Lurie repara en la ironía de ver su nombre junto al de Melanie en el documento en el que ella lo acusa de acoso
Lurie repara en la caligrafía del documento que firma Melanie para presentar su denuncia de acoso sexual ante la universidad: “Dos nombres sobre la página, el suyo y el de ella, uno junto al otro. Dos en un lecho, pero ya no de amantes, sino enemigos” (p.54). Dado que Lurie se sentía en control de la situación, le resulta irónico que ahora los dos aparezcan uno al lado del otro, no como amantes, sino como denunciante y denunciado.
Lurie defiende su manera de actuar con respecto a Melanie porque considera que está bien responder a los impulsos el mismo día en que su hija Lucy es víctima de una violación
En el capítulo 11, padre e hija hablan con franqueza acerca de la denuncia presentada en contra de Lurie. Él dice que considera injusto que alguien sea castigado por seguir su instinto. Lucy cuestiona la postura de su padre utilizando la ironía verbal cuando dice: "Así pues, a los machos hay que permitirles que cedan a sus instintos sin que nadie se los impida. ¿Es esa la moraleja?" (p.115). Lurie piensa con orgullo en cómo su hija ha madurado de tal manera que ahora se distingue claramente de su padre y es capaz de marcarle los errores y juzgar sus acciones. Lurie se siente satisfecho con esa distancia entre él y su hija. En ese mismo capítulo, sin embargo, Lucy va a ser víctima de los impulsos o instintos de los machos que van a abusar sexualmente de ella. A partir de esa experiencia, Lurie intenta acercarse a Lucy a como dé lugar y él va a tener que enfrentarse al rechazo por parte de ella. A Lurie le va a costar aceptar los modos en los que su hija se distingue de él al momento de lidiar con el ataque.
Lurie se obsesiona por la precisión en el lenguaje y piensa al mismo tiempo que la comunicación no tiene nada que ver con entendernos los unos a los otros
Lurie es profesor de Lenguas clásicas y modernas. Por ello, no sorprende que sea preciso al utilizar el lenguaje y que, por momentos, se corrija a sí mismo o a otros cuando considera que una palabra no es la adecuada para el contexto. Por ejemplo, corrige a Soraya cuando utiliza la palabra "pedir" en una situación en la que claramente quiere decir "exigir". Asimismo, corrige a Lucy cuando ella habla de Lurie como un chivo expiatorio porque considera que esa palabra remite a una cosmovisión religiosa que ya no está vigente. Por momentos, Lurie acude a otras lenguas para expresar con mayor claridad los conceptos. No obstante, insiste a lo largo de la novela en que el lenguaje, especialmente el idioma inglés, es inadecuado para comunicar la experiencia. Como profesor de Comunicación, difiere con lo que dice el manual sobre el origen del lenguaje porque para él nada tiene que ver con comunicarnos unos con otros, sino que el lenguaje surge por el canto, de la "necesidad de llenar por medio del sonido la inmensidad y el vacío del alma humana" (p.10).
Lurie insiste a Lucy que denuncie su violación cuando él mismo consideraba su situación de abuso como un asunto privado
La base de la defensa de Lurie ante el tribunal de investigación de la universidad tras la denuncia es su contra es que lo que sucedió entre él y Melanie pertenece al ámbito de lo privado. Lurie no está dispuesto a consentir que se haga un espectáculo a partir de sus sentimientos e impulsos. No obstante, cuando Lucy es víctima de una violación, Lurie no comprende por qué ella insiste en guardar silencio y en preservar ese asunto como algo privado.