Harry Potter y la cámara secreta

Harry Potter y la cámara secreta Resumen y Análisis Capítulos 16 - 18

Resumen

Capítulo 16: La Cámara de los Secretos

Harry y Ron quieren visitar a Myrtle la Llorona e interrogarla sobre su muerte pero no saben cómo sortear los controles impuestos por las autoridades. En clase, la profesora McGonagall les anuncia que los exámenes tendrán lugar en una semana, lo cual alborota a todos los alumnos que, con todo lo sucedido, han abandonado el estudio. Además, la profesora anuncia que las mandrágoras están listas para ser utilizadas para restaurar a las víctimas petrificadas. Ella confía en que las víctimas podrán contar quién les atacó y así podrán atrapar al responsable. Predomina la alegría y, en medio de los festejos, Ginny, mostrando un aspecto muy nervioso, se acerca a Harry y Ron en el Gran Salón con la intención de contarles algo. Pero es interrumpida por Percy, que le pide su asiento. Ron se indigna le reprocha a Percy que Ginny podría tener información importante sobre la Cámara de los Secretos, pero Percy se sonroja y asegura que lo que les iba a contar era algo que lo vio hacer a él, y cambia de tema.

Ese mismo día, Lockhart está acompañando a sus alumnos por los pasillos y se queja de las medidas extremas que se han tomado para cuidar a los alumnos, sobre todo ahora que Hagrid ya fue detenido. Harry y Ron le dan la razón y le sugieren amablemente que los deje llegar solos a la siguiente clase y aproveche para ocuparse de sus cosas. Lockhart se alegra y se va, y Harry y Ron corren hacia el baño de Myrtle, pero se encuentran en el camino a la profesora McGonagall y deben mentir, diciendo que iban a visitar a Hermione porque la extrañan. Entonces los chicos deben dirigirse a la enfermería. Al ver de cerca a Hermione, ven que dentro de su puño cerrado hay un trozo de papel. Sin que Pomfrey los vea, extraen el papel y ven que es una hoja arrancada de un viejo libro, que expone información sobre el basilisco, una criatura que pareciera encajar perfectamente con la responsable de los crímenes de Hogwarts: es una serpiente que vive durante cientos de años, habla en pársel, además de poseer colmillos venenosos es capaz de matar con la mirada a quien haga contacto visual con ella, es enemiga de las arañas y el canto del gallo le resulta fatal. Debajo de esta información, ven escrito con la letra de Hermione la palabra “cañerías”. En seguida, Harry y Ron se dan cuenta de que su amiga podría estar refiriéndose a las cañerías del baño de Myrtle.

Los chicos deciden contar sus hallazgos a McGonagall, pero en el camino escuchan que se ha producido otro ataque, y los alumnos están siendo enviados a sus habitaciones, mientras que los profesores deben presentarse en la sala de profesores. Escondidos en un ropero, Harry y Ron escuchan la reunión de profesores y se enteran de que Ginny Weasley ha sido raptada y llevada a la Cámara de los Secretos, y que el heredero dejó las siguientes palabras escritas en la pared: "Su esqueleto yacerá en la Cámara por siempre" (253). Ron se desploma del horror al lado de Harry. McGonagall anuncia entonces que los alumnos deberán ser enviados a sus casas a la mañana siguiente y que ese es el fin de Hogwarts. En ese momento, Lockhart entra en la reunión, sonriendo y disculpándose por haberse quedado dormido. Todo los profesores se vuelven contra él, y lo retan a enfrentar al monstruo él solo, ya que se ha estado jactando frente a todos ellos de su capacidad para hacerlo. Lockhart primero dice que deben haberlo interpretado mal pero luego acepta nervioso y sale de la sala, y entonces McGonagall les dice a sus colegas que ahora que se lo han sacado de encima, podrán cumplir más eficientemente la tarea de evacuar el colegio.

