La novela comienza cuando uno de los alumnos pupilos de quinto año del Colegio Militar Leoncio Prado, el serrano Cava, roba en la noche un examen de química. La acción se produce guiada por el Jaguar, líder del Círculo, una agrupación de cuatro estudiantes que negocia ilícitamente vendiendo respuestas de exámenes, licores y cigarrillos a otros compañeros. Entre esos compañeros se encuentra Alberto, quien escribe novelas eróticas y cartas a cambio de dinero, y Arana, a quien apodan el Esclavo. El Esclavo suele ser víctima de violentas bromas por parte de sus compañeros, a excepción de Alberto, a quien el muchacho considera su único amigo.
Cuando las autoridades descubren el robo del examen, consignan a los alumnos que ofrecían vigilancia la noche del suceso hasta que se descubra al responsable. Entre los consignados injustamente está el Esclavo, quien le pide entonces a Alberto que cuando salga vaya a la casa de Teresa, la chica de la que él está enamorado y con quien iba a salir, para avisarle que no podrá asistir a la cita. Alberto lo hace, pero al compartir la tarde con la muchacha se enamora de ella y comienza a mantener una relación que nunca confiesa al Esclavo. Teresa ocupa un lugar importante, también, para otro personaje que narra su infancia junto a la muchacha y que se mantiene anónimo durante gran parte de la novela, hasta que al final se revela como el Jaguar.
Una tarde, el Esclavo ya no soporta la consignación y decide denunciar ante las autoridades que fue Cava quien robó el examen. Su objetivo, al hacerlo, es visitar a Teresa, pero al llegar a su casa su padre se lo prohíbe. Ese mismo día, después de la denuncia, Cava es castigado: la institución lo expulsa, no sin antes quitarle las insignias delante de todos sus compañeros.
El sábado siguiente, la sección entera realiza una campaña de ejercitación militar. En un momento, el Esclavo es alcanzado por una bala y, luego de pasar unos días inconsciente en la enfermería, fallece. La institución intenta deshacerse del problema alegando que el disparo fue consecuencia de un error del propio cadete, pero Alberto sospecha que quien le disparó fue el Jaguar, buscando venganza por la expulsión de Cava. Recurre entonces al teniente Gamboa y le cuenta su teoría, y acaba incluyendo también en su discurso los negociados ilícitos que tienen lugar en toda la sección. Gamboa eleva el caso a las autoridades, quienes le exigen que calle el asunto porque puede ser perjudicial para la imagen de la institución. Sin embargo, el teniente decide seguir con la investigación. De todos modos, el coronel acaba extorsionando a Alberto, amenazándolo con expulsarlo y contarle a sus padres sobre sus novelas eróticas si no retira su acusación. Alberto entonces se retracta y, luego, tiene una pelea con el Jaguar. En un diálogo posterior, Alberto se da cuenta de que el Jaguar no sabía que el Esclavo había delatado a Cava. Cuando ambos alumnos vuelven a la cuadra, toda la sección culpa al Jaguar por denunciar los negociados a las autoridades, acusándolo de traidor.
En el Epílogo de la novela se relata lo que sucede meses después, cuando los alumnos egresan del colegio. El teniente Gamboa es trasladado a la puna como castigo por desafiar la autoridad, y antes de irse el Jaguar le confiesa haber asesinado al Esclavo. Gamboa, agotado, decide olvidar el caso y le aconseja al muchacho hacer lo mismo. Alberto, por su parte, al volver a su barrio se reencuentra con sus amigos y deja de salir con Teresa, quien le recuerda demasiado su sensación de culpa en relación con el Esclavo. Se pone en pareja, en cambio, con Marcela, una muchacha de su mismo círculo social. El Jaguar, por su parte, se reencuentra con Teresa y se casa con ella.