La flor púrpura

La flor púrpura Ironía

Jaja y Kambili se sienten más cómodos en la pequeña casa de tía Ifeoma que en su lujosa casa de Enugu.

Jaja y Kambili viven en una casa llena de lujos y comodidades, pero no se sienten cómodos en ella. Por el contrario, cuando pasan un tiempo en casa de Ifeoma logran estar completamente a gusto, a pesar de que Jaja debe dormir en un colchón en el piso del living y Kambili comparte habitación con Amaka. La contradicción entre la realidad y las expectativas es manifestada por Amaka, quien todo el tiempo piensa que Kambili debe sentirse incómoda en aquella pequeña casa y debe extrañar los lujos de su mansión, algo que en verdad no ocurre.

Eugene critica a través de su periódico el abuso de poder por parte del nuevo gobierno de facto, aunque él mismo es un dictador moralista en su casa e impone su autoridad a fuerza de violencia.

Existe una clara contradicción entre las críticas que realiza Eugene respecto del autoritarismo del gobierno militar y la falta de libertad de expresión en Nigeria, y su comportamiento como padre de familia. Mientras que en sociedad se muestra como un empresario benévolo y un opositor al gobierno que utiliza su diario para denunciar la represión y abogar por la libertad de expresión, dentro de su casa Eugene es un tirano que somete a su familia por medio de la violencia. Así, el padre de la familia Achike presenta dos comportamientos que son diametralmente opuestos y contradictorios. Además es irónico que Eugene imponga condiciones dentro de su núcleo familiar con la misma actitud autoritaria que le critica públicamente al gobierno.

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