Resumen
Capítulo 1: El peor cumpleaños
La novela se inicia con una discusión que estalla durante el desayuno en el número cuatro de Privet Drive. El Sr. Vernon Dursley se ha despertado temprano por el ulular de Hedwig, la lechuza mascota de su sobrino Harry Potter, y le dice que si no puede controlarla, ella tendrá que irse. Harry le explica que Hedwig se aburre y le pide que la deje volar fuera por la noche. Pero tío Vernon se niega, insinuando que algo malo pasaría si se dejara salir a Hedwig, intercambiando miradas con su esposa Petunia. En seguida, el hijo gordo de los Dursley, Dudley, le pide a Harry que le pase la sartén y este le dice que ha olvidado la palabra mágica, refiriéndose a “por favor”, pero los Dursley reaccionan con miedo. Tío Vernon ha prohibido el uso de la palabra "magia" en su casa, calificándola parte de una anormalidad de Harry.
Harry es un mago, que vuelve a casa para pasar las vacaciones de verano tras su primer año en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Los Dursley no están contentos con su regreso y Harry también se siente desgraciado: extraña mucho el colegio, y sus tíos han encerrado todos sus suministros mágicos en un armario bajo la escalera, pues no les importa que Harry esté preparado para su regreso al colegio en otoño. Los Dursley son lo que los magos llaman muggles, es decir, no tienen sangre mágica y se avergüenzan de tener un mago en la familia. Tío Vernon encierra a Hedwig en su jaula para evitar que lleve mensajes a los amigos de Harry.
Harry fue abandonado en la puerta de los Dursley once años antes, a la edad de un año, tras sobrevivir a una maldición del mayor hechicero oscuro de todos los tiempos: Lord Voldemort. Los padres de Harry murieron en el ataque, pero él escapó con solo una cicatriz con forma de rayo en la frente. Cuando Voldemort no pudo matar a Harry, sus propios poderes fueron destruidos. La hermana de la madre de Harry, Petunia Dursley, crió a Harry junto con su marido, Vernon. Harry hacía cosas raras sin querer y no sabía por qué, porque sus tíos le ocultaban su naturaleza mágica, junto con las circunstancias de la muerte de sus padres. Hasta que hace un año, Hogwarts le escribió a Harry y la verdad salió a la luz. Comenzó la escuela de magos, donde descubrió que es famoso por haber derrotado a Voldemort.
Los Dursley han olvidado que hoy es el duodécimo cumpleaños de Harry. Tío Vernon está concentrado en hacer el mayor negocio de su carrera en una cena en su casa esa noche con el Sr. Mason, un adinerado cliente potencial, para lo cual le ordena a Harry que se encierre en su habitación esa noche, sin hacer ruido. Harry sale de la casa para no molestar a su tía mientras se prepara para la fiesta. Canta el "Feliz cumpleaños" para sí mismo y se siente terriblemente solo. Extraña a sus mejores amigos Ron Weasley y Hermione Granger, que no le han escrito en todo el verano. Harry ha tenido la tentación de utilizar la magia para desbloquear la jaula de Hedwig y poder enviar cartas a sus amigos pero sabe que se metería en problemas porque a los magos menores de edad no se les permite usar la magia fuera del colegio. Harry piensa en su año anterior en Hogwarts, cuando volvió a escapar por poco de Lord Voldemort. Voldemort era una ruina de su antiguo ser, pero seguía empeñado en conseguir el poder, y era aterrador.
Mientras Harry piensa en esto, mira fijamente un arbusto del jardín y descubre allí dos enormes ojos que lo miran. Pero Dudley interrumpe el momento para burlarse de Harry por su solitario cumpleaños. En respuesta, Harry lo amenaza diciendo que está planeando prender fuego el arbusto. Dudley se asusta, pero señala la impotencia de Harry: su padre ha amenazado con echar a Harry de la casa y no tiene ningún otro sitio al que ir. Enojado, Harry pretende hacer un hechizo para asustar a su primo, Dudley lo delata y Harry es castigado con trabajos de jardinería y sin comida hasta que los termine. Harry piensa en el contraste entre su fama en Hogwarts y su maltrato en casa de los Dursley. Entra en la cocina exhausto, oliendo la elaborada comida que preparó su tía, pero ella le da de comer un pedazo de pan y lo manda a su cuarto. Tío Vernon le vuelve a advertir que no haga ruido esa noche. Cuando Harry se da la vuelta para desplomarse en su cama, encuentra a alguien sentado en ella.