Cuando los profesores salen de la sala, Harry y Ron se dirigen al despacho de Lockhart para ayudarlo, contándole lo que acaban de aprender sobre el monstruo de las tuberías, pero lo encuentran empacando sus cosas y preparándose para huir. Entonces Ron le echa en cara que está dejando a su hermana morir y le dice que él es el profesor encargado de enfrentar las artes oscuras. Pero entonces Lockhart cuenta que nunca en su vida ha luchado contra una criatura de las artes oscuras y sugiere que sus libros han sido malinterpretados. Confiesa que él se apropió de esas historias: entrevistó a las personas que hicieron las hazañas, luego las encantó con un embrujo desmemorizante para que no pudieran recordar nada y escribió esas aventuras como si fueran suyas. A continuación, se dispone a borrar los recuerdos de Ron y Harry, pero Harry es más rápido y, tal como hizo Snape con Lockhart en el club de duelo, le echa un conjuro para desarmarlo y la varita de Lockhart vuela hasta las manos de Harry. Enseguida, él y Ron conducen a Lockhart al cuarto de baño de Myrtle, donde la interrogan sobre su muerte. El fantasma cuenta que se encontraba llorando escondida en un cubículo del baño, cuando escuchó que entraba un chico y se ponía a hablar en una lengua extraña. Entonces Myrtle abrió la puerta y murió, sin saber cómo, aunque solo recuerda que lo último que vio fueron unos grandes ojos amarillos. Ella les señala dónde estaba parado el chico, cerca de un lavatorio. Harry se acerca y ve en él una pequeña serpiente tallada en el grifo. Por sugerencia de Ron, Harry habla en pársel y le pide al grifo que se abra; el lavatorio se hunde y revela una gran tubería por la que Harry, Ron y Lockhart descienden.

Una vez abajo, descubren que están a kilómetros por debajo del colegio. Caminan por un túnel y de pronto se encuentran con una piel de serpiente gigante. Mientras la examinan, Lockhart se abalanza sobre Ron y le quita la varita. Les dice que tomará un trozo de esa piel y volverá al colegio, diciendo que ya era muy tarde para salvar a Ginny y que Ron y Harry perdieron el conocimiento luego de ver su cadáver. Entonces se dispone a destruir los recuerdos de los chicos, pero la varita rota de Ron se le vuelve en contra y destruye la propia memoria de Lockhart, provocando también que el techo del túnel se desplome. Ron y Lockhart quedan de un lado y Harry del otro. Harry entiende que él debe seguir solo, para ver si puede salvar a Ginny, y Ron se ofrece a ir abriendo mientras un hueco en la barrera de piedras que se ha formado. Al final del túnel, Harry se encuentra con una pared en la que dos serpientes brillantes talladas se entrelazan. Harry vuelve a hablar en pársel y el muro se abre.

Capítulo 17: El heredero de Slytherin

Harry entra en la Cámara de los Secretos, una sala oscura llena de figuras de serpientes en piedra, y se acerca a una enorme estatua de Salazar Slytherin, a cuyos pies yace la figura inmóvil de Ginny. Harry corre hacia ella y deja su varita en el suelo. La encuentra pálida e inconsciente, pero no petrificada, y teme que esté muerta. Entonces aparece un muchacho de pelo negro detrás, que le dice que Ginny no despertará. Harry mira al muchacho, y ve que su figura se ve borrosa en los contornos, y comprende que es Tom Riddle. Harry le pide desesperadamente que lo ayude a rescatar a Ginny y a escapar de la Cámara de los Secretos antes de que aparezca el basilisco, pero Tom se queda donde está, despreocupado, y le cuenta que él es un recuerdo, guardado en un diario durante cincuenta años. Entonces Harry ve que Tom ha tomado su varita y se la pide, pero Tom le dice que no la necesitará. Alarmado, Harry le pregunta qué le pasó a Ginny y Tom sonríe ampliamente.

