La narración se refiere a Colin como "el rajá" (Ironía verbal)
En varias oportunidades, la novela menciona que Colin tiene la actitud de un rajá, es decir, la de un rey o príncipe de la India que, de acuerdo con la mirada europea, tiene muchísimo dinero y, por eso, es autoritario y despectivo con los demás, especialmente con los sirvientes. Mary le habla a su primo de los rajás para hacerle notar que sus actitudes no son aceptables, y que debería tratar mejor a las personas que lo rodean. Así, burlonamente, incluso la narración llega a referirse a Colin como "el rajá" para ironizar sus actitudes, ya que no se trata de un hombre poderoso, sino de un pequeño niño enfermizo. Por ejemplo, cuando Dickon visita la habitación de Colin por primera vez, este le dice a uno de los sirvientes: "—Un niño, un zorro, un cuervo, dos ardillas y un cordero recién nacido vendrán a visitarme esta mañana. Quiero que los hagan subir lo más rápido que puedan, los quiero aquí conmigo. Dígale a Martha que los acompañe, el niño es su hermano —concluyó el rajá" (128).
A pesar de estar rodeado de adultos, Mary es la única que logra ponerle fin a las rabietas de Colin (Ironía situacional)
Cuando Colin arma uno de sus berrinches más terribles en medio de la noche, Mary es la única persona capaz de calmarlo porque se enfrenta a él y le pone límites. Esto resulta irónico porque el niño está rodeado de múltiples adultos encargados de cuidarlo, pero ninguno de ellos sabe cómo actuar ni cómo comunicarse con él. Por el contrario, es su prima, una pequeña niña que poco tiempo antes era tan caprichosa como Colin, quien consigue tranquilizarlo.