Capítulo 2: La advertencia de Dobby
Harry descubre una pequeña criatura con orejas de murciélago y grandes ojos sentada en su cama, y se da cuenta de que debe ser quien le observaba desde el arbusto. Entretanto, Harry oye que llegan los invitados abajo. La criatura se presenta como Dobby, un elfo doméstico, y le dice que lleva mucho tiempo queriendo conocerlo. Harry le dice a Dobby que no es un buen momento para tener un elfo doméstico en su habitación y le pregunta por qué está allí, invitándolo a sentarse. Entonces el elfo rompe a llorar muy ruidosamente, diciendo que nunca antes un mago le pidió que se siente, como si fuera un igual. Harry trata de mantener a Dobby callado y le dice que no debe haber conocido entonces muchos magos decentes. Dobby atina a asentir pero en seguida empieza a golpearse la cabeza, y explica que debe castigarse porque estuvo a punto de hablar mal de la familia de magos a la que sirve. Con el ruido de los golpes, Hedwig se despierta con un chillido. Cuando Harry le pregunta por qué no se escapa de ese maltrato, Dobby explica que un elfo doméstico debe ser liberado. La empatía de Harry por Dobby no hace más que exacerbar los gritos del elfo.
Dobby dice que ha venido a proteger a Harry, a advertirle que no debe volver a Hogwarts, donde corre un peligro mortal. La advertencia de Dobby molesta a Harry porque la ilusión de ir a Hogwarts es lo único que lo mantiene esperanzado mientras soporta su terrible vida en Private Drive. Dobby discute con Harry y le dice que debe quedarse allí porque hay un complot para que ocurran cosas terribles en Hogwarts este año. Harry le pregunta si esto tiene algo que ver con Voldemort; Dobby niega con la cabeza y empieza a referirse misteriosamente a poderes que están más allá de la capacidad de cualquier mago decente, y luego empieza a golpearse con la lámpara del escritorio de Harry, chillando fuertemente. Se hace el silencio en el piso de abajo. Cuando Harry oye acercarse a tío Vernon, mete a Dobby en el armario. Tío Vernon entra furioso a la habitación y amenaza a Harry para que se calle.
Cuando se va Vernon, Harry le dice a Dobby que debe volver a Howgarts porque es el único lugar donde tiene amigos, y Dobby le reprocha que esos amigos no le hayan escrito en todo el verano. Entonces Harry descubre que el elfo ha estado robando sus cartas para que Harry se desaliente sobre su regreso al colegio. Entonces Dobby le muestra las cartas de Ron, Hermione y el guardabosques de Hogwarts, Hagrid, y le dice que solo se las dará si promete no volver a Hogwarts. Cuando Harry se niega, Dobby baja corriendo las escaleras.
Harry lo sigue, procurando no hacer ruido, y ve que el elfo está en la cocina, haciendo levitar el elaborado budín que preparó tía Petunia para la cena. Harry le ruega a Dobby que lo baje y este le exige que prometa no volver a la escuela. Cuando Harry le dice que no puede, Dobby dice que está obrando por el bien de Harry y deja caer el budín, y luego desaparece. Se oyen gritos en el comedor y tío Vernon descubre a Harry en la cocina. Trata de suavizar el incidente con los invitados, diciendo que Harry es un sobrino al que mantienen aislado porque lo perturban los extraños, y en voz baja le promete a Harry castigarlo fuertemente.