Cuenta que Ginny encontró su diario y volcó en él todas sus preocupaciones sobre Hogwarts y su enamoramiento de Harry, y Tom le contestó, consolándola. En el interior del diario, explica Tom, él había capturado a su yo de dieciséis años para que un día pudiera guiar a otro a terminar la obra iniciada por el propio Slytherin. A través del diálogo que inició con Ginny, Tom se hizo más fuerte y logró manipularla para que mate a los gallos de Hagrid, eche la serpiente contra los cuatro “sangre sucia” y, por último, abra la Cámara de los Secretos. Fue entonces cuando Harry se apoderó del diario, lo cual deleitó a Tom, porque añoraba cruzarse con él y conocerlo por fin. Dice Tom que Ginny se horrorizó al descubrir que Harry tenía el diario y podía llegar a leer sus confesiones, y por eso irrumpió en su dormitorio y lo robó de nuevo. Para ese entonces, ella ya había puesto tanto de sí misma en el diario que Tom pudo controlarla fácilmente: guiado por él, la chica escribió su propia despedida, bajó a la Cámara y permitió que Tom saliera por fin de las páginas.

Harry entonces le dice que su objetivo de los últimos cincuenta años ha fracasado, porque ningún “sangre sucia” ha muerto, todos están recuperándose en la enfermería gracias a las mandrágoras. Pero Tom le confiesa que ya no le preocupa deshacerse de los sangre impura, sino que hace años su nuevo objetivo es Harry Potter. Por todo lo que Ginny contó en el diario, Tom aprendió que Harry haría lo necesario para atrapar al heredero, más si este ponía en peligro a un ser querido. Así, confiesa Tom, el plan para que Ginny descendiera a la Cámara Secreta tenía como objetivo último conducir a Harry hasta allí.

Entonces Tom interroga a Harry acerca de Voldemort: le pregunta cómo hizo para destruir al mago más grande todos los tiempos. Entonces, con la varita de Harry, Tom traza en el aire las letras de su nombre, “Tom Marvolo Riddle”, y luego las reordena para que se lea "I am Lord Voldemort” (“Yo soy Lord Voldemort"). Harry declara que el mejor mago del mundo es Dumbledore. Tom se enoja y dice que Dumbledore fue expulsado solo por acción de un simple recuerdo como es él, pero Harry le dice que Dumbledore no está tan lejos como parece. De repente, irrumpe una música sobrenatural, que estremece a Tom y a Harry. Entonces ven unas llamas surgir de una columna y Harry ve a Fawkes, el ave fénix de Dumbledore, que se dirige hacia él, le arroja a los pies el Sombrero Seleccionador del colegio y se posa en su hombro. Tom se burla de las armas enviadas por Dumbledore, y le ordena a Harry que le explique cómo sobrevivió a su ataque once años atrás. Harry entiende que ni Fawkes ni el sombrero le serán útiles para enfrentar a Voldemort, y comprende también que cuanto más tiempo permanezca Riddle allí, menos vida le queda a Ginny, con lo cual debe luchar con él lo antes posible. Responde rápidamente que él sobrevivió gracias a que su madre murió para salvarle, y la sonrisa de Tom se amplía, pues confiesa que le preocupaba la semejanza que había entre él y Harry (su sangre mezclada, su orfandad, haber sido criados por muggles, su conocimiento del pársel), pero ahora comprende que solo fue suerte lo que salvó a Harry de él. Enseguida, le propone a Harry batirse a duelo con Lord Voldemort, heredero de Slytherin, y testear así si las armas de Dumbledore sirven de algo.

Tom se acerca a la estatua de Slytherin y comienza a hablar en pársel. Horrorizado, Harry ve que de la boca de la estatua comienza a salir un enorme basilisco, con lo cual cierra inmediatamente los ojos y siente que Fawkes se desprende de su hombro. Harry oye que un enorme peso se desliza por el suelo y comienza a correr, temiendo por su vida, hasta que comienza a oír los silbidos enloquecidos de la criatura. Entreabriendo los ojos, Harry ve que el fénix está perforando con su pico de oro los ojos del basilisco. Entretanto, Voldemort le grita para que se aleje de Fawkes y ataque a Harry, pero la serpiente ciega se balancea locamente por la cámara y su cola arrastra el Sombrero Seleccionador hasta las manos de Harry. Harry se lo pone y le pide ayuda desesperadamente, hasta que siente algo duro y pesado en su cabeza y descubre que del sombrero ha surgido una espada plateada y llena de rubíes. Entonces Harry ve cómo la serpiente arremete contra él, a ciegas, y cuando abre la boca dispuesto a atacarlo, Harry le clava la espada en el paladar. Sin embargo, Harry siente cómo uno de los colmillos venenosos de la criatura llega a clavarse en su brazo, y se parte cuando el monstruo cae rendido.

