Encender un fuego

Encender un fuego Símbolos, Alegoría y Motivos

El perro (Símbolo)

El perro representa el instinto, es decir, aquello de lo que el hombre carece. Naturalmente preparado para el frío por su pelaje y también por el instinto y el olfato, que lo guían exitosamente en su lucha por la supervivencia, el perro reconocerá con indiferencia la muerte de su amo al final del cuento y se dirigirá entonces hacia el campamento para que otros hombres lo alimenten. El éxito de su empresa simboliza a su vez la prevalencia del instinto sobre el intelecto en condiciones extremas como el frío del Yukón.

El veterano de Arroyo Salado (Símbolo)

El veterano de Arroyo Salado puede simbolizar aquella parte de la humanidad que se ha mantenido en contacto con la naturaleza, incorporando antiguos saberes y costumbres como parte de su sabiduría. No escuchar el consejo del viejo es lo que condena al protagonista del cuento, que lo acusa de cobardica poco antes entregarse a su trágico destino. No será sino hasta que sea demasiado tarde que el hombre reconozca esta sabiduría: «Tenías razón, amigo mío, tenías razón» será su última reflexión antes de entregarse a la muerte.

El fuego (Símbolo)

El fuego en el cuento de London funciona como símbolo de la vida en general y de la supervivencia en particular. Encender un fuego se volverá, a medida que avance el cuento, en sinónimo de sobrevivir: a medida que las posibilidades de hacerlo se reduzcan, el hombre se estará acercando cada vez más a su propia muerte. Tal es así que, tras la imposibilidad de mantener encendido el fuego iniciado con las setenta cerillas juntas, el hombre reconoce inmediatamente la inminencia de su propia muerte.

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