Pero en seguida entra una lechuza por la ventana del comedor y deja caer una carta sobre la cabeza de una de las invitadas, que sale corriendo y gritando de la casa. La carta es para Harry. En ella, el Ministerio de la Magia le indica que se ha registrado el uso de magia en Private Drive y que no se permite que los magos menores de edad utilicen esos hechizos fuera de la escuela y cualquier otro hechizo supondrá su expulsión. Harry no había dicho hasta ahora a los Dursley que se le prohibía el uso de magia fuera de Hogwarts porque si no ellos se excederían en sus maltratos. Enterado el tío Vernon, le anuncia a Harry que lo va a encerrar en su habitación y no permitirá que vuelva al colegio, sabiendo que si el niño hace magia será expulsado. Al día siguiente, Vernon instala barrotes en la ventana de Harry y una gatera a través de la cual le da de comer. Harry permanece encerrado durante tres días, hasta que una noche se despierta y ve la cara de su amigo Ron Weasley al otro lado de la ventana.
Capítulo 3: La Madriguera
Ron junto con sus hermanos, los gemelos Fred y George, llegan a la ventana de Harry en un coche que su padre ha encantado para que pueda volar. Ron estaba preocupado porque Harry no había respondido a sus cartas. También se enteró por su padre de que Harry había recibido una amonestación oficial por utilizar la magia delante de los muggles. Los tres hermanos ayudan a Harry a escapar, tío Vernon escucha sonidos y acude furioso, intentando detenerlos, pero fracasa. Durante el trayecto en coche hasta la casa de los Weasley, Harry les cuenta a sus amigos la advertencia de Dobby. Cuando Fred y George se preguntan quién le guarda rencor a Harry y podría haber enviado a Dobby, Ron responde que Draco Malfoy, otro alumno de Hogwarts, lo odia. Los gemelos cuentan el rumor de que Lucius Malfoy, el padre de Draco, era un gran partidario de Lord Voldemort. Ron también explica que culpó de la desaparición de las cartas de Harry a Errol, su antigua lechuza mensajera, así que le pidió a su hermano Percy que le prestara su lechuza Hermes, pero Percy se negó. Percy Weasley es prefecto en Hogwarts, y sus hermanos coinciden en que últimamente se comporta de forma extraña. Harry también se entera de que Arthur Weasley trabaja en el Ministerio de Magia en la Oficina para el Uso Indebido de Artefactos Muggles.
Pronto aterrizan en la Madriguera, la casa de los Weasley, una construcción muy desigual que se mantiene en pie por arte de magia. La señora Weasley grita a sus hijos por haber robado el coche, señalando que podrían haber muerto o haber sido vistos y haber hecho que su padre perdiera el trabajo. A pesar de su enojo, les da a todos un gran desayuno. Es especialmente amable con Harry. Ginny Wesley, la hermana menor, aparece brevemente y cuando ve a Harry, huye. Ron dice que Ginny ha estado hablando de Harry todo el verano.
En seguida, la señora Weasley ordena a sus hijos que desgnomicen el jardín y les sugiere consultar un libro de Gilderoy Lockhart sobre el tema. Ron le enseña a Harry el procedimiento para desgnomizar: se trata de balancear a los gnomos del jardín hasta marearlos y luego lanzarlos por el seto. El Sr. Weasley llega a casa después de una larga jornada y la señora Weasly se enfrenta a él por haber encantado el coche para que vuele. El Sr. Weasley siente curiosidad por el viaje que hicieron sus hijos en el auto pero se calla al notar que la Sra. Weasley lo mira con enfado. Entonces Ron lleva a Harry a su habitación, nervioso por su opinión, y su amigo le dice que es la mejor casa en la que ha estado.