Harry se da cuenta de que el veneno le está entrando al cuerpo y se siente morir. Entonces Fawkes vuelve a posarse en el hombro de Harry y comienza a llorar. Tom se ríe, proclamando que incluso el pájaro de Dumbledore sabe que Harry se está muriendo, pero de repente la herida de Harry se sella, debido a las propiedades curativas de las lágrimas de fénix. Tom se enfurece por esto y levanta su varita para exterminar a Harry, pero antes de que pueda lanzar un hechizo, Fawkes le alcanza a Harry el diario, y Harry le clava el colmillo del basilisco: la tinta comienza a salir a chorros y Tom se retuerce de agonía hasta que, por fin, desaparece.

En ese instante, Ginny se despierta y Harry se le acerca. Ella le pide disculpas y asegura que intentó contarle todo. Pero Harry le dice que Riddle ya no existe y la conmina a irse de allí, siguiendo a Fawkes fuera de la Cámara, y llevando consigo el diario perforado, la espada y el sombrero. Allí los espera Ron, que ha despejado un espacio en la pared de rocas caídas, y al ver a su hermana viva se emociona. Harry comprueba que Gilderoy Lockhart ha perdido del todo su memoria.

Los cuatro se toman de las plumas de la cola de Fawkes, que vuela hacia arriba, llevándolos otra vez rumbo a las cañerías. Una vez allí, se dirigen al despacho de la profesora McGonagall.

Capítulo 18: La recompensa de Dobby

En el despacho de McGonagall se encuentran a Dumbledore y a Molly y Arthur Weasley, quienes al ver a Ginny, se abalanzan desesperados y le preguntan a Harry cómo la ha salvado. Harry les cuenta sobre la voz misteriosa, Aragog y las arañas, y Myrtle la Llorona, pero intenta evitar las partes que implican a Ginny y el diario. Harry mira instintivamente a Dumbledore, que lo alienta para que se anime a contar cómo con el diario Voldemort consiguió encantar a Ginny. Dumbledore se impresiona con ese artilugio y comenta que Tom Riddle ha sido probablemente el alumno más inteligente de Hogwarts. Enseguida, Dumbledore envía a Ginny a la enfermería y anuncia que no habrá castigo para ella, pues incluso magos más viejos y más sabios han sido engañados por Voldemort. Asimismo, informa que Pomfrey está en este momento administrando el jugo de mandrágora a las víctimas petrificadas. Dumbledore convoca un banquete para todo el colegio y concede a Harry y a Ron doscientos puntos a cada uno para la casa Gryffindor por su hazaña. A continuación, Dumbledore le pide a Ron que conduzca a Lockhart a la enfermería, y le pide a Harry que se quede.

A solas con Harry, Dumbledore le agradece por la lealtad que evidentemente ha mostrado hacia él, pues de no haber sido así Fawkes no habría acudido en su ayuda. Harry le cuenta con preocupación que Tom Riddle miraba con curiosidad las semejanzas entre él y Harry, y entonces le confiesa que el año anterior el Sombrero Seleccionador barajó la posibilidad de enviarlo a Slytherin. Entonces Dumbledore le dice que es cierto que hay semejanzas entre él y Voldemort pero porque probablemente este último le haya transferido sin querer algunos poderes suyos la noche en que le dejó la cicatriz. Le dice que es cierto que Harry posee virtudes que Slytherin apreciaba, pero sin embargo el sombrero lo puso en Gryffindor justamente porque Harry se lo pidió. Con lo cual, Dumbledore asegura que las elecciones que tomamos son mucho más importantes que nuestras habilidades. Asimismo, Dumbledore le muestra que la espada de rubíes con la que mató al basilisco lleva una leyenda: “Godric Gryffindor”. Dumbledore le dice que solamente un verdadero Gryffindor podría haber sacado la espada de Godric del Sombrero Seleccionador.

