Resumen
Copla XXIX
En esta copla, el poeta deja de lado las comparaciones con grandes hombres de la Antigüedad y vuelve sobre las hazañas de su padre. Don Rodrigo no dejó grandes riquezas, pero luchó contra los moros y lo hizo con tanto éxito que es así como ganó sus rentas y los vasallos que respondían a él.
Copla XXX
En la copla se describen distintos momentos en la vida de don Rodrigo. En su momento había alcanzado honra y estado. Luego, quedó solo, quizá sin el apoyo del rey. No obstante, recuperó lo perdido y al parecer consiguió aún más honra y más tierra cuando volvió a luchar en la guerra.
Copla XXXI
El poeta celebra las hazañas que su padre no hizo solamente en su juventud, sino que siguió agregando a la lista durante la vejez. Tantos fueron sus méritos que llegó a recibir la distinción de gran Caballero de la Espada en la Orden de Santiago.
Copla XXXII
Cuando don Rodrigo encontró que sus tierras habían sido invadidas, las recuperó haciendo la guerra. Sirvió al rey Alfonso V en sus campañas en Portugal y Castilla.
Análisis
Es posible contrastar el modo en que el poeta trata la figura de su padre con la de los personajes que aparecen en las coplas dedicadas al ubi sunt. Mientras que en más de una de esas coplas se centró en las riquezas y los adornos de los personajes de la corte, en el caso de su padre empieza aclarando que su padre “non dexó grandes tesoros” (v.337). En su lugar, don Rodrigo hizo algo que no puede considerarse vanidad de vanidades porque es el deber del caballero cristiano: hizo la guerra a los moros. En la segunda sextilla de esa copla, el poeta aclara que todo cuanto tiene su padre lo ganó mediante ese oficio. Al mencionar las hazañas de su padre en la reconquista, el poeta hace lo que había descartado en la Copla XXV: “sus hechos grandes e claros / non cumple que los alabe” (vv.295-296).
Lo mismo va a suceder en la Copla XXX en la que narra un cambio de suerte en la vida de don Rodrigo, pero a diferencia de lo que había dicho sobre otros grandes hombres cuya suerte cambió, acá el poeta muestra cómo su padre pudo recuperarse. La segunda sextilla de la copla repite el verbo “hacer” en cuatro de los seis versos. La repetición es casi cacofónica, pero quizá la intención está en acentuar que su padre es agente de su propia fortuna.
Hemos visto como don Rodrigo, a diferencia de tantos otros personajes que mencionó el poeta de manera particular o general, ha logrado superar algunos de los modos en los que mundo hace de lo terrenal algo inestable. En primer lugar, su padre se dedicó a hacerle la guerra a los moros, algo que no solo tiene valor en este mundo. Luego, se repuso cuando la rueda de la Fortuna lo abatió. Además, su padre no se dejó vencer por la vejez: el paso del tiempo parece no haberlo debilitado, ya que sus hazañas de juventud “renovó / en senectud” (vv.365-366).
En la Copla XXXII vemos que don Rodrigo participó de las guerras de reconquista, pero también sirvió a su rey en los conflictos internos que surgen entre los reinos de España. El uso del polisíndeton, es decir, la repetición de la conjunción “e”, acelera el ritmo de la copla y refuerza cuán numerosas son sus hazañas y lo activo que fue don Rodrigo.