El jardín secreto

El jardín secreto Resumen y Análisis Capítulos 22-27

Resumen

Capítulo 22: "Al caer el sol"

Colin comienza a frecuentar el jardín secreto y a ejercitarse allí. Logra levantarse y poco a poco aprende a caminar. Un día conversa con Ben Weatherstaff y le pregunta si lo considera un jorobado. El hombre le dice que no, pero que corren rumores sobre su mal estado de salud. Ahora, el jardinero entiende que es un chico normal. Ben le cuenta que este jardín pertenecía a su mamá y que él la ayudaba a cuidar las plantas. Incluso después de la muerte de la mujer, Ben seguía entrando para cuidar el espacio, pero no ha podido hacerlo en los dos últimos años porque tiene reumatismo. El chico declara que ahora el jardín es suyo y que debe mantenerse como un secreto. Al caer el sol, el jardinero le entrega un pequeño rosal y Colin lo planta con sus propias manos.

Capítulo 23: "Magia"

Esa noche, de regreso en la masión, Colin se encuentra con el doctor Craven, que le recomienda pasar menos tiempo afuera. El niño responde de manera desafiante y dice que saldrá todos los días y nadie podrá detenerlo. Mary le explica que debe dejar de tratar a los demás de manera tan grosera. Colin se sorprende porque no sabía que su comportamiento era extraño. Le promete a su prima que cambiará la actitud; no quiere ser raro. Ambos creen que, si sigue visitando el jardín, su salud y sus modales mejorarán, porque el lugar tiene magia. A partir de ese momento, y durante meses, llaman "magia" a todo lo que ocurre en el jardín secreto y a los sentimientos que este despierta en ellos. Gracias a la primavera, la vegetación crece maravillosamente y se llena de flores coloridas.

Colin reflexiona cada vez más sobre los cambios que están sucediendo en su vida. Está seguro de que es la misma fuerza mágica la que lo ha ayudado a caminar. Con esas ideas en mente, decide que al crecer será científico y se propone hacer un experimento para demostrar que la magia existe. Cada mañana, al despertar, se dirá a sí mismo: "¡La magia está en mí! ¡Puedo hacerlo!" (147), hasta convertirse en un chico tan sano y fuerte como Dickon. Para comenzar el experimento, los chicos, reunidos en el jardín, entonan una canción sobre la presencia de la magia en la naturaleza: "El sol brilla, aquello es magia. Las flores crecen, aquello es magia. Estamos vivos, estamos en la magia" (148). Colin se ha convencido de que no está enfermo y se propone recuperarse por completo para luego presentarse ante el padre y demostrarle que es un niño sano.

Capítulo 24: "Déjenlos reír"

Cada mañana, muy temprano, Dickon trabaja en un pedazo de tierra cerca de la casa de su familia. Su madre, la señora Sowerby, disfruta de acercarse a ese huerto y conversar con el chico. Allí, Dickon le cuenta todas las novedades de Misselthwaite Manor, incluyendo la verdad sobre el jardín secreto. La mujer promete no contárselo a nadie, enternecida por la actitud de los chicos. Decide prepararles leche y pan para que se alimenten mientras disfrutan del jardín. La mujer cree que Colin y Mary deben engordar para estar más sanos. Los chicos saben que la familia Sowerby es pobre y no quieren abusar de la generosidad de la mamá de Dickon. Entonces deciden que le pagarán por esos alimentos y arman un pequeño horno en un hoyo del jardín, donde cocinan huevos y papas.

Mientras tanto, los primos arman un plan para ocultar las mejoras de Colin. Esto se debe a que no quieren que los adultos de la mansión se den cuenta de su transformación hasta que el chico esté completamente recuperado. Sin embargo, el doctor Craven y las enfermeras empiezan a notar muchos cambios, ya que Colin tiene más apetito y su cuerpo se ve más fuerte. Entonces él debe disimular: no puede pedir más comida ni mostrarse demasiado saludable. La señora Medlock le explica al médico que Colin se entretiene mucho con su prima, y el doctor Craven le dice que los dejen reír juntos.