De pronto irrumpe Lucius Malfoy, con Dobby lamentándose a sus pies. Lucius está muy disgustado porque Dumbledore ha vuelto a Hogwarts y Dumbledore le explica que once de los miembros del consejo escolar se han puesto en contacto con él, rogándole que vuelva a Hogwarts y sugiriendo que Malfoy los había amenazado con maldecir a sus familias si ellos no destituían a Dumbledore. Luego Dumbledore le cuenta a Malfoy que esta vez Voldemort obró con ayuda de alguien más, por medio del diario, y le dice que si no hubiera sido por Harry y Ron, Ginny Weasley podría haber parecido la culpable de los crímenes. Malfoy lo mira nervioso, y Dumbledore agrega que si Ginny hubiera sido culpada de atacar muggles, eso habría tenido efectos desastrosos sobre Arthur Weasley y su labor en la protección de los muggles. Al ver el diario, Dobby empieza a gesticular de manera insistente, y Harry acaba entendiendo que fue Lucius quien metió el diario entre los libros de Ginny en Flourish y Blotts, el día en que fueron al callejón Diagon a hacer las compras para el año escolar. Entonces Harry lo acusa de ello y, si bien no tiene pruebas, Dumbledore también le aconseja a Lucius que deje de repartir viejos recuerdos escolares de Lord Voldemort. Entonces Lucius se pone a la defensiva y sale de la habitación gritando a Dobby que le siga. Harry tiene una idea y se saca una de sus medias y con ella envuelve el diario de Riddle. Sigue a Malfoy por el pasillo y le entrega el diario. Lucius lo desenvuelve y arroja con asco la media, que Dobby ataja en el aire con una expresión de emoción en el rostro. Al entregarle una prenda, Lucius ha liberado sin querer a su elfo doméstico, y Dobby se lo agradece profusamente a Harry. Lucius se enfurece y huye humillado.

Harry asiste entonces al banquete y siente que no ha estado así de feliz en mucho tiempo: Hagrid ha vuelto de Azkaban, Lockhart ha sido despedido, Lucius Malfoy es expulsado del consejo escolar y Gryffindor ha ganado la copa de la Casa. Harry no ha estado tan feliz desde hace mucho tiempo. El último tramo de la cursada transcurre tranquila y felizmente. En el tren de regreso a Londres, Harry le pregunta con curiosidad a Ginny qué secreto guardaba sobre Percy y ella le cuenta divertida que lo pescó besando a su novia, Penelope Clearwater, en un aula vacía. Harry les da a Ron y a Hermione el número de télefono de los Dursley y les pide estar en contacto durante el verano. Sabe que sus tíos no estarán felices de verlo sano y salvo. Todos juntos regresan al mundo muggle para pasar las vacaciones de verano.


Análisis

Llegando al final de un año de cursada, Harry se pregunta qué ha aprendido en lo que va de año. Sin embargo, Harry, Ron y Hermione aplican su aprendizaje sobre Pociones y Transfiguración a la poción Multijugos, sobre Historia a la Cámara de los Secretos y sobre Defensa contra las Artes Oscuras al diario de Riddle.

Las figuras de autoridad adultas no contribuyen a ayudar a Harry en su misión. De hecho, Harry miente a la profesora McGonagall cuando ella ya oficia de directora suplente; Percy, como prefecto, a pesar de su rol de autoridad, complica la trama e impide que Ginny confiese a Ron y Harry el asunto del diario de Riddle; Harry también manipula a Lockhart al aceptar que las medidas de seguridad son innecesarias. Recién cuando aprenden lo que Hermione descubrió respecto del basilisco, Harry y Ron se sienten listos para compartirlo con McGonagall, pero ya es tarde, pues Ginny ya ha entrado en la Cámara.

