Resumen
El cuento comienza con el protagonista subiéndose a su moto y manejando por una ciudad. Se encuentra distraído y no logra evitar chocar a una mujer que cruza mal la calle. Se desmaya. Cuando se despierta lo estaban sacando de abajo de la moto. Siente náuseas y dolor corporal. Lo llevan boca arriba hasta una farmacia. Está aturdido. Lo suben a una ambulancia policial y lo llevan a un hospital. Allí lo operaron. Cuando piensa en el momento del accidente lo relaciona con un hueco pero que había durado una eternidad. Piensa que ese hueco lo llevó a través de algo, como si hubiera habido un pasaje.
Sueña que está en una jungla, se siente parte del pueblo moteca y está siendo perseguido por los aztecas. Puede oler un pantano y eso lo sorprende porque no solía soñar con olores. Tiene miedo. A continuación escucha a un enfermo de la cama de al lado decir que se iba a caer de la cama. Ambas historias se cruzan: su persecución en la jungla con su internación en el hospital.
Tiene mucha fiebre y se siente confundido. De nuevo vuelve a la jungla en donde corre y se aferra a un amuleto protector y a un puñal. Ve antorchas y llegan los enemigos. Mata a uno pero lo atan a él. De nuevo escucha a su compañero de hospital explicar sus delirios por la fiebre. Piensa que es una pesadilla.
Vuelve a dormirse. Se siente atado a unas sogas. Escucha un grito y entiende que es el suyo. Siente que lo mueven siempre boca arriba. Siente se aproxima el final. Vuelve a la noche del hospital y se siente protegido por la vigilia. Espera la muerte y ve a un sacrificador que va hacia él con un cuchillo. Cuando están por matarlo concluye que el sueño era el otro, el del hospital, que ese sacrificador era real y que iba a morir. Cierra los ojos entre las hogueras y en la camilla.
Análisis
Dos historias se entrecruzan: en una el protagonista tiene una accidente con la moto y agoniza en el hospital hasta morir; en la otra, es un joven moteca en guerra con los aztecas que termina siendo sacrificado. Ambos personajes, que son el mismo, se proponen como dobles. Aunque la aventura en la jungla se plantea desde el comienzo como una pesadilla, como un producto de la fiebre y las medicaciones, en el desenlace, el personaje termina aceptando que su historia en el hospital era el verdadero sueño, y que lo real era ser sacrificado por el aborigen azteca.
La ambigüedad entre ambos espacios y tiempos recorre todo el relato. Una vez más vemos tránsitos entre distintas zonas como el modo espacial que tiene Cortázar de presentar la fantasía. Desde el comienzo, el personaje atraviesa un zaguán, un espacio intermedio por definición -entre el afuera y el adentro de una casa. El personaje reflexiona sobre el momento del accidente y describe esa ocasión como un tránsito hacia otro espacio. Después del accidente comienzan las dislocaciones, primero en los demás y luego en él mismo: escucha “voces que no parecían pertenecer a las caras suspendidas sobre él” (2016:146) y luego gritos que termina reconociendo como suyos. La disociación crece mientras avanza la narración.
Hay algo sensorial muy importante en el relato. Como dijimos, primero en lo auditivo: en las voces y los gritos que oye. También hay reiteradas menciones a algo olfativo y finalmente, a algo corporal: un factor que se mantiene estable tanto en la jungla como en la cama del hospital, es la posición de su cuerpo, boca arriba. En ese sentido, el título alude a una de las pocas constantes que encontramos entre ambos espacios.