Capítulo 25: "La cortina"

El jardín florece cada vez más. El petirrojo tiene una pareja y en su nido aparecen huevos. El pajarito sabe que, si Dickon está cerca, nada malo les pasará a los huevos. Cuando llueve, los pajaritos extrañan a los chicos. Estos, por su parte, se quedan en la mansión, explorando las habitaciones inhabitadas. Juegan tanto que cuando llega el mediodía tienen mucha hambre y se comen todo el almuerzo, lo cual alegra a sus cuidadores. Una tarde, Mary se da cuenta de que Colin ha dejado al descubierto el retrato de su madre que tiene en la habitación. El chico le explica que ya no le molesta verla sonreir, porque su cuarto se ha llenado de magia y cree que su mamá es una persona mágica. Colin tiene esperanzas de mejorar la relación con su padre.

Capítulo 26: "¡Es mamá!"

En el jardín secreto, Colin sigue explicando muchas cosas sobre la magia. También recuerda la primera vez que visitó el jardín y piensa cómo se ha fortalecido su cuerpo. Por sugerencia de Ben, Dickon canta un himno religioso de alabanza, es decir, un canto para celebrar a Dios. Dickon los conoce porque va a la iglesia junto a su familia. A Colin la melodía le parece muy bonita y se siente identificado con la letra. Entonces se abre la puerta del jardín y entra una mujer de ojos brillantes vistiendo una capa azul. Es la señora Sowerby, que se alegra mucho al ver que Colin y Mary están tan bien. También se sorprende porque el chico es muy parecido a su madre. Los niños le preguntan si ella cree en la magia y la mujer, que es muy religiosa, responde: "Algunos le llaman magia, otros Dios, pero nos referimos a las cosas buenas que nos bendicen todos los días" (161). Hacia el final de la tarde, Mary dice que está preocupada porque los adultos se darán cuenta de la mejoría de Colin. La señora Sowerby le dice que se quede tranquila, y que el señor Craven volverá pronto. Antes de irse, le asegura a Colin que su mamá aún vive de alguna manera en el jardín.

Capítulo 27: "En el jardín"

El narrador explica que los pensamientos negativos afectan el cuerpo como cualquier otra enfermedad, y eso les ha ocurrido a Mary y Colin desde pequeños. Pero ahora, rodeados de una vida saludable y cada vez más alegres, están mejorando. Algo similar ha ocurrido con Archibald Craven, que ha tenido pensamientos negativos durante diez años, desde la muerte de su esposa. Mientras los chicos recuperaban el jardín, el hombre viajó por Europa. De pronto, en medio del viaje, un día se siente alegre y vivo por primera vez en mucho tiempo. Así, poco a poco durante algunos días, su mente va expulsando los pensamientos desagradables y comienza a sentirse más liviano. En ese proceso, sueña con la voz de su esposa fallecida, que le dice: "¡En el jardín! ¡En el jardín!" (166). La mañana siguiente, recibe una carta de la señora Sowerby. La mujer le pide que vuelva porque algo importante está sucediendo con su hijo. El señor Craven regresa de inmediato, preocupado por Colin, pero también extrañamente esperanzado. Durante el trayecto piensa en el niño como nunca lo ha hecho. Desea verlo bien. Reconoce que no ha sido un buen padre porque la muerte de la esposa lo ha dejado demasiado triste.

Cuando llega a Misselthwaite Manor, la señora Medlock le habla de los nuevos hábitos y actitudes de Colin. Craven se dirige rápidamente hasta el jardín de su esposa y, al acercarse, escucha cuchicheos y risas de niños. Adentro, están jugando a las carreras. De pronto, Colin sale corriendo del jardín y se topa con su padre. Ambos se sorprenden, y Colin le cuenta que el jardín y sus amigos lo han salvado. El señor Craven se emociona al ver a su hijo de pie, con ese aspecto saludable y vibrante. Juntos entran al jardín y el niño le explica todo lo ocurrido, destacando la ayuda de Mary, Dickon, Ben y los animalitos. Mientras escucha, Archibald Craven llora y ríe de emoción. Al final de la novela, los sirvientes ven desde las ventanas de la casa cómo padre e hijo regresan caminando juntos por el páramo.