Lockhart, por su parte, ha pasado de ser un alivio cómico a ser un antagonista activo. Los demás profesores lo desacreditan en grupo, mostrándolo como un fraude: “Por fin ha llegado tu oportunidad”, dice Snape, y “¿No decías anoche que sabías dónde estaba la entrada a la Cámara de los Secretos?”, le argumenta Sprout (253). Así, todos los profesores que a lo largo de la novela se mostraron molestos por la fanfarronería de Lockhart, aprovechan ahora para burlarlo y dejarlo en evidencia. De este modo, la figura de Lockhart se modifica notablemente, y si bien intenta conservar la compostura, caen las apariencias y queda al descubierto su naturaleza débil: “Lockhart miró en torno desesperado, pero nadie acudió en su auxilio. Ya no resultaba tan atractivo. Le temblaba el labio, y en ausencia de su sonrisa de dientes blancos, parecía flojo y debilucho” (254). Ahora que el tono de la historia ha cambiado, con la probable muerte de Ginny Weasley, la apariencia de Lockhart como maestro en Artes Oscuras ya no se sostiene.

Pero Harry y Ron se pierden lo que ocurre en la dinámica entre los profesores y se toman la conversación al pie de la letra, creyendo que Lockhart pretende buscar a Ginny. Por eso acuden a él con información. Los profesores, en cambio, no confiaban en que aquel pudiera hacer nada y solo buscaban deshacerse de él. Sin duda, no les sorprende que huya. Resulta muy reveladora la escena en la que Harry y Ron descubren la verdad sobre Lockhart, en la medida en que toda la apariencia simpática y encantadora del profesor no solo queda diluida por su fraude, sino que también queda opacada por su malicia. El personaje se convierte así en un villano. El hombre confiesa que no solo robó las ideas de otras personas, sino que se encargó de echarles un encanto desmemorizante, del cual se siente orgulloso: “Si hay algo que me llena de orgullo, son mis embrujos desmemorizantes. Ah, me ha llevado mucho esfuerzo, Harry. No consiste todo en firmar libros y fotos publicitarias, ya sabes. Si quieres ser famoso, tienes que prepararte a trabajar duro” (257). Se evidencia así la hipocresía de Lockhart, que considera que la estafa que ha montado es valiosa en cuanto requirió mucho esfuerzo. Resulta ciertamente cómico que el personaje fracasa incluso en esto: hace dos intentos por borrar la memoria de Harry y Ron, pero en el primer caso, Harry responde más rápido que él, copiando el hechizo que usó Snape para desarmar a Lockhart en el club de duelo; y en el segundo caso, fracasa porque la varita de Ron está rota. Como si no alcanzara la revelación que les hace a Harry y Ron en su despacho, el personaje muestra su cara más oscura al intentar otra vez borrar la memoria de los alumnos y llevarse el crédito de su hazaña, llevando un pedazo de piel de basilisco. Está dispuesto incluso a decir que Ginny ya estaba muerta al llegar allí, con tal de quedarse con el rédito de esa aventura. Lockhart es desmitificado así por completo, superado por sus alumnos, y recibe su merecido cuando pierde por mano propia su memoria.

La piel de serpiente que encuentran en el túnel presagia la enormidad del basilisco y el peligro al que se enfrenta Harry. La caída del muro repite una estructura del primer libro, cuando Ron solo puede ir hasta cierto punto y no más allá. Harry, como héroe, debe volver a enfrentarse solo a Voldemort.

El nombre de Tom Riddle representa su propio carácter: constituye un anagrama de Lord Voldemort y es en sí mismo un acertijo que Harry debe resolver. Su carácter engañoso hace que Harry confíe en Riddle al principio y le pida ayuda, hasta que luego comprende que fue engañado por él. El capítulo diecisiete introduce y revela nueva información sobre Voldemort. La principal revelación es que Lord Voldemort fue un estudiante de Hogwarts llamado Tom Marvolo Riddle. Harry habla con el yo adolescente de Riddle, que se ha conservado como un recuerdo en su diario. Como Ginny le ha contado a Tom que Harry lo derrota en su futuro (y en el pasado de Harry), Riddle está desesperado por saber cómo lo hizo: “¿Cómo es que un mago bebé sin un talento mágico extraordinario derrota al mago más grande de todos los tiempos?, ¿cómo escapaste sin otro daño que una cicatriz, mientras que el poder de Lord Voldemort quedó destruido?” (269). Asimismo, aprendemos que el odio de Riddle hacia los muggles está estrechamente ligado a su origen personal: su padre muggle abandonó a su madre cuando descubrió que era un bruja; además, Riddle también sufrió la orfandad y debió ser internado en un orfanato muggle. Resulta significativo que él haya utilizado el patetismo de su propia historia para manipular a Dippet, aprovechándose también de los prejuicios del director contra Hagrid. Luego Riddle decidió darse un nuevo nombre y así asumir una nueva identidad: “Crees que iba a usar siempre mi sucio nombre de muggle? ¿Yo, que soy descendiente del mismísimo Salazar Slytherin, por parte de madre? (...) No, Harry. Me di un nuevo nombre, un nombre que sabía que un día temerían pronunciar todos los magos, ¡cuando yo llegara a ser el hechicero más grande del mundo!” (269).

