Publicada en Buenos Aires en 1982, La casa de los espíritus se inscribe dentro del movimiento literario conocido como realismo mágico y se hace famosa en los años siguientes a su publicación, hasta transformarse en un éxito de ventas descomunal, con más de 30 millones de ejemplares vendidos. Ha sido traducida a 27 lenguas.
La novela narra la historia de una familia chilena a lo largo de todo el siglo XX, y dedica sus últimos capítulos a la dictadura militar chilena. Allende la escribe durante su exilio en Caracas, Venezuela, que durará hasta 1988, año en que se llama a las elecciones parlamentarias que pondrán fin, en 1990, al gobierno de facto del dictador Pinochet.
Esta ópera prima catapulta a la fama a Isabel Allende, quien a lo largo de su vida recibe numerosos premios y reconocimientos por toda su obra literaria, incluyendo catorce doctorados honoris causa y el Premio Nacional de Literatura de Chile.
La casa de los espíritus es un relato sobre la evolución de un país durante el siglo XX, vista a través de los ojos de un grupo familiar. Como saga familiar, el relato puede avanzar a lo largo de muchas décadas y configurar en las voces de muchos personajes tanto los cambios de época y de costumbres sociales como las crisis y las felicidades propias de la intimidad del seno familiar.
Al mismo tiempo, La casa de los espíritus es un relato político. Toda la novela se estructura en torno a la contraposición de cosmovisiones e ideologías. Estas se presentan de modo natural a través de los diferentes personajes que desfilan por sus páginas, a lo largo de casi un siglo de historia. La microficción familiar sirve como excusa para abordar de forma subjetiva y no exhaustiva el trasfondo histórico y político de cuatro generaciones de chilenos. Por esto mismo, no es posible pasar por alto la coyuntura histórica que la narradora se propone esbozar a través del pensamiento y el accionar de sus personajes.