Análisis

A medida que se acerca el final de la novela, el foco parece concentrarse más en Colin que en Mary. Sin embargo, ella nunca deja de ocupar un rol protagónico en la historia. Esto se debe a que es justamente ella quien ha generado la transformación de su primo y la revitalización del jardín secreto, procesos que sigue acompañando y alimentando hasta la última página del libro. Por eso es posible pensar que los dos primos son los protagonistas de El jardín secreto.

Hacia el final de la novela, se consolida la transformación de Colin. Ahora puede caminar y trabajar en el jardín como cualquier otro niño. A su vez, admite las críticas constructivas de su prima y se compromete a cambiar de actitud para tratar a los demás de manera amable y respetuosa. A lo largo de este proceso, se reconecta con las memorias de su madre, sobre todo gracias a las historias que le cuenta Ben, el jardinero, y también comienza a pensar en su padre en términos más positivos. Colin se propone sanar por completo para mostrarle al señor Craven que es un niño normal, y guarda las esperanzas de construir una buena relación con él.

El escenario principal de esta transformación es, una vez más, el jardín secreto. En su interior, entre la bella y abundante vegetación, se destacan las rosas. Estas flores simbolizan la presencia de la madre de Colin en el lugar, ya que eran sus flores preferidas. Un momento importante de esa simbología es el final del capítulo "Al caer el sol", cuando Ben Weatherstaff le entrega un pequeño rosal al niño y este lo planta en la tierra con sus propias manos. La escena representa la superación de la muerte de la madre. Si bien el hecho siempre será triste, las flores permiten resaltar la continuidad de la vida y la posibilidad de ser felices a pesar de las tragedias sucedidas en el pasado. La narración sugiere que el espíritu y el amor de la mujer siguen vivos, tanto en su hijo como en su jardín favorito. Así, la memoria de Lillias Craven es honrada en este espacio tan especial. El hecho de que Colin está sanando y superando la muerte de su madre puede verse también en su decisión de dejar el retrato de la mujer al descubierto para ver su sonrisa cada día.

En línea con la propuesta de toda la novela, aquí se enfatiza una y otra vez la importancia de la naturaleza para que las personas puedan mantener la salud y la felicidad. Ahora bien, en este conjunto de capítulos, la fuerza de la naturaleza es presentada como "magia". Tanto Mary como Colin creen que todo lo que ocurre en el jardín secreto, así como los sentimientos que ese espacio despierta en ellos, tiene que ver con una fuerza mágica. Es importante recordar que la novela es realista y no resuelve ningún conflicto de manera fantástica o maravillosa; son los personajes los que atraviesan estas experiencias como mágicas, probablemente porque son niños. Por ejemplo, Colin cree que ha podido aprender a caminar gracias a la magia, pero la narración nos explica que en realidad se ha ejercitado y alimentado bien para ganar fuerza y lograrlo.

En estos capítulos finales, las diversas líneas del argumento y los diversos personajes de la obra se entrecruzan para crear un final feliz. Significativamente, la señora Sowerby tiene una participación breve pero fundamental para que la narración pueda tener ese desenlace positivo. Ella demuestra una actitud protectora y maternal hacia Mary y Colin, y esto destaca su bondad y generosidad, considerando que tiene una familia muy numerosa y pocos recursos económicos. Así, es ella la que le dice a Archibald Craven que debe volver a Misselthwaite Manor porque están ocurriendo cosas importantes con su hijo.

Por último, es pertinente resaltar que en el último capítulo leemos pasajes donde la voz narradora asume un tono más explicativo que narrativo. Así, el relato de la historia de Mary y sus amigos queda en suspenso y se explican ideas científicas del período histórico en que se escribe la novela. Por ejemplo, se afirma que los pensamientos negativos provocan enfermedades, tal como le ha ocurrido a Colin. Este tipo de afirmaciones coincide con los descubrimientos médicos de fines del siglo XIX y principios del XX, cuando se producen grandes avances en la psicología y se establecen conexiones entre la salud mental y la corporal. Esto podría parecer irrelevante, pero nos permite entender los esfuerzos de Burnett por construir una historia moderna y acorde al pensamiento científico e intelectual de su época.

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