Diego Soto se exilia y decide no pelear contra la injusticia de la dictadura, pero finalmente muere defendiendo a una vagabunda de una golpiza.
El texto nos lleva a contrastar al poeta Diego Soto con su amigo y también poeta Juan Stein, que lucha por la justicia contra las dictaduras a lo ancho del mundo.
Diego Soto se muestra como un hombre a quien luego del Golpe sólo le interesa sobrevivir, por lo cual se exilia y se dedica a la literatura que nada tenga que ver con la situación chilena o latinoamericana. Sin embargo, en lugar de tener una muerte ordinaria e insignificante, muere en un acto pedestre pero heroico: salva a una mujer vagabunda de una golpiza por parte de una banda de neonazis.
Podemos decir que finalmente, a pesar de la autopreservación y autocomplacencia, la figura de Soto representa, irónicamente, la solidaridad más desinteresada.
Abel Romero cree que Wieder puede estar en cualquier lugar del mundo y sale desde Barcelona a buscarlo; finalmente Wieder está apenas a un tren de distancia Barcelona.
Cuando Abel Romero se va de la casa de Arturo, se va dispuesto a emprender una larga búsqueda de Carlos Wieder por, al menos, toda Europa. Resulta no solo irónico, sino inclusive cómico, el hecho de que, al volver meses después, Romero tenga el dato de que Wieder siempre estuvo al alcance de la mano, en Blanes, muy cerca de Barcelona.