Cuando ya no importe es una novela breve, con una estructura sencilla. Con formato de diario, observamos una sucesión de fechas que no aclaran los años, sino solo los días y los meses. El hecho de no aclarar cuántos años pasa el protagonista trabajando y viviendo en Santa María genera un efecto de duración, repetición y aletargamiento de un destino que podría haber sido distinto.
La desesperación monetaria que lo conduce a aceptar un trabajo ilegal e inmoral lo enfrenta cotidianamente a situaciones de gran sufrimiento social y económico.
Mujeres que se enfrentan a la violencia del hombre; peones de pueblos originarios explotados sin piedad; contrabando de drogas para mantener adormilados a los integrantes del pueblo; ricos y terratenientes que pretenden continuar con sus privilegios a toda costa; religiosos con doble moral; supuestos profesionales que en realidad no poseen títulos habilitantes; condiciones climáticas extremas que exacerban la pobreza de los habitantes; posiciones cínicas y/o controversiales de los personajes ante las ilegalidades e injusticias.
Estos son algunos de los tópicos que se desarrollan a lo largo de la novela. A través de la visión del propio protagonista, llamado por momentos Carr, y a quien Eufrasia por momentos llaman 'Chon', o 'patroncito', encontramos que la desidia es moneda corriente en este pueblo. El cinismo y la indiferencia recorren las calles y los diálogos con los personajes.
Es interesante destacar que el protagonista, llamado entonces Juan Carr, parece constituir un alter ego del autor, cuyo nombre es Juan Carlos. En este sentido, el vínculo con la bebida, por ejemplo, podría ser un paralelo que podría establecerse entre ambos, sin ánimos de realizar biografismos infructuosos o inconducentes. A su vez, es preciso destacar que tanto Carr como Santa María constituyen dos elementos narrativos que reaparecerán en otras novelas del autor.
Asimismo, la escritura fragmentaria que propone la escritura del diario brinda una suerte de muestreo en dosis de lo que ha sucedido en muchos otros pueblos de Latinoamérica. En este sentido, esta novela de Onetti se une a un conjunto de novelas que podríamos llamar de 'denuncia social', tales como La vorágine, de Eustacio Rivera, Hombres de maíz, de Miguel Ángel Asturias, Ríos profundos, de José María Arguedas, entre muchos otros libros del siglo XX que denuncian realidades sociales y económicas de este continente.
Por otro lado, es destacable la utilización del lenguaje en este texto, pues existen muchos modismos propios del Río de la Plata, palabras que quizás podrían atribuirse al llamado 'lunfardo', o a ciertas maneras de hablar de personas que no manejan la escritua sino la oralidad. Tal es el caso de llamar 'Autoridá', así, sin la 'd' final, al militar, al que al mismo tiempo el narrador describe como 'milico' - término común en esta zona para referirse a un militar-.
Con respecto al título, este aparece citado como tal hacia el final del texto, cuando el narrador se refiere a que aun su cuerpo no le duele demasiado. Es decir, que podemos imaginar que aún no ha llegado, quizás, a los 40 años. Pero menciona que ya lo hará, ya le dolerán los huesos, "cuando ya no importe". En algún punto, existe cierto dejo de resignación y frustración en esta frase. De algún modo, toda la novela parece transmitir este estado de ánimo, entre resignado y combativo -en suma, controversial- en lo que hace a la responsabilidad moral de un individuo promedio.