Análisis
Harry Potter y la Cámara Secreta es el segundo libro de una serie de siete. El primer capítulo vuelve a presentar al protagonista, Harry Potter, y su mundo: este se bifurca entre el mundo mágico, representado por el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, y el mundano o muggle, representado por el número 4 de Privet Drive. El estatus de Harry en estos dos lugares es muy contrastante: en el mundo mágico es reconocido por haber derrotado a Lord Voldemort, mientras que en el mundo muggle es abandonado y maltratado. Su impotencia en la casa de sus tíos muggles le impide tender un puente entre estas dos identidades. Quiere comunicarse con sus amigos del colegio, pero los Dursley no le permiten enviar mensajes a través de Hedwig, su lechuza. Sabe que no puede utilizar la magia para liberar a Hedwig de su jaula, ya que va en contra de las normas de Hogwarts que impiden que los magos menores de edad realicen hechizos fuera de la escuela. En efecto, eso queda demostrado en la carta que recibe Harry la noche en que lo visita Dobby: “los magos menores de edad no tienen permitido efectuar conjuros fuera del recinto escolar, y reincidir en el uso de la magia podría acarrearle la expulsión del Colegio (Decreto para la prudente limitación de la brujería en menores de edad, 1875, artículo tercero)” (25).
Harry, en su doble identidad, se ve envuelto en un enfrentamiento que lo excede: el miedo mutuo entre muggles y magos. El miedo de los Dursley los lleva a ser muy prejuiciosos, ya que se refieren a los poderes de Harry como su "anormalidad". Harry se aprovecha del miedo que sienten por la magia para imponer respeto y temor y así contener de alguna manera las expresiones de violencia que sus tíos tienen hacia él. Asimismo, más adelante se verá que algunos magos también tienen sospechas y prejuicios hacia los muggles. Estos prejuicios desencadenan de hecho el principal conflicto que se desarrollará en este libro.
El comienzo de la novela abunda en imágenes auditivas y gustativas para mostrar la relativa impotencia de Harry: él y Hedwig deben permanecer callados, mientras Vernon Dursley grita y critica a Harry. Este también pasa hambre mientras la señora Dursley alimenta en exceso a Dudley y prepara una elaborada comida para los invitados. Estos contrastes de sonido y comida se magnifican dramáticamente durante el cumpleaños de Harry: canta para sí mismo, a solas en el jardín, y no recibe torta de cumpleaños. El dramatismo se exacerba cuando el Sr. Dursley dice que es un día muy importante, despertando las esperanzas tanto de Harry como del lector de que haya algún festejo. Pero, irónicamente, esa ilusión se decepciona cuando Vernon alude al negocio que cerrará esa noche, con lo cual se refleja la patética situación de Harry en Private Drive.
De todas formas, la construcción de los Dursley que hace el narrador omnisciente es satírica y caricaturesca: “-¿Es que parezco tonto? -gruñó el tío Vernon, con restos de huevo frito en el poblado bigote” (9). Con esa descripción poco elegante, la amenaza del tío Vernon queda ridiculizada y desautorizada por su aspecto poco respetable. Aunque Harry se siente frustrado en este momento, el lector imagina que al final prevalecerá sobre los limitados Dursley. Además, la impotencia de Harry es en parte un síntoma de su edad, que se superará con la madurez. Esto conecta a esta novela con el género de novela de aprendizaje.
Por otro lado, en la vida impotente y sacrificada que lleva Harry con sus tíos se evidencia otro tema amplio del libro, el de la autoridad deficiente de los adultos, que son incapaces de mantener a los niños a salvo. Además, la posición penosa de Harry se transforma finalmente gracias a que se escapa con la ayuda de un auto encantado, lo cual también vincula a la novela con el cuento de hadas: Harry se asemeja en gran medida a Cenicienta por el maltrato y la exclusión que padece de su familia. Como se verá, también la serie de Harry Potter se vincula al género fantástico, en la medida en que se construye minuciosamente un mundo nuevo, con reglas propias y un vocabulario inventado muy prolífico. Sin embargo, aunque el mundo al que Harry se incorpora es fantástico y aunque sea un mago, sus preocupaciones son mundanas y muy humanas: por ejemplo, se preocupa porque sus amigos no le han escrito, con lo cual se evidencia su necesidad de pertenecer y ser reconocido.
