Juan Carr
Es el protagonista de la novela, además de ser el narrador en primera persona. Se trata de un hombre que comienza siendo joven, con 25 años, pero a lo largo de la historia pasan los años, por lo que no se sabe con exactitud cuántos tiene ya cuando el texto finaliza.
Es escritor, y para no sucumbir a un trabajo de oficina, se aventura en un viaje que acaba colocándole en una posición muy comprometida, pues además de mentir sobre su profesión, aceptando el falso título de ingeniero que le adjudican, queda a cargo de la 'peonada india', a la cual explotan para que trabaje en la finalización de una represa hidráulica en el pueblo de Santa María.
Asimismo, acaba dedicándose allí mismo al contrabando de drogas, descargando camiones en las noches, según órdenes de sus superiores.
Es un hombre dentro de todo sensible, pero al mismo tiempo resulta mediocre en términos de que no es coherente con su propia forma de pensar, sino que se deja llevar por las circunstancias sin pretender modificarlas ni mejorarlas.
Aurora
También llamada Aura, parece ser la ex mujer del protagonista, que actualmente vive en París. Se separan al poco tiempo de comenzar la narración, pero él dice que nunca ha dejado de quererla. Es una mujer que aún profesa algún cariño por Carr, pero que también parece sentir algún rencor o cinismo hacia la historia que han tenido juntos, según podemos observar en la carta que le envía hacia el final de la novela.
Profesor Paley
Nombre falso para la persona que convoca a Carr para el trabajo de la represa en Santa María.
Tom, Dick y Harry
Los tres conforman un grupo de personas muy similares y trabajan en el mismo sitio que Carr. Están allí desde antes que él llegue y se van antes de que él se vaya.
Los tres piensan igual, son gringos, con rasgos anglosajones, probablemente suizos, de musculatura muy trabajada, con mal español.
Doña Eufrasia
Se trata de uno de los personajes principales. Al comienzo, la describen como una mujer con buen cuerpo, pero rostro que "conviene" no mirar, y no se sabe si tiene 30 o 40 años. Es tres cuartos india y muy mandona. Es alta, oscura, sudorosa, desgreñada. Carga animales en su espalda y se ocupa de la cocina y la limpieza de la casa donde habitan los tres gringos y Carr. Hace de madre de Elvirita, si bien no es su hija realmente. Acompaña al protagonista casi hasta el final, cuando cae enferma y deben internarla en el hospital.
María Elvira
También llamada Elvirita. Es una niña rubia, de ojos claros, que aparenta ser hija de doña Eufrasia, pero resulta ser hija de Angélica, la esposa demente del doctor Díaz Grey. A medida que transcurre la narración, Elvira va creciendo, y el narrador la considera muy hermosa. Cerca de sus 15 años, se convierte en una activista en contra de los violadores. Acaba matando a la "Autoridá", y se escapa, no se sabe bien si a Haití o a Brasil.
Díaz Grey
Es el doctor forense de Santa María Nueva. Es un hombre cínico y resignado. Siempre bebe y ofrece botellas de bebidas alcohólicas a Carr y a los demás implicados en los negocios ilegales del contrabando.
Según el narrador, es un excelente fabulador, que cuenta cosas totalmente inventadas como si fueran ciertas. En algún punto, se hace amigo del narrador, si bien este no tolera ni comparte su manera de pensar.
Angélica
Es la esposa del doctor Díaz. Se trata de una mujer alta, rubia, de ojos claros y mirada infantil. Posee un comportamiento alocado, como si tuviera un retraso mental o adoleciera de demencia. Según el doctor, es una mujer enferma de ninfomanía.
Peonada india
Es un personaje colectivo que representa al grupo de personas explotadas por los gringos y los mismos criollos, como Díaz Grey o el propio Carr.
Capataz de Santa María
Es un mulato sonriente, engreído, adulón de los gringos, despiadado con sus esclavos famélicos.
Trajano
Le terminan llamando 'Tra', y es el perro que adopta el protagonista y que muere en el enfrentamiento entre Elvira y la Autoridá.
Autoridá
El narrador lo describe como un "milico de sector policial, homosexual".
Abu Hosni
O bien, "el turco Abu". En palabras de Carr, era un "hombrón que me oprimía la mano mientras me miraba escrutando, valorándome. Tenía una cabeza grande y seca, pelo y cejas renegridos, una nariz audaz y delgada encima de la boca cruel que ahora se disimulaba con la sonrisa, los grandes dientes muy blancos".
Es con quien Carr termina comunicándose para continuar los negocios con los camiones y el contrabando de drogas.
Patrona de la pensión
Según el propio texto, es "corpulenta y mulata, con las trenzas gruesas y grasientas colgando duras a los costados de la cabeza como puestas para enmarcar la maldad de la cara, boca amargada, ojitos de piedra negra".
Josefina
Mujer que, siendo compañera de vivienda de Angélica, y además manteniéndola en cierto estado de masoquismo y abuso sexual, luego la apaña ante el doctor y busca quedarse con la herencia cuando este resulta incapaz debido a la vejez y la bebida.