Adán Buenosayres

Adán Buenosayres Guía de Estudio

Adán Buenosayres (1948) es la primera novela escrita por Leopoldo Marechal y una de las obras narrativas fundacionales de la literatura argentina. Su autor comienza a escribirla en París hacia 1929, pero demora dos décadas en terminarla. Está compuesta por siete segmentos llamados libros, que a su vez se subdividen en apartados menores. Al inicio, además, leemos un breve prólogo firmado con las iniciales "L.M." en el que reconocemos la voz del autor.

El texto relata tres días en la vida de su protagonista, Adán Buenosayres, que se corresponden con la Pascua cristiana de un año indefinido en la década de 1920 en Buenos Aires. Durante esas jornadas el personaje experimenta una transformación interna muy poderosa que parece desembocar en su muerte. Esta transformación inicia con un "despertar metafísico", narrado en las primeras líneas de la obra. Todo el libro presenta una constante alternancia entre el plano de la realidad narrada y un plano imaginario-mítico, que relaciona la vida de Adán Buenosayres con la de Cristo, específicamente entre el Jueves Santo y el Domingo de Resurrección. Al mismo tiempo, la novela gira en torno a una historia de amor: el protagonista ama a una chica llamada Solveig Amundsen y también va descubriendo su amor cristiano por Dios.

A su vez, se trata de una novela con una fuerte impronta autobiográfica, ya que la historia de Adán Buenosayres presenta muchos aspectos en común con la vida del autor: su carácter de escritor, su lugar de residencia en Villa Crespo, sus recuerdos de infancia en Maipú (pueblo de la Provincia de Buenos Aires), o su trabajo como maestro en la juventud son algunos ejemplos. También es una narración alegórica, muy cargada de referencias simbólicas, tanto eruditas como populares, a la mitología y la filosofía griegas, a la tradición estético-religiosa cristiana y a la literatura argentina.

El pensamiento cristiano es explícito a lo largo de toda la novela: hay referencias a santos de la Iglesia Católica, a tradiciones, creencias y expresiones cristianas y a la Biblia. De hecho, el protagonista tiene el nombre del primer hombre de la Tierra de acuerdo con el cristianismo, el judaísmo y el islam. A su vez, la metamorfosis de Adán Buenosayres alegoriza los últimos días de la vida de Jesús. En ese sentido, además, Marechal recurre mucho a las intertextualidades y reproduce la estructura de la Divina Comedia, de Dante Alighieri. Tanto es así que la parte final del libro (y la más extensa) es dedicada a narrar el descenso del protagonista al infierno de Buenos Aires, llamado Cacodelphia. También son explícitas las referencias a la filosofía platónica y a la tradición de la epopeya griega como base de la novela moderna: tanto la Odisea, de Homero, como el Ulises, de James Joyce, son aludidos permanentemente.

En el encuentro de la línea autobiográfica con la línea alegórica, esta obra se define como una novela en clave, y sus personajes principales son homenajes o parodias de algunos intelectuales y artistas de la vanguardia porteña que el autor frecuenta como miembro del Grupo Florida y de la revista Martín Fierro: el astrólogo Schultze es Xul Solar, el filósofo Samuel Tesler es Jacobo Fijman, el poeta Luis Pereda es Jorge Luis Borges, el petiso Bernini es Raúl Scalabrini Ortiz. Algunos críticos conjeturan que Solveig Amundsen puede representar a Norah Lange, y que la figura de Titania (o Doña Lujuria) que Adán encuentra en el Infierno de la Lujuria se corresponde con Victoria Ocampo. Estos personajes conversan y discuten sobre la historia, la naturaleza, los temas y las funciones de la literatura nacional argentina a lo largo de todo el libro.

En el momento de su publicación, la novela no es bien recibida por la mayor parte de la crítica. Sin embargo, se destaca una reseña muy celebratoria escrita por Julio Cortázar en la Revista Realidad en 1949. Cortázar asegura que la aparición del libro de Marechal es un "acontecimiento extraordinario en las letras argentinas" (232), postura que retoma el crítico literario argentino Noé Jitrik años más tarde al afirmar que esta novela es "un hecho inusitado en nuestra literatura" (1995: 884), siendo luego respaldado por muchos otros especialistas contemporáneos. En efecto, Adán Buenosayres es una obra totalmente innovadora en la tradición de las novelas escritas en español, por su propuesta narrativa y por sus usos del lenguaje. Es preciso señalar, pues, que las críticas negativas y la indiferencia dedicadas a esta novela fundacional se vinculan estrechamente con la ideología política del autor. Este es abierta y activamente peronista; él, incluso, ocupa cargos relevantes en el primer gobierno de Perón, mientras que, por el contrario, la mayoría de los artistas e intelectuales martinfierristas son antiperonistas acérrimos.

Al mismo tiempo, los gobiernos militares que se suceden tras el derrocamiento de Perón censuran toda la obra de Marechal y, por lo tanto, durante varios años está prohibido leer esta novela, que también sale de circulación y no puede venderse en las librerías. La obra es rescatada y reivindicada años más tarde, en la década del sesenta, por críticos literarios preocupados por relacionar la estética con el compromiso político.

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