La sangre aparece en la obra como imagen de pasión y de sacrificio. Yerma afirma que las mujeres deben gastar su sangre en cuidar de los hijos, así como también habla de su obsesión como algo que lleva en la sangre. La sangre está estrechamente vinculada con el tema de la fatalidad del destino, con algo que no se puede controlar y que debe sacrificarse siguiendo el sino que ha tocado en suerte.
El canto
Junto con el motivo de cantar, hablar y callar, aparecen varias imágenes sensoriales en el drama. Por ejemplo, Yerma dice que la voz de Víctor es como un “chorro de agua”, ligando una imagen auditiva con una visual, y en su canto las lavanderas refieren al acto sexual en relación con el ruido del agua, símbolo de fertilidad: “Dime si tu marido / guarda semilla / para que el agua cante / por tu camisa” (p.53).
