Coplas por la muerte de su padre

Coplas por la muerte de su padre Resumen y Análisis Coplas 9-14

Resumen

Copla IX

Aquí el poeta desarrolla dos aspectos mundanales que el tiempo deshace: la belleza y la fuerza. En la primera sextilla, el poeta pregunta qué sucede con la frescura y el color del rostro cuando llega la vejez. Luego, en la segunda sextilla, trata el tema de la fuerza y la agilidad de la juventud que en la vejez se vuelve “graveza” (v.106).

Copla X

En esta copla el poeta muestra que el linaje o nobleza también es imperdurable. Luego, menciona dos modos en los que las personas pueden perder “su gran alteza” (v.113). Algunos nobles de por sí valen poco o son poco valorados, mientras que otros se ven rebajados a realizar oficios por “non tener”, es decir, porque se encuentran empobrecidos.

Copla XI

Según esta copla, no podemos esperar que tanto la posición social como la riqueza sean estables porque dependen de la Fortuna. El poeta caracteriza a la Fortuna como “una señora que se muda” (v.125) y que hace girar su rueda, la cual está en constante movimiento.

Copla XII

El poeta advierte que los títulos y la riqueza solo acompañan a su dueño hasta la tumba. La sextilla cierra con la reflexión sobre la rapidez con la que pasa la vida, como si fuera un sueño. En la segunda sextilla, el poeta contrasta el carácter temporal de los placeres del mundo con los tormentos eternos a los que estaremos sujetos a causa de entregarnos a esos placeres pasajeros.

Copla XIII

La copla utiliza términos de guerra para mostrar cómo los placeres mundanos son los soldados que hacen el primer avance sobre el enemigo y la muerte es la emboscada. En la segunda sextilla, el poeta se refiere a los caballeros que cabalgan “a rienda suelta” (v.152) para advertir sobre el peligro de precipitarse a los placeres y solo darse cuenta de que son meros engaños cuando ya es tarde para reparar el error que hemos cometido.

Copla XIV

En la copla se menciona a personas que ocupan lugares importantes en la sociedad: reyes, emperadores, papas y prelados. A todos ellos les cambió la suerte y la Muerte los trató igual que a los “pobres pastores / de ganados” (vv.67-68).

Análisis

Las coplas IX, X, XI, XII y XIII están estrechamente relacionadas con la Copla VIII porque amplían lo que Manrique menciona como factores que hacen que los bienes mundanos no sean permanentes.

La Copla IX inicia con un verbo imperativo “decidme” (v.97) que busca interpelar al lector para que reflexione sobre la temporalidad de lo mundano. También podemos considerar que se trata de la misma exhortación que viene utilizando desde el inicio del poema cuando invita al alma a despertarse y contemplar. Recordemos que la Copla VIII también inicia con un imperativo “ved” (p.85), sinónimo de contemplar que aparece en el tercer verso de la primera copla. En la Copla IX, el poeta ejemplifica y amplifica en detalle eso que se menciona en la Copla VIII: “dellas deshaze la edad” (v.91). Por eso aquí el poeta muestra cómo la belleza externa y la fuerza corporal son temporales dado que la edad se ocupa de transformarlas. En la primera sextilla aparece la belleza y lo asociado a ella: la frescura, la tez, el color, la blancura. De repente, en el verso 101 aparece el factor decisivo: la vejez. Luego, el poeta utiliza una pregunta retórica que aparecerá constantemente cuando desarrolle el tópico del ubi sunt (¿dónde están?) en el que se pregunta por las personas que vivieron antes.

En la segunda sextilla el autor presenta la juventud y lo asociado a ella: ligereza, destreza, fuerza. En este caso el autor sí menciona cómo se ven transformadas todas esas cosas en lugar de dejar en suspenso con una pregunta retórica: “se torna graveza” (v.106). Vuelve a mencionar al final qué es lo que ha transformado la juventud en graveza: la vejez.

Así como sucedió con la copla anterior, la Copla X es una ampliación de lo que el poeta introdujo en la Copla VIII: “casos desastrados” (v.92). Aquí el poeta se va a centrar en su clase social: la nobleza. Para referirse a ella menciona la sangre de los godos considerados como el origen más puro del linaje noble. Precisamente a ese estamento al que le correspondería permanecer en su “gran alteza” (v.113) pierde esa posición por dos medios: porque pierden valor dado que otros los mantienen “abatidos” (v.116) o porque deben practicar un oficio al encontrarse en problemas económicos. Ambas circunstancias son ejemplos de “casos desastrados” (v.92), es decir, de desgracias. Aquí Manrique utiliza un paralelismo formal al decir “unos, por poco valer…” (v.115) “otros que, por poco tener…” (v.118), ya que independientemente de cuáles hayan sido las causas de la decadencia de estos nobles, han acabado de la misma manera.

Nuevamente en la Copla XI Manrique retoma lo dicho en la Copla VIII, a pesar de que en este caso la referencia es una mera alusión: “en los más altos estados / desfallecen” (vv.95-96). Los movimientos de caída o ascenso aluden a la rueda de la fortuna. Por este motivo, la Copla XI amplía y esta vez menciona concretamente a la diosa Fortuna. En la primera sextilla, el poeta introduce a la Fortuna como una señora “que se muda” (v.126). Luego, aparece la clásica imagen que representa a la diosa: la rueda que gira para cambiar la suerte de las personas.

La Copla XII retoma entonces la primera idea de la Copla VIII: el mundo es traidor. En la primera sextilla, el poeta insiste en el carácter transitorio de los “estados e riquezas” (v.121) de la copla anterior. Introduce la idea del engaño porque sostiene que, a pesar de poder ir a la tumba con sus dueños, estos bienes siguen siendo temporales y la vida, fugaz. El poeta introduce una advertencia: el mundo es engañoso porque lo que acá es un deleite temporal, en el infierno es un tormento eterno. Hay un paralelismo tanto formal como semántico en la segunda sextilla. El paralelismo en la construcción sintáctica de las frases refleja el paralelismo que hay entre lo que elijamos en el mundo –“deleites” (v.139)– y lo que suceda en la vida eterna –“tormentos” (v. 142)–. Asimismo, el autor utiliza una serie de antítesis: acá/allá, deleites/tormentos, temporales/eternales.

A continuación, la Copla XIII amplía el tema del mundo traidor que inicia en la Copla VIII. El mundo tiende trampas que se parecen a las que suceden en una batalla. El poeta utiliza una metáfora extendida en la que los placeres son los soldados que hacen el reconocimiento, y la muerte, la emboscada. Las personas no somos cuidadosas y salimos confiadas como un caballero “a rienda suelta” (v.152) en busca de esos placeres. Cuando nos hemos dado cuenta del error, ya es tarde para enmendarlo. Continúa el poeta utilizando un tono moralizante.

Por último, en la Copla XIV el poeta combina la noción de que todo en el plano terrenal es transitorio e inestable con el concepto de la muerte igualadora. La fortuna de todas las personas muda a menudo y quienes están en los estados más altos pueden verse afectados por infortunios. En el orden que usó Manrique para referirse a los personajes que menciona en esta copla, podemos ver reflejado el estricto orden social medieval: primero, los papas; luego, los emperadores; detrás, los miembros de la iglesia que le siguen en poder a los emperadores; y en último lugar, los pastores.

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