Pero entonces Alicia comienza a estirarse y estirarse. Cuando se estira como un telescopio exclama: “¡Curiorífico y curiorífico!” y le dijo adiós a sus pies. Capítulo 2, página 7. Mientras piensa en cuál será la mejor manera de comunicarse con sus pies, que ahora estaban muy lejos, comprende que está diciendo tonterías. Justo en ese momento llega a los dos metros de altura, toma la llave de la mesa y se dirige a la puerta. Ahora, por supuesto, es demasiado grande para pasar por la puerta. Empieza a sollozar de frustración y llora con grandes lágrimas, durante mucho tiempo, hasta quedar rodeada por un charco de lágrimas de unos diez centímetros de profundidad.
Seguimiento de tema: Significado 1
En ese momento aparece corriendo el Conejo Blanco en el vestíbulo. Está espléndidamente vestido con un par de guantes blancos y un abanico y seguía refunfuñando que llegaba tarde. Alicia intenta pedirle ayuda lo hace sobresaltarse y tira los guantes y el abanico y escapa. Alicia recoge el abanico y comienza a abanicarse mientras intenta entender porqué todo es tan extraño para ella aquel día. Se pregunta si hoy es una persona diferente. Pregunta:
Me pregunto si habré cambiado durante la noche. Veamos: ¿era yo la misma al levantarme esta mañana? Me parece que puedo recordar que me sentía un poco distinta. Pero, si no soy la misma, la siguiente pregunta es ¿quién demonios soy? ¡Ah, este es el gran enigma! Capítulo 2, página 8..
Seguimiento de tema: Identidad 1
Intentando determinar quién es, Alicia se prueba a sí misma para ver si sabe todas las cosas que acostumbraba saber. Intenta decir las tablas de multiplicar, pero no le salen bien y luego intenta decir una canción infantil. También le sale de manera extraña, como el primero de unos versos de Carroll en los que parodia las letras de esa época:
¡Ves como el industrioso cocodrilo
Aprovecha su lustrosa cola
Y derrama las aguas del Nilo
Por sobre sus escamas de oro! Capítulo 2, página 9
Seguimiento de tema: Conocimiento 3
Alicia concluye que se ha convertido en alguien que no desea ser y que no quiere volver a la parte superior de la tierra si ella es alguien particularmente desagradable.
Cuando empieza a sentirse sola, siente que sin darse cuenta se ha puesto uno de los guantes del Conejo, lo que es un logro bastante extraño para alguien de dos metros de altura. Alicia se da cuenta que se ha achicado un poco y que sigue achicándose. Cuando se da cuenta que la causa es el abanico, lo suelta antes de achicarse tanto que se convierta en nada. Corre hacia el jardín, pero la puerta está cerrada nuevamente y la llave está sobre la mesa de cristal. Su situación no ha mejorado y ahora es bastante pequeña.
Ahora es tan pequeña que cae en el charco de sus propias lágrimas, que primero la lleva al mar y teme ahogarse. Nada hasta donde se encuentra un Ratón e intenta hablarle, pero no le contesta hasta que ella comienza a hablar en francés. Le dice la primera frase de su libro de francés: Ou est ma chatte? (¿Dónde está mi gato?) El ratón se sobresalta y le dice (en inglés) que no le gustan los gatos. Alicia continúa hablando y ofende al ratón al hablarle de lo buena qué es su gata Dina cazando ratones. Cuando le pide que cambie de tema, Alicia comienza a hablar de un perro. El Ratón, que ya escuchó suficiente sobre animales, comienza a nadar alejándose de Alicia lo más rápido que puede. Alicia le promete no hablar más de gatos y perros y el Ratón vuelve y le dice que cuando lleguen a la orilla le explicará porque odia a los gatos y a los perros. Alicia nada en dirección a la orilla y es seguida por muchos animales y aves que también cayeron en el charco de las lágrimas.