Cabe destacar que, por un lado, hay muchas semejanzas entre Tom Riddle y Harry, que impresionan a ambos. Sin embargo, hay diferencias sustanciales entre ellos, por empezar, en sus biografías hay un elemento inverso: el padre de Harry murió para salvarle. La distancia insalvable entre uno y otro es el amor, y determina también las personalidades: mientras que Voldemort aspira a ser temido por todos y a eliminar a los “sangre impura”, Harry es caracterizado por su excesiva empatía y generosidad hacia los demás. Sin ir más lejos, la razón que los lleva a la Cámara de los Secretos es representativa de esas dos naturalezas contrapuestas: Riddle está allí para manipular a Ginny para su propio beneficio, mientras que Harry quiere liberarla y salvarla.

El diario de Riddle representa el poder y los riesgos de la lectura. Esto también aparece representado, aunque con menor riesgo, en los libros de Lockhart. Ya se analizó el efecto engañoso que esa lectura demasiado obediente tenía sobre Hermione, que era incapaz de evidenciar el fraude de Lockhart. El mismo Lockhart, al revelar sus estafas, advierte a Ron y Harry sobre los alcances de una lectura errónea: “Los libros pueden ser malinterpretados” (156). En el caso del diario de Riddle, la lectura obediente conlleva un peligro de muerte, que pone en riesgo a Ginny y a Harry.

Harry desafía la pretensión de Riddle de ser el mayor hechicero del mundo, e invoca a Dumbledore como el mago más poderoso. Esa lealtad es la que determina la llegada de Fawkes. El momento en que el fénix ingresa en la Cámara es construido con abundantes imágenes auditivas, en las que se destaca la conmovedora música que el pájaro emite, rompiendo el clima tenso y oscuro que Riddle imponía: “La música sonaba más fuerte. Era inquietante, estremecedora, sobrenatural. A Harry le erizó los pelos de la cabeza y le dio la impresión de que el corazón le había crecido el doble de su tamaño” (270). El sonido armónico del fénix contrasta notablemente con los sonidos que emite la otra criatura, el basilisco: frente a la música, la serpiente emite un siseo nervioso y venenoso, y cuando está en peligro, un “silbidos enloquecidos” (273). El enfrentamiento entre estas dos criaturas representa un enfrentamiento entre la magia de Dumbledore, bondadosa y generosa, y la magia oscura de Voldemort, furiosa y asesina.

Sin embargo, Tom Riddle señala la ironía dramática y situacional de la situación, en la medida en que las armas que Dumbledore ha enviado, esto es, el fénix y el Sombrero Seleccionador, no parecen adecuadas ni suficientes para enfrentar a Voldemort. Pero Riddle se equivoca y muestra también su falibilidad, al olvidar que el fénix tiene propiedades curativas capaces de combatir el veneno del basilisco.

Asimismo, Riddle desconoce el poder del Sombrero: Harry pide ayuda, sin saber si eso es posible, y el Sombrero hace aparecer la espada del mismísimo Godric Gryffindor. Su lealtad a Gryffindor lo ayuda y esto es marca de su legítima pertenencia a esa casa. La espada de Gryffindor es una alusión a la leyenda de Excalibur, la espada del Rey Arturo que solo podría ser extraída de una piedra por el rey legítimo, que es quien es apto para llevarla. Asimismo, la espada es un símbolo de valentía.

