"Él no quiere verla de negro por la casa, vagando como un alma en pena" (Martha, "Martha", 28) (Símil)
El primer día de Mary en la casa de su tío, la niña descubre que ya no tiene sus vestidos, que eran todos negros, pues estaba de luto por haber perdido a sus padres. Entonces, Martha le explica que el tío le ha comprado vestidos nuevos, de otros colores, porque no quiere que ella esté en la casa triste, apesadumbrada; no quiere que la niña sea un signo más de la muerte en la casa. Así, aunque el hombre sigue deprimido y todavía no ha superado la muerte de su esposa, se nota que la presencia de Mary en el lugar trae un nuevo impulso de vida. El señor Craven, aunque no está en condiciones de cuidar a la niña, intenta ofrecerle una vida más alegre y saludable. Es por eso que, más tarde, le permitirá disponer de un pedazo de tierra para cultivar sus plantas.
"... el aire fresco del páramo había comenzado a limpiar las telarañas de su joven cerebro..." (Narrador, "El llanto en el corredor", 39) (Metáfora)
Desde que Mary comienza a explorar los jardines de Misselthwaite Manor tiene inicio un profundo proceso de transformación en la vida de la protagonista. Esta metáfora expresa cómo el nuevo ambiente afecta sus pensamientos, limpiando los antiguos hábitos e ideas negativas (representados por las telarañas) de su mente, para dar paso a un mundo interior más saludable, leve y fresco. Esta idea se refuerza al final de la novela, cuando el narrador explica que los pensamientos negativos enferman al cuerpo, mientras que las ideas positivas y vitales aportan salud.
"Tu jardín está tan a salvo como el nido del tordo" (Dickon, "El nido del tordo", 75) (Símil)
Cuando Mary lleva a Dickon al jardín secreto por primera vez, está preocupada porque teme que el chico le hable a alguien del lugar y les prohíban seguir visitándolo. Por eso le pregunta varias veces si guardará el secreto. Para demostrarle que puede confiar en él, Dickon le dice: "Si tú fueras un tordo que me mostrara su nido, ¿crees tú que yo lo diría a los demás? ¡Jamás lo haría!" (75). Así, establece una comparación entre el jardín y un nido. Esto expresa que el lugar sirve como refugio para la protagonista. A su vez, el símil compara a Mary con un pajarito, un tordo, exhibiendo que en este espacio tan hermoso, ella está encontrado la libertad, la alegría y la vitalidad conectándose con la naturaleza.
"Suavemente descubrió el velo verde que cubría muros, árboles y tierra" (Narrador, "¡Viviré siempre!", 133) (Metáfora)
Esta frase da comienzo al relato de las percepciones y sensaciones de Colin la primera vez que ve el jardín. Acompañado por Mary y Dickon, el niño entra al lugar tapándose los ojos y, cuando los abre, ya en el interior, se siente encantado con lo que ve, sobre todo porque ya ha llegado la primavera y todo está reverdecido y en florecimiento. Así, la vegetación está tan abundante, exuberante y vital que recubre todo en el jardín, tanto el suelo como los troncos de los árboles y las paredes que lo rodean. En la cita, esa capa de vegetación que recubre todo el espacio es referida metafóricamente como un velo, resaltando su delicadeza y belleza. Un velo es una tela fina y leve que se usa para cubrir alguna cosa, pero sin ocultarla por completo.
"Era como estar sentado en el trono de un rey, el rey de las hadas" (Narrador, "Ben Weatherstaff", 134) (Símil)
La primera vez que Colin visita el jardín, todavía es un niño enfermizo y débil y no puede caminar. Por eso llega hasta allí en una silla de ruedas que empuja Dickon. Al entrar al lugar se siente alegre y maravillado por la belleza que lo rodea, pero todavía no puede interactuar mucho con la naturaleza. Es por eso que se queda sentado en la silla mirando cómo trabajan Mary y Dickon. En esta cita, Colin es comparado con un "rey de las hadas" justamente porque está sentado en su silla como si fuera un trono, sin hacer nada más que disfrutar mientras los otros dos chicos hacen esfuerzos por cuidar del jardín. Si bien en este momento la actitud de Colin todavía es un poco autoritaria y caprichosa, como se ha mencionado, gracias al contacto con el jardín, se transformará en un niño más alegre, saludable y amable. Es interesante observar, en ese sentido, que esta comparación también lo relaciona con las hadas, es decir, con la magia, destacando el poder transformador y sanador que tendrá el lugar en el personaje. De hecho, el propio Colin más adelante asegurará que sus mejoras se deben a la magia del jardín secreto.