El primer capítulo establece una tensión que el segundo capítulo rompe, con la irrupción de Dobby, la primera criatura mágica que aparece y desestabiliza el entorno reglado y contenido en que vive Harry. Su papel en la trama es transgresor, ya que rompe las reglas de la casa Dursley. Además, Dobby también desbarata la visión que tiene Harry de Hogwarts como un refugio seguro, incluso el elfo parece sugerir que ni el poder de Dumbledore es capaz de desbaratar el peligro que acecha. Sin embargo el misterio no se resuelve y quedará latente. Dobby también transgrede las reglas de sus amos al visitar a Harry, razón por la cual se somete a castigos constantes. La lucha de Dobby contra su propia naturaleza es por un lado oscuramente violenta y pero también adquiere un tono cómico. Asimismo, en su trato amable hacia el elfo, Harry revela su carácter empático y generoso, su sensibilidad social por los más vulnerables, lo cual será un rasgo fundamental de la serie.
La ironía central de la relación de Harry con Dobby es que mientras Dobby intenta salvar a Harry, lo pone repetidamente en peligro, pues no solo provoca a tío Vernon sino que también pone en riesgo su continuidad en Hogwarts. Pero Dobby también sabe cómo manipular a Harry. Roba las cartas de Harry, con la esperanza de que si este piensa que sus amigos se han olvidado de él, no querrá volver a Hogwarts. Del mismo modo, entiende la fragilidad del vínculo de Harry con sus tíos y por eso amenaza con arrojar el budín. Dobby elige romper las esperanzas de Harry de regresar a Hogwarts y lo entrega al maltrato de los Dursley, pues considera que el niño estará a salvo allí y no en el colegio. Sin embargo, con esa acción Harry no solo pierde sus esperanzas de volver al mundo mágico sino que pierde la única autonomía que mantenía en Private Drive: cuando el tío Vernon se entera de que Harry tiene prohibido utilizar la magia, comprende que ahora puede someterlo del todo, sin miedo de que el niño use la magia en su contra. Así, Harry se convierte en prisionero.
Pero Harry es liberado gracias al poder de la amistad y su conjugación con la magia del coche encantado. El Ford Angola volador del Sr. Weasley representa la libertad para Harry y también representa la sensibilidad híbrida de los Weasley, que rompen la brecha entre los dos mundos a los que pertenece Harry, al valorar y sentir curiosidad por las habilidades y costumbres del mundo muggle, en este caso, los autos. En efecto, a Arthur Weasley, que trabaja en la "Oficina para el Uso Indebido de Artefactos Muggles", le apasiona el mundo muggle, y no solo es tolerante con las diferencias de ese mundo sino que se deleita con el ingenio de los muggles para encontrar formas de vivir sin magia.
Por otra parte, en el viaje en coche rumbo a la Madriguera, el lector recuerda la rivalidad entre los Malfoy y los Weasley y se entera de que Lucius Malfoy está alineado políticamente con Voldemort, representante del mal en toda la saga.
Por otro lado, la casa de los Weasley, la Madriguera, contrasta notablemente con Privet Drive. Mientras que Ron se avergüenza de la humildad de la casa y la pobreza de su familia, para Harry la Madriguera representa “la mejor casa en la que nunca haya estado” (42), en la medida en que allí el maltrato es reemplazado por el amor y el cuidado. Además, en la Madriguera Harry asiste por primera vez a un nuevo contexto del mundo mágico: no al de la escuela, sino al espacio doméstico, de la vida cotidiana y familiar. Aprende allí nuevas formas de vida de los magos, como la forma en que la Sra. Weasley hace uso de la magia para llevar adelante las tareas domésticas, o la forma de desgnomizar el jardín.
Por último, en estos capítulos ya se dan pistas sobre el carácter de Gilderoy Lockhart: sus libros construyen un relato hiperbólico de sus hazañas, con las que estafa a sus lectores, incluso a los pobres Weasley, para vender sus libros y construir su fama.