El collar (Símbolo)
El collar de brillantes de la señora Forestier se convierte, en el relato, en un símbolo de la naturaleza superficial de la alta burguesía. El collar está hecho de joyas falsas, y la señora Loisel lo percibe hermoso porque no sospecha de su falsedad. De forma análoga, durante el baile Mathilde es percibida como una mujer hermosa por la confianza y el estatus que le confieren sus vestimentas. El final irónico del relato pone de manifiesto la hipocresía de la clase alta, cuando la señora Forestier le confiesa a Mathilde que el collar que ella le había prestado era falso y tenía muy poco valor en comparación a uno verdadero.
La pérdida de una joya (Motivo)
La joya perdida es un motivo muy recurrente en la literatura, desde las fábulas de tradición oral hasta las cantigas de Alfonso X y este cuento de Maupassant. Como motivo, la pérdida de una joya suele ser disparador de la acción: en general, se trata de una joya de mucho valor que es prestada a una persona pobre y que, por algún motivo, se pierde. Al tener que reponer la joya, dicha persona se ve en vuelta en una serie de problemas que debe superar. En el caso de "El collar", la resolución presenta un giro irónico sobre el motivo: la joya perdida era en verdad falsa, y el matrimonio Loisel se endeuda de por vida sin conocer esta verdad.
La muchacha pobre que accede al baile de la alta sociedad (Motivo)
Otro motivo recurrente que se presenta en este cuento es de la una mujer de la clase pobre que logra acceder a un baile que reúne a una élite social. Mathilde es una mujer cuyo origen social la limita: como hija de empleados, está condenada a reproducir su filiación social y casarse a su vez con un empleado. Sin embargo, gracias a una invitación del ministro, logra participar en un baile de la alta sociedad, lo que implica un cambio determinante en su vida. Al contrario de otros relatos, en el que la mujer pobre logra un ascenso por medio del baile, Mathilde pierde el collar y por ello termina endeudándose y descendiendo en la escala social.
Los vestidos (Motivo)
Maupassant a menudo menciona la ropa de las personas como una representación de su estatus social. Al principio de la historia, se describe a la señora Loisel como una mujer que no puede engalanarse, aunque anhela vivir en un ambiente lujoso y tener sirvientes, de los que también destaca la ropa con la que los imagina. Cuando recibe la invitación a la fiesta del ministro, su mayor temor es no tener un vestido adecuado para poder asistir, y luego en la fiesta, al retirarse, no quiere colocarse el abrigo para que su pobre manufactura no la delate.
Cuando la señora Loisel se empobrece por las deudas que contrae para pagar el collar perdido, el narrador describe sus ropas, que la hacen verse como una mujer de pueblo, pobre y desaliñada. Nuevamente, la ropa es una forma rápida de señalar estatus social y pertenencia de clase.