Harry sale de su enfrentamiento con Riddle con más sabiduría, y los objetos que lleva encima, a modo de botín de guerra, representan el éxito de su hazaña: el sombrero, la espada y el diario de Riddle. La destrucción de Riddle coincide asimismo con el desmontaje de sus crímenes: para cuando Harry y Ron regresan a la superficie del castillo, el brebaje de mandrágoras está siendo ya usado para devolver a la vida a los petrificados.

La escena en que Harry y Ron, junto con Ginny y Lockhart, se enfrentan a Dumbledore y McGonagall para contarles lo sucedido muestra su renovada condición de niños y, por lo tanto, su vulnerabilidad. De hecho, la presencia de Molly y Arthur Weasley agudiza esa condición. El Sr. Weasley asume su responsabilidad de adulto y se preocupa por el hecho de que Ginny haya desoído sus enseñanzas: “¿Qué te he dicho siempre? No confíes en nada que pueda pensar pero de lo que no sepas dónde tiene el cerebro. ¿Por qué no me enseñaste el diario a mí, o a tu madre?” (282).

La charla final entre Harry y Dumbledore introduce nueva información relevante sobre Voldemort y sobre Harry, y resuelve también muchas de las tensiones y dudas que aquejan a Harry durante toda la novela. Ante su preocupación por su semejanza con Voldemort, Dumbledore le dice que él cree que Voldemort transfirió sin proponérselo una parte de sí mismo a Harry cuando era un bebé. Por otra parte, Dumbledore matiza los prejuicios y las generalizaciones sobre Slytherin, al sugerir que algunas cualidades de esa casa son positivas: el ingenio, la determinación, cierto desprecio por las normas. Son estas las virtudes del rebelde y son las que permiten que Harry lleve adelante las hazañas que salvan a sus amigos. Además, Dumbledore da a Harry una enseñanza liberadora: “Son nuestras elecciones, Harry, las que muestran lo que somos, mucho más que nuestras habilidades” (285). Así, Harry comprende que a pesar de tener la habilidad de hablar pársel, por ejemplo, no es tanto la habilidad como sí lo que él decida hacer con ella lo que definirá su forma de ser. Es, en efecto, lo que lo diferencia de Riddle: mientras que este ha utilizado esa habilidad para destruir, Harry eligió usarla para salvar a sus amigos.

La llegada de Lucius Malfoy al despacho de Dumbledore revela el contexto político de la trama. Si bien no lo afirma explícitamente, Dumbledore se las ingenia para dar a entender que está al tanto de que fue Lucius quien implantó el diario a Ginny para intentar destruir la reputación de la familia Weasley y así obtener el control de Hogwarts, y del gobierno. La acusación es muy grave: Malfoy ha utilizado a un menor y ha puesto en riesgo su vida, con tal de garantizar su éxito político.

Dobby, por su parte, sacrifica su integridad para ayudar a Harry a entender la verdad y traiciona a su propio amo, haciendo señas para que Harry comprenda que Lucius fue el responsable del asunto del diario. Es por esto que Harry comprende que debe retribuir su lealtad, y por eso idea el plan estratégico para que Malfoy libere al elfo doméstico. La media de Harry representa una recompensa y un símbolo de agradecimiento por el servicio de Dobby. Una de las virtudes de Harry es ver la justicia al margen de las reglas y las convenciones sociales. No tiene ningún problema en despreciar a la autoridad cuando cree que esta se equivoca.

Por último, la estructura del libro se ajusta al curso escolar. La historia termina con una nota irónica al recordar que Harry, a pesar de su heroísmo en Hogwarts, no es un héroe en su familia: “¿Orgullosos [los Dursley]? ¿Estás loca? ¿Con todas las oportunidades que tuve de morir, y no lo logré? Estarán furiosos…” (291). Ha terminado un ciclo y con él Harry vuelve a salir del mundo mago para ingresar nuevamente en el tortuoso mundo muggle con sus tíos. Sin embargo, el lector sabe que pronto el ciclo volverá a empezar, y Harry volverá el año siguiente a Hogwarts para cursar